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Música

LAO y la futurología

Uno de los capos de la nueva electrónica latinoamericana hace su parada en Bogotá este 30 de abril para darnos una muestra sonora del futuro. Conversamos con él y regalamos algunas boletas para su toque.

Uno de los nombres más rechinantes del sello revelación de la electrónica latinoamérica NAAFI, este mexicano nacido en 1985 es, ante todo, un desmembrador musical. En sus sets, revisita muchísimas tradiciones sonoras, desde el ambient hasta el IDM, pasando por los sonidos folclóricos del Sur hasta fragmentos de audio tomados de la tele, para de inmediato despedazarlas y aparearlas entre sí, creando una estética claramente propia, pero por lo cuestionadora.

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Críptica y subliminal, la narrativa musical de LAO se sustenta en una inquietud genuina sobre el futuro. A él no le interesa tanto la música como los efectos culturales que produce, y por eso experimenta con su mezcla de agua y aceite a ver qué sucede y sobre todo: cómo respondemos. En pocas palabras, es un maestro de la especulación sonora. Un productor que se pregunta por el entorno musical del mañana y, desde ahí, por su lugar en el mundo. Referente innegable de la nueva electrónica hispanoamericana, regular en todo tipo de festivales y spots en México (como este Boiler Room que se viene), y alumni de la pasada edición de la Red Bull Music Academy, en Tokyo, LAO está a punto de embarcarse en una gira Europea que va hasta el Sonar, en Barcelona. En trayecto hacia el viejo continente, hará una parada en Bogotá este jueves 30 de abril para tomarse La Ventana junto a su colega de sello Paul Marmota y La MiniTK del Miedo, de Colombia. Charlamos con él de esto y mucho más, y como música de fondo, los dejamos con este mixtape que se hizo para nuestros hermanitos de Thump hace unos meses:

¿Quién es LAO?

Me llamo Lauro Robles. Desde niño me interesó la tecnología, los videojuegos y la ciencia ficción. Mi película favorita es Terminator 2 y creo que es lo que más me influenció para volverme fanático de la tecnología. Estudié cine y televisión y mi formación como productor ha sido autodidacta. He sacado 5 EP's y varios remixes, soy parte de NAAFI y además administro un sello que se llama Extasis Records. El año pasado fui parte de la generación 2014 de Red Bull Music Academy que se celebró en Japón.

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Hablando de eso, ¿cuál fue la lección principal que aprendiste allí?

Creo que más allá de las conferencias, las nuevas amistades y la experiencia de tocar para un público completamente distinto, aprendí a dimensionar las cosas, a saber que lo que importa al final de todo es la música y lo que uno hace, también que podrán haber personas que entiendan tu música de una manera completamente distinta de la que pensaste al momento de hacer una canción.

NAAFI, no es un sello de los que publican y ya, sino que es un grupo de personajes con inquietudes comunes que a su vez cobran vida en la pista de baile. ¿Cuáles dirías tú que son las discusiones/problemas de fondo que atraviesan al sello y le dan su carácter?

Algo en lo que NAAFI siempre tiene rigor es en el discurso musical del artista, automáticamente nos preguntamos: ¿qué es lo que se quiere decir? Nos importa mucho saber si el trabajo de un productor tiene significado y que este sea un reflejo de la realidad del artista, algo que mueve y que importa, algo con identidad y sentido propio.

Y en tu caso, ¿cuál es el centro del conflicto en tu música?

Me fascina crear momentos de conflicto, unir polos opuestos solo para ver qué sucede. Soy fanático de la música industrial y de muchas ramas de la música electrónica, pero aún así, me intriga la fórmula de la música pop, siento que hay algo misterioso ahí, algo que tiene que ver con el control mental, esa música la escuchan decenas de millones de personas. Me gusta experimentar rehaciendo hits de música pop como me gustaría que sonaran, imprimiéndoles mis ideas y mi muy personal idea del futuro y de la realidad que vivimos actualmente.

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¿Cuál es tu confusión principal como persona?

El futuro: todo es incierto y todo puede o puede no suceder, siempre hay que tener eso en cuenta, y creo que por eso en la carrera de un músico/productor hay que siempre tener en mente y de una manera realista en dónde nos gustaría estar parados unos años hacia el futuro.

Ahora arrancas en tremenda gira por Europa, comenzando en Paris y terminando en el Sonar, en Barcelona. ¿Cuál sería una postal gloriosa que te gustaría tener para el final del periplo? Por favor incluye tus fantasías más pornográficas…

En esta ocasión, definitivamente sería el Sonar, creo que hasta la fecha será la vez que toque frente al mayor número de personas, espero que todo salga bien para que esto suceda. También una "nude selfie" por cada ciudad que visite sería una buena idea para algún calendario o memorabilia de edición limitada.

¿Te inquieta la exploración subliminal?

Pues me encanta el mundo de la semiótica, trabajar con signos y significados. Partiendo de eso, me gusta repensar lo que puede significar una canción para así llevarla a otro lado. La pista de baile es un momento, y no hay momento en el que uno pueda ser más receptivo que cuando uno está bailando de manera eufórica al ritmo de la música. Es un espacio en el que se pueden sembrar ideas en la cabeza de alguien sin que se de cuenta.

Llevas tocando desde 2001. Háblanos un poco de tu evolución musical…

Ha sido un viaje por demás divertido. El estilo que me hizo dedicarme hacer música fue el IDM clásico, y cuando empecé a mezclar por primera vez ponía los tracks de mis amigos productores que en ese entonces me enseñaban a hacer música. A mediados de los 2000, el glitch, el dub digital, el dub-techno y el minimal-techno (el real) eran lo que me gustaba: Basic Channel, Echocord, Mille Plateaux, Force Inc., Contexterrior y Sutemos eran algunos de mis sellos favoritos. Acá en México los sellos con los que me codeaba eran Filtro, Abolipop, Static y Konfort. En el 2005 entré a la universidad y al mismo tiempo fiesteaba duro en lo que en ese entonces era el underground del DF. A la ciudad estaban llegando a vivir muchos extranjeros y al mismo tiempo se puso de moda la cumbia en su nueva forma digital. En esa época hice un proyecto que se llamaba Majadero en el que hacía mashups de pop con cumbia, electro y dance. Y pues ya para el 2008, 2009, el bass inglés había llegado a la ciudad de México con el dubstep, y en ese entonces mezclaba tracks de sellos como Hyperdub, DMZ, Hotflush, Skull Disco, Planet Mu y Tempa. Y pues de ahí al día de hoy, incluyendo el nacimiento de NAAFI, mi estilo se enfocó hacia distintas formas de música de pista de baile en las que al mismo tiempo de experimentar, pudiera investigar y trabajar con ritmos locales de distintas partes del mundo. Hoy en día mis sellos favoritos son Lit City Trax, Fade To Mind / Night Slugs, Her Records, Glacial Sound, Príncipe Discos, Enchufada y Crazy Legs, por nombrar algunas.

Tienes el logo de la logia Aphex Twin tatuado en tu brazo. ¿Qué otros logos de bandas merece tu cuerpo? ¿Y dónde te los harías?

Además del logo de Aphex Twin, tengo tres tatuajes referentes a Psychic TV. También, en el antebrazo tengo el verso "I can't get no sleep" de la canción "Insomnia" de Faithless. Me quiero poner NAAFI en algún lugar cerca de mi mano derecha y me gustaría hacerme el logotipo de la hormiga de The Prodigy en la pierna. En realidad casi ninguno de mis tatuajes lo he pensado mucho, solo me los hago en el momento.