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Música

EL FUTUROOooOOoo: Tijuana

En Tijuana recibimos este nuevo año, escuchando a Siete Catorce, Santos y Siberium.

Estoy escuchando a Siberium mientras escribo esto y me está gustando.

En diciembre del año pasado tomé la pertinente decisión de irme a pasar las fiestas decembrinas y el fin de año al norte. A Mexicali y Tijuana, para ser mas específicos. Un mes antes, en el All My Friends, conocí a varias personas muy amables que me alentaron a llevar acabo dicha empresa. Además de que se tenían programadas dos fiestesotas a las cuales tenía muchas ganas de ir. Una era para despedir el año (Vacilón Ruidosón) y la otra para darle la bienvenida a un utópico 2K14 llenos de buenas intenciones, proyectos y propósitos. La primera fue una épica bacanal de tribal, ruidosón y post-tribal y post-ruidosón. Y poquito hip-hop luxado.

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La segunda fue El FUTUROOooOOoo, una intensa noche de la que poco recuerdo aparte del pinche flayer tan vergas que se rifó el Pecco y el colosal cartel que ya auguraba una magnífica velada llena de buena y variada música, en su mayoría electrónica, de las más diversas índoles.

Después de pre-copear en la casa de el Jaso, la Hilda y yo, pasamos de una vez a comprar un par de botellas de ron para toda la noche, por aquella extraña regulación que tienen en el norte de dejar de vender alcohol a cierta hora de la noche que lo único que provoca es que se compre más alcohol del que probablemente se bebería si vendieran las 24 horas como acá en el sur, o tal vez no. Qué importa.

Llegamos a la casa de las Bon, relativamente temprano, había poca gente. Estaba toda la tropa. Uno u otro Macuano, el Joey, Ejival, el Griti, Siete Catorce y un chingo de gente que está haciendo cosas muy chidas. La nueva y la vieja y los sin-escuela, conviviendo “sanamente”.

A esa hora estaba Tony Gallardo II poniendo rolas chidas como por durante unas dos horas. La gente apenas llegaba con sus aranceles etílicos colectivos, estupefacientes sintéticos y naturales con fines 100% recreativos.

Para quien a estas instancias del año no sepa quién es Tony Gallardo Segundo, pues resulta que es como el lado sombrío y arrebatado de el María y José. En este proyecto hace tracks techno claramente influenciados por el rollo Cómeme y eso.

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Después de Tony, un muchacho robusto con la única ponytail-macho que he visto en mi vida, colocó su computadora y comenzó a poner los tracks más ardientes de la noche, sin duda. Fue como una inyección del ruidosón y la cumbia más pura directa al corazón de la fiesta, que hasta ese entonces era Uma Thurman inconsciente tirada en el piso.

Dorian Santos, a.k.a Santos, puso a bailar a todos los asistentes desde la primer rola de su set. Para ese entonces el patiesote ya estaba lleno de gente random y conocidos.

El Santos es uno de los artistas más entregados que he conocido, sus letras hablan en general, de la vida nocturna, el estilo de vida que él lleva, el amor y el salvajismo de la ciudad fronteriza (eso sonó muy mamón).

Es uno de los 4 pilares del ruidosón. Como persona se me hace una de las más reales que conocí y de las más pedotas también. Cada vez que lo veía traía una caguama fría en la mano.

Acá su set completo grabado x Carlos Matsuo para su cotorreo de ‘roofies & six packs’ (dénse una vuelta igual encuentran otras interesantes sesiones que ha grabado en distintas ocasiones):

Eran como las 12 y llegó el turno de Sanidad Mental, proyecto en el que yo rapeo mientras el Siete Catorce me arroja instrumentales trucadas. Para mi sorpresa la gente reaccionó de manera inesperada. Nos rodearon y hasta rapearon una que otra rola a lo largo de una efímera pero divertida presentación.

Después siguió el diablo, a.k.a Siete Catorce, que ese día iba a tocar como Den5hion y que al parecer terminó tocando como Sin Amigos o algo así. ¿Qué te puedo decir? Si has estado presente en una noche musicalizada por Marco no hay tanto que agregar. Estás consciente de la embestida de cada uno de sus alterados tracks yuxtapuestos con los otros, más hondos y reflexivos. Siempre hace lo que quiere con los cerebros de los asistentes. Tribal existencialista del infierno. A mí siempre se me ha hecho como el Rimbaud del tribal, un imprudente genio extravagante.

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Los momentos extáticos de su set fueron ‘Roche dos’ y ‘Verdad’, de su último EP como 7:14. Y mi favorita de toda su vida es “Identidad” de Vacío (un proyecto en el que Marco produjo dos tracks excelsos sin escucharlos sino hasta el final de haberlos estructurado de manera visual y en base a espectros), un obra maestra muy poco conocida o valorada.

Después de esto, la fiesta estaba en su máximo esplendor. Todos estábamos borrachos, drogados o todo al mismo tiempo o eso parecía. Puritanos, veteranos, novatos, expertos, intelectuales y sad girls bailan cuando a Marco se le antoja. Otra estrellita a la pizarra de tocadas perfectas del año pasado para Marco.

Después siguió Siberium, a quien no tengo el honor de conocer, con música rara o ambient-experimental-electrónico. Que haya tocado después de Den5hion representó un golpe duró para la mayoría de los asistentes quienes optaron de manera descortés (me incluyo) por ir al baño o a fumar un gallo mientras este colega, su laptop, un montón de pedales y un guitarrista hacían lo suyo en la tarima hipotética.

Los sonidos y atmósferas que generaba Siberium, el alcohol y creo que algo que le echaron a mis hielos, me hicieron entrar en un terrible trance del que poco recuerdo. Veía cómo la gente se iba. Fue un extraño interludio del que solo recuerdo un incipiente zumbido taladrando mi sistema nervioso central, parpadeo y de ahí aparezco en la sala de la casa o la cocina o el baño, afuera la luz de las sirenas de las patrullas bañaba la pared del patio de la casa.

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La gente chiflaba, la gente cargaba el audio adentro de la casa, bisbiseo por aquí y por allá, carcajadas mientras otros desmantelaban su equipo. Marco queriendo tocar de nuevo. El alcohol a punto de terminarse, no sé. Por más esfuerzo que hice no pude conciliar un recuerdo concreto o coherente de lo que fue la fiesta post-Siberium, entonces le pregunté a personas que estaban ahí para ver si ellos recordaban algo o todos fuimos víctimas de un mal viaje colectivo.

Estas fueron las preguntas que copie y pegué:

“¿Te acuerdas de la fiesta del futuro0o0o0? ¿Qué pasó después de Siberium? ¿Quién tocó? ¿Qué pasó? ¿Cómo te la pasaste? Cuéntame tu experiencia post-Siberium".

Y estas fueron las amables personas que hicieron un esfuerzo plausible por revivir aquella delirante noche:

Ariana Bon: “Te quiero contar pero estoy en claseee. Te cuento al ratiiii.”

Pecco: “Fui a rayar mientras ese wey tocaba, regresé bien cansado y estaba tocando El Barba. Me metí a dormir a un cuarto donde estaba el baño.”

Carlos Matsuo: “Creo que tocó El Barba y como no me pasa, me fui con el Santos, su novia y Kelman al Chips (un bar del centro), donde me encontré a un ex roommate con su nueva novia brasileña. Estuvo chingón.”

Hilda Montero: “Estar pedisima. No pues después de eso primero estaba tocando Siete bien padre. Luego cortaron el set para que Siberium tocara, porque estaba awitado que ya era bien tarde y no había tocado. Total APAGÓ la fiesta, tocó bien poquito y creo después de eso ya fue que salió la mamá de Ana a corrernos a todos.”

Moisés Horta: “Wow, esa es una buena pregunta. Recuerdo que llegó la policía y que metí el sonido en el cuarto de alguien, en casa de Anna Bon. Luego me fui a algún lado. Ya no recuerdo bien, andaba bien deliradote. Pues fue eso. Que llegó la policía y nos aplastó el sueño".

Anna Bon: “jajajajaja, El Barba que llegó cuando se acabó el party con un montón de amigos bien raros y mi mamá que le tuvo que pedir al Siete que le parara como a las 4 am. La música excelente obviooooo. Pues llegó la placa a querer matar el party porque unos vecinos mata curas les habló como a las 3 yo creo y mi mamá se los verbeó para que se fueran y tuve que convencerla que nos dejara un rato más, con eso de que empezó tarde la tocada. Pero pues ya sabes cómo es el Siete, ni de pedo se iba a quitar así de fácil. Pero estuvo bien chido, todos alcanzaron a tocar y todos estaban en drogas. Había un desmadreeeee en la mañana que tuvimos que recoger, de eso sí me acuerdo vivamente, de la verga. Pero fue un buen party, así que valió la pena.”

Joey: “Creo que me fui después de eso, estuvo demasiado intenso el set y todos andaban bien locotes. Según yo nadie sabía lo que estaba pasando hasta que terminó y se empezó a ir gente. Moih se quedó, creo, porque sé que luego trato de tocar El Barba el pedo es que cuando tocó siberium llegó la placa y tuvieron que bajarle”.

Acá la respectiva crónica desde Cd. Juárez