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Desaparecidos en Colombia

Un amigo de Fabián, el médico desaparecido, nos cuenta qué enseñanzas le quedaron de él

Emmanuel Vargas habla de cuando lo conoció en la Fundación Un Techo Para mi País. El cadáver del joven fue enterrado el pasado 6 de junio.
Foto: Cortesía

Durante los últimos días, la familia y amigos de Fabián Herrera se han dedicado a recordar y reflexionar sobre lo que este médico fue para ellos. Parafraseando a su mamá, hay miles de anécdotas que todos podrían contar de esta maravillosa persona que la violencia se llevó. Estos son algunos de mis recuerdos y sentimientos sobre Fabián.

El silencio: Conocí a Fabián Herrera en enero de 2010. Los dos estábamos entre un grupo de personas que habían ido a pintar la sede de Un Techo para Mi País, fundación en la que éramos voluntarios. Lo que recuerdo de él durante ese día es que era muy amable. No hablaba mucho y en realidad estaba más que todo concentrado en ayudar.

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El miedo: Según los datos del Registro Nacional de Desaparecidos de Medicina Legal, a la fecha, 66.795 hombres y 20.347 mujeres se encuentran desaparecidos en Colombia. Veintiséis por ciento de los casos sucedieron en Bogotá. Es la parte del país donde más veces se ha presentado este horror. Le sigue Antioquia con un 14% y solo es superado por la categoría "otros" con el 29%. De acuerdo al último informe Forensis de esa misma entidad, que recoge cifras del 2015, durante ese año se presentaron 20 casos al día. ¿Qué nos queda?, ¿Huir?, ¿vivir con miedo a salir a la calle, a celebrar, a estar vivos?

La risa: Hay unas cuantas fotos y videos del día en que conocí a Fabián. Una de las grabaciones muestra que, mientras jugábamos a pasarnos fuego con los dedos y con thinner, Fabián saltaba, se reía, gritaba. Algo que escuché y leí un montón de veces durante estos días es que Fabián siempre sonreía. Y es cierto. Él siempre estaba dispuesto a joder la vida conmigo y con los demás en el poco tiempo que convivimos.

La indignación: De acuerdo a Carlos Valdés, Director de Medicina Legal, Fabián murió 48 horas antes de que se realizara su necropsia, es decir, el 31 de mayo. La última vez que vieron vivo a Fabián fue en la madrugada del lunes 29. ¿Será que las autoridades hicieron todo lo posible por encontrarlo a tiempo? Es difícil pensar que sí.

El director del grupo Gaula de la Policía Nacional, Fernando Murillo, indicó que el caso se trataría, muy posiblemente, de un paseo millonario. Por su parte, el Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, dice que hay rumores falsos de ataques con escopolamina en la Zona T, donde desapareció Fabián. El Alcalde contó con mucho orgullo que han logrado la captura de dos bandas delincuenciales por semana y que al final del año habrá 1.500 cámaras en la ciudad.

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Escopolamina o no, ¿cómo es posible que este tipo de casos sigan sucediendo? ¿La captura de dos bandas por semana debería asustarnos o tranquilizarnos?

La voluntad: Mi segundo recuerdo de Fabián es cuando él llegó a Bogotá después de haber construido en Haití. Nos contó que pasó sed y que el nivel de insalubridad era desesperante. A partir de ese momento, vi a Fabián en cuanta actividad y discusión hubiera en la fundación. Sus amigos dicen que siempre fue el primero en levantarse y el último en dormirse.

El deseo de justicia: A finales de 2016, la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos presentó un informe a las Naciones Unidas sobre la situación de las desapariciones forzadas en el país. En ese informe contaron que, en respuesta a un derecho de petición presentado por la Comisión Colombiana de Juristas, la Dirección Nacional de Derechos Humanos y DIH de la Fiscalía indicó que se reportan 12.056 procesos por el delito de desaparición forzada entre 2012 y el 30 de abril de 2016. Un 97.91% de los casos se encontraba, a esa fecha, en etapa de indagación, 0.32% estaba en ejecución de penas, 0.53% en investigación y 0,89% en etapa querellable. Espero que el de Fabián sea un caso emblemático, que ayude a generar más conciencia sobre este flagelo. De esta forma, poco a poco, tendremos una justicia más fuerte. La impunidad es un aliento para los criminales.

¿Qué podemos pensar después de ver estos números? Que nuestra sociedad está podrida. Que no hay que acudir a la ficción para encontrar a los peores monstruos. Que he mentido todas esas veces que me preguntaron si Colombia era un lugar peligroso y respondí que no.

El líder: Fabián es un ejemplo de las pocas personas que entienden que, para que haya justicia, se necesitan acciones individuales y cambios estructurales. Su mamá contaba que, mientras hacía su rural en Gachetá, había gente que decía que Fabián parecía el alcalde de ese municipio. En las redes sociales rondaron las palabras de Fabián sobre el sistema de salud: "Después de graduarme experimenté un gran choque entre la percepción que tenía de la medicina y la realidad de un sistema de salud que opera desde la rentabilidad. Eso provoca que muchos doctores tomen actitudes que anulan casi por completo el sentido humano de su labor."

La esperanza: Julián Arturo, un amigo que hice en estos días, dijo que de ahora en adelante cargaría a un Fabián dentro de sí para que lo inspirara a sonreír y a tener una vocación de servicio durante el resto de su vida. Los seres queridos de este médico también son una inspiración, pues lograron reunir a todo un ejército de investigadores, brigadistas y community managers que se volcaron en encontrar a Facha.

¿Qué podemos pensar cuando vemos a estas personas? Que hay más gente como Fabián. Que mientras los asesinos de nuestro amigo están condenados al olvido y al desprecio de la sociedad, hay otros seres que pueden y quieren cambiar el mundo para bien. Que Fabián es un ejemplo y hay personas que lo siguen. Que la amistad, la risa, el amor y los valores que él representa estarán con nosotros para siempre. ¡Gracias, Fabián!