Entre patadas voladoras y shows contemplativos: lo mejor del día 2 de ‘Rockal’
Foto: Mateo Rueda | NOISEY Colombia

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Música

Entre patadas voladoras y shows contemplativos: lo mejor del día 2 de ‘Rockal’

Una descarga de hardcore violento, fusiones extrañas y actos de cierre delirantes.
Mateo Rueda
fotografías de Mateo Rueda
SS
fotografías de Santiago Sepulveda

Vea aquí todo nuestro cubrimiento de Rock al Parque 2017.

El segundo día de Rock al Parque tuvo sus altos y sus bajos. Un público que no le madrugó a los primeros conciertos y unas primeras bandas a las que les faltó contundencia en el escenario. Mucho ruido, poca propuesta.

Aún así sobre las 2:00 p.m. los paisas de Antised nos empezaron a calentar con una buena descarga de hardcore punk perfecto para entrar tirando patadas voladoras al pogo del escenario Plaza. Un show impecable al igual que el de Estado de Coma que desde Cali llegaron con la idea clara de ese escenario no solo era para tocar, sino para hablarle de frente a la gente sobre lo que tiene jodido a este país con su clase política corrupta. Todo ese odio se vio reflejado en pogos viscerales y dementes. La cosa fue fluyendo de esa manera hasta que finalmente H20 se paró en el escenario y empezó a gritar y corear junto a un público cada vez más numeroso que vivió un momento gloriosos cuando Toby Morse se bajó de la tarima y se encaramó en las barreras metálicas a cantar al unísono con el parche que vino a verlo.

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Mientras todo eso ocurría, el escenario Bio se convirtió en un lugar para descubrir nuevos proyectos. Valentain puso el mood en un reggae fusionado extraño pero divertido; La Vodkanera con su gypsy balcánico alborotó el tierrero y prendió a un público hasta el momento tranquilo. En este punto y con un Simoncho ya más lleno, la gente cayó en estampida a ver a Los Caligaris y su espectáculo de acrobacia, malabares y circo rock con sus buenos chorros de Jack Daniels. Sin duda estos manes reventaron el escenario Bio.


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Por su parte el Escenario Eco tuvo un aura experimental y para la música contemplativa. Los primeros en meternos en trance fueron los venezolanos de Los Crema Paraíso, con su mezcla de joropo ácido, sintes profundos y experimentación electrónica absurdamente hermosa. Después seguirían Los Rolling Ruanas que, como era de esperarse, pusieron a zapatear a más de uno con su fusión de carranga y rocanrol y esos hits clasiqueros con ese soye tan criollo. No fue sino que los chinos de Zhaoze se subieran con el Guquin y pusieron a todo mundo a alucinar, fue extraño que en medio de semejante festival lograran paralizar y llevar un poco de calma y silencio a todo el público.

Caída la noche y antes del cierre simultáneo en las tres tarimas, Elkin Robinson nos hizo viajar al Caribe con una mezcla de temas más bien calmados de su Come 'Round y su recién lanzado Sun a Shine. El calypso y los sonidos isleños calmaron los ánimos de un público que venía bien arriba. Por su parte Carnivore Diprosopus, deslumbró con lo mejor del brutal death metal y dejaron muy claro que la producción musical colombiana tiene aún demasiado que ofrecer. Por su parte, los caleños de Cirkus Funk calentaron al respetable y lo llevaron en un viaje por la Avenida 6ta de la sucursal del cielo, entre cholaos, luladas y aborrajaos, con un show puso a bailar con pasos de disco a más de uno.

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El segundo día tuvo un cierre hipnótico y delirante. Por un lado, lo que muchos esperában de este día: Obituary. La voz única de John Tardy le quebró el cuello a todo el escenario Plaza mientras las guitarras toteaban con el sonido más clásico del death metal. A toda la fanáticada se le vio cabecear y boliar mecha con ´Chopped in Half `, ´Til Death`. La crudeza de su repertorio puso a poguear hasta el espacio VIP.

Al mismo tiempo, en el escenario Eco Titán daba su alucinante show. Ya en enero de este año habíamos tenido la oportunidad de ver a los méxicanos en el Festival Centro y desde aquél día quedamos con ganas de más. Este domingo, los astros se alinearon nuevamente y Rock al Parque fue testigo de un delirio colectivo, un trance que fue de lo electrónico a lo primitivo. Hipnótico desde el principio y futurista a lo largo del viaje. Canciones como 'Odisea 2001', 'Dama Fina', 'Corazón' o 'El rey del swing' nos hicieron cerrar los ojos y movernos de la manera más liberadora y aún más cuando su invitada, que aparecía esporádicamente, se bajó del escenario y se entregó a la gente en una comunión de amor y locura.

Sin duda un cierre absolutamente increíble, fiestero y desenfrenado que nos dejó con ganas de verlos una y mil veces.

Foto: Santiago Sepúlveda | NOISEY Colombia

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Foto: Pablo David G. | NOISEY Colombia

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Foto: Mateo Rueda | NOISEY Colombia

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Foto: Pablo David G. | NOISEY Colombia

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