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Música

Blurred Laws: en defensa del pastiche y Robin Thicke

Los encontraron culpables de haber copiado la canción y obligados a pagar $7.3 millones de dólares, una de las multas más grandes impuestas por un caso de derechos de autor en la música.

Still del video de "Blurred Lines" de Robin Thicke, vía Vevo

Un famoso y joven cantante de R&B, que creció idolatrando a Marvin Gaye, está en un punto crucial en su carrera después de una década de altas y bajas. Decidió lanzar el próximo capítulo de su carrera con una canción inspirada por la exitosa “Got To Give It Up” de 1977. Tomando prestada la distintiva percusión con sonidos de botellas, el ambiente fiestero con voces habladas de fondo y un recurrente falsetto, él y un productor veterano construyeron una nueva canción con su propia melodía y letra, pero con una clara deuda estética a la canción de Gaye. Y esta canción se volvió número uno, liderando tanto el radio pop como el soul y convirtiéndose uno de los hits más grandes del año, un clásico de las bodas y las pistas de bailes con un icónico video musical.

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Si la historia que acabo de contar tomara lugar en 1979, terminaría con “Don’t Stop ‘Til You Get Enough” lanzando la carrera adulta de Michael Jackson y ayudándolo a convertirse probablemente en la más grande estrella pop de la historia. Si fuera 2013, entonces terminaría con “Blurred Lines”, haciendo a Robin Thicke más famoso, pero no exactamente una superestrella, y finalmente siendo humillado en la corte por la deuda creativa de la canción a Marvin Gaye. El martes, Thicke perdió un caso de infringimiento de derechos de autor contra la familia Gaye, con el jurado encontrando a Thicke y al coautor Pharrell culpables de haber copiado la canción y obligados a pagar $7.3 millones de dólares, una de las multas más grandes impuestas por un caso de derechos de autor en la música.

Para ser justos, “Blurred Lines” toma prestado un poco más de su estética de la canción de Gaye que lo que hace “Don’t Stop”, y le agrega un poco menos. Pero aún así es una composición original desde cualquier noción tradicional u obligación legal en términos de composición de canciones y leyes de derechos de autor. Las palabras que Thicke canta, y la melodía con las que las acompaña, no son de la canción de Gaye, ni están en la misma clave o cadencia. Las baterías no tienen el mismo groove, y avanzan en la canción a un BPM notablemente más rápido. La más fuerte similitud entre elementos reales de composición entre las dos canciones es la línea de bajo, pero, aún así, es difícil darle a Marvin Gaye el monopolio en las líneas de bajo funky y minimalistas.

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El tiempo dirá si la decisión del jurado esta semana será confirmada o sentará un precedente legal en casos futuros. Thicke, Williams y y el rapero invitado T.I. han publicado una declaración en conjunto en la que dicen estar “considerando sus opciones”, y yo espero que continúen peleando esto. Claramente Thicke y sy equipo legal cometieron muchos errores para llegar aquí. Él hizo la primera demanda al respecto, en contra de la familia Gaye, como medida preventiva, pero claramente él no predijo una posible contrademanda y sólo consiguió girar la simpatía del público en contra de Thicke. Los compositores de “Blurred Lines” incluso se echaron tierra a sí mismos es sus deposiciones y testimonios del juicio. Thicke alega que las entrevistas pasadas que dio respecto a la influencia de Gaye fueron hechas bajo la influencia de las drogas, y Williams asegura que incluso sus créditos como compositor fueron fraudulentos, pues Thicke en realidad no contribuyó en nada a la composición de la canción.

Es una pena que Thicke y Williams hayan dado marcha atrás a sus entrevistas iniciales acerca de “Blurred Lines” en un intento de cambiar la acusación. Un veterano del hip-hop como Pharrell Williams debería ser capaz de educar a un jurado, y al público, acerca de la diferencia entre samplear, interpolar, y una amplia gama de formas de homenaje. Su larga carrera de hits, iniciando con el equipo de producción The Neptunes en los 90’s, generalmente era construida sobre tropos de funk y R&B clásico. The Neptunes se separaron de la masa de productores de rap que usaban samples para todo evocando grooves de la vieja escuela que sus partes originales de sintetizador y baterías programadas, fusionando lo viejo con lo nuevo. Y Wiliams no es tímido para acreditar las esporádicas ocasiones en las que ha tomado prestado: el gancho en el sencillo “Blue Magic” de 2007 contiene muchas líneas del hit de 1990 de En Vogue, “Hold On”, y los créditos de la composición reflejan esto. Y como cualquiera que haya hecho más que unos cuantos hits, Williams ha sido imitado y pastichado él mismo en algunas ocasiones, como en este sencillo de Busta Rhymes.

