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Música

20 discos para trascender las listas de 2014

Dejemos las amarguras de lado y pensemos en compartir, escuchar y tragar una torta de bacalao mientras la mugre sonora infecta nuestro organismo.

Es un verdadero desperdicio que un hombre como Ricardo esté escribiendo para nosotros. Debería de estar ganando premios importantes de literatura y conquistando corazones adolescentes dando pláticas sobre música en las universidades. Lamentablemente para él, y muy afortunadamente para nosotros, Ricardo desperdicia su talento aquí en Noisey. Puedes atestiguar y gozar de este regalo del infortunio en su columna Arrieros Somos.

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Puedes seguir a este genio en Twitter: @RAikA83

Yo no sé por qué tanto pedo con las listas de lo mejor del año que sucede. Ninguna se escapa y todas se curan en salud. Esta no es la excepción. Toda selección es un juego lúdico, también un ejercicio de limitaciones, egos y sobre todo criterios a priori. La que aquí les presento va de un género a otro, de una pretensión a otra.

Sin embargo, si un criterio imperó a lo largo de este listado de 20 discos, fue el de la trascendencia, el de la escucha de más de 10 veces por disco antes de comenzar a teclear, de pensar en el futuro y el aporte en un panorama en el que se tilda de original se evidencia como un pelmazo. No hay hilos negros, pero sí discos extremadamente chingones, como éstos.

Toda lista de “lo mejor de 2014” vale mucha verga al llegar el año siguiente, sobre todo si ésta repite a Jack White, los Black Keys o el nuevo de Damon Albarn o cualquier otra cosa que hace eco a mil por hora sólo porque un medio reputado lo dijo.

Dicho lo anterior, dejemos las amarguras de lado y pensemos en compartir, escuchar y tragar una torta de bacalao mientras la mugre sonora infecta nuestro organismo. No hay orden númerico especial, sólo discos increíbles. Dense macizo.

1.-18+-Trust

Si yo te digo que es un dueto californiano, que mezcla paisajes pop con sintetizadores pervertidos a través de un trabajo colaborativo en plena era post internet, seguro ya te alejé de escuchar a uno de los proyectos más sofisticados, pop y con todo el estilo del mundo. Trust es un disco que a veces huele a trap mal cogido varias veces durante una peda, a hip hop regurgitado y a cosa ya hecha que de repente quiere ser M.I.A. en antidepresivos, pero es quizás su impureza y su sentido de irregularidad lo que da en el clavo. Trust es un disco que engancha de volada, dan ganas de arrimarlo macizo y menearlo con ganas, pero en lo oscurito, ahí donde lo depravado trae moño de seda. Qué elegancia.

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2.-Beck - Morning Phase

Desde que falseó con su morra, Beck entendió que su onda era el dolor y el folk setentero y sacó esa belleza que resulta en uno de los 3 mejores discos de toda su carrera, el Sea Change de 2002. Luego le pendejeó gacho con tres irregularidades de las cuales uno podría sacar un disco bueno a secas (Güero de 2005, The Information de 2006 y el Modern Guilt de 2008) para después irse a esconder y pensar en lo que había hecho. Este año regresa a ponerse desenchufado y melancólico con el Morning Phase. Aunque con un tinte un tanto más luminoso que el Sea Change, esta es una suerte de secuela cuidadita en la producción y que de algún modo amarra bien esa idea del amor pasado de verga en la oscuridad más sabrosa. Y de paso, nos recuerda que el Beck no canta mal las rancheritas dolidas a la Neil Young, con su toque de popsito inadaptado que tan bien le vino en glorias pasadas como el Mutations (1998) o ese mounstro insuperable llamado Odelay (1996).

3.-Neil Young-A Letter Home

Tu abuelo fue un cabrón, mujeriego y