© Kyle Terada-USA TODAY Sports
La transferencia sorpresa de Kyrie Irving a los Celtics de Boston a cambio de Isaiah Thomas y compañía, revivió el tema de la lealtad y la traición entre los fanáticos y jugadores de la NBA. Creer que los jugadores profesionales deben cumplir una obligación moral con la afición y el equipo que los acogió durante gran parte de sus carreras es una falacia; nadie es dueño del destino y las ambiciones de los demás.Leer más: LeBron pone en vergüenza a fans que quemaron jerseys de Isaiah Thomas en BostonCuando la oportunidad de ganar un anillo de campeonato, acompañada de una mejor paga, se presenta en el camino de los jugadores, no hay algo que les haga renunciar a su individualismo para permanecer en el mismo lugar con los mismos compañeros. Kevin Durant lo supo desde el principio cuando aún jugaba para el Thunder de Oaklahoma City, franquicia en la que jamás se coronaría MVP de las Finales. Las críticas fueron muchas pero, al final del día, KD obtuvo lo que siempre soñó rodeado de un gran ambiente que lo acogió desde la noticia de su transacción. Por ello, el segundo mejor basquetbolista del mundo, defendió a Irving indirectamente al declarar que no existe tal cosa como la lealtad en la NBA:
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"En serio, creí que lo sabían. Así ha sido todos los años. Los jugadores son transferidos mientras duermen. Siempre se quedan con la parte más mierda. Algunos han quedado mal con los equipos. No es lealtad. Es un negocio. Hay dinero de por medio", dijo Durant en entrevista para The Ringer.
Los tiempos exigen resultados inmediatos en los deportes profesionales, y para ello los equipos ponen cifras en la mesa cada vez más incomprensibles. Kyrie Irving, al igual que Kevin Durant en su tiempo, tiene la total libertad de escoger su destino, aunque los fans hagan berrinche y quemen sus camisetas."La relación que tienes con los entrenadores, compañeros de equipo, y los demás en la institución es lealtad. Es amistad. Es un vínculo. Es algo que durará para siempre. Pero cuando se trata de hablar de números sobre el papel, todo se echa a perder a final de cuentas. '¿Acaso este tipo cabe en nuestro tope salarial o en nuestros planes? No, vamos a ver que podemos obtener por él'. Es parte del juego".