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Hablemos del pastiche por un momento. Ustedes saben que cuando “Weird Al” Yankovic canta “Like A Surgeon” él ha vuelto a tocar cada elemento musical de “Like A Virgin” de Madonna y simplemente le cambió la letra. Pero cuando un artista un poco más delicado como Prince no da permiso para parodiar una canción específica, Yankovic algunas veces crea una ‘parodia de estilo’. Es así como terminas con ”Traffic Jam,” una especie de pastiche a “Let’s Go Crazy’ de Prince que imita el tempo, la producción y la instrumentación del hit Purple Rain con fantástica precisión. Pero la melodía y la letras son marcadamente diferentes. E incluso alguien tan broncudo como Prince no se molestaría en iniciar un caso de plagio por algo así.

Del mismo modo, Sam Smith recientemente le tuvo que pagar a Tom Petty por las similitudes entre sus respectivos hits, “Stay With Me” y “I Won’t Back Down.” Todas esas canciones realmente tienen en común la melodía del coro y, en menor medida, la cadencia vocal. Todo lo demás, la letra y el tempo y la instrumentación y el tono, son todos dramáticamente diferentes. Pero la melodía triunfa sobre todo, e incluso el mismo Petty cree que pudo haber sido una inocente coincidencia, y la melodía eran lo suficientemente similar que la gente de Smith pagó el cheque sin discutir.

Puedes ver hacia abajo al homenaje y al pastiche y considerarlos igual de malos como el plagio en términos de la perspicacia creativa de un compositor. Pero la música popular está basada en el homenaje, tanto si es sofisticado y honorable o grosero y oportunista. Es odioso que “Fancy” de Iggy Azalea use dos productores británicos sin nombre para imitar el sonido del rap de la costa oeste de DJ Mustard, y es odioso que Mustard mismo alegue haber inventado un género completo, “ratchet music”, con base en una plantilla con la que productores como P-Lo y raperos como E-40 han hecho canciones por años. Es odioso que “Uptown Funk” de Mark Ronson haya hecho un pastiche de bandas funk de los 80’s como The Time y haya estado en la cima del Hot 100 durante un espacio de tiempo de un mes en el que ningún artista afroamericano tuvo un hit en el top ten (aunque Trinidad James tuvo un cheque por su inspiración lírica para la canción). Estas canciones pueden ser odiosas, pero sus formas de homenaje son juego limpio dentro de las restricciones de los precedentes establecidos por la ley de derechos de autor en la música—al menos, antes de la demanda de “Blurred Lines”.

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Si acaso, “Blurred Lines” es sólo un ejemplo de lo grande que sigue siendo la influencia de Marvin Gaye en la música popular del siglo 21. Él fue acreditado en el coro de “Slow Jamz” de Twista y en el título de “Marvin & Chardonnay” de Big Sean. El hit del 2011 de Drake, “Marvin’s Room” fue llamada así en honor al estudio de LA en donde fue grabada, y que Marvin Gaye fundó. La voz de Gaye ha sido sampleada en múltiples hits de Erick Sermon. “Adorn” de Miguel fue frecuentemente comparada con “Sexual Healing” y “LoveHate Thing” de Wale fue innegablemente influenciada por “Inner City Blues”.

Así como hay géneros completos basados en canciones individuales de los Beatles, grandes extensiones del R&B tal y como lo conocemos surgieron de periodos particulares de la carrera de Marvin Gaye. La conciencia social y los grooves terrenales de What’s Going On son una piedra angular del neo soul, Let’s Get It On ayudó al nacimiento de una generación de jams lentos y sexualmente cargados, y Here, My Dear fue pionera de innumerables álbumes de separación. Sea por la razón que sea, la música de Gaye parece hacer eco regularmente en las listas pop en una forma en la que otro gigante del R&B coo Stevie Wonder no lo hace.

La familia de Marvin Gaye está, con justificación, orgullosa de proteger el legado del cantante. Y después de decenas de hits de R&B rindiéndole tributo, aunque sea indirectamente, a su influencia, podrías pensar que ya se acostumbraron, o más bien ya se hartaron. Tal vez “Blurred Lines”, una de las canciones digitales más vendidas de todos los tiempos, parecía lo suficientemente redituable como para no intentar tomar un pedazo, o simplemente no les preocupa el uso de la influencia de Gaye del molesto hijo de Alan Thicke. Pero la victoria de la familia Gaye en corte esta semana tiene terribles implicaciones para compositores en todos lados. La familia Gaye por sí misma podría demandar aparentemente al R&B y desaparecerlo por completo si quisieran, pero si este casi pudiera sentar un precedente legal para cualquier pastiche estilístico, entonces todos están en problemas.

Al Shipley es un escritor que vive en Baltimore. Síguelo en Twitter