En el Light Up Gold, ese discazo del 2013 que nos dio a conocer a los Parquet Courts, no había ni un descanso. Habían canciones rápidas, feroces y fugaces. Nada de momentos de cruda. Nada de detenerse a ver las flores en ninguna parte. Nada de silencio. Esta es la primera vez que escuchamos una baladita de estos niños de Brooklyn. Parecería que este respiro va contra su naturaleza, pues la canción termina con un largo y repetitivo “i can’t breathe.” Dense:
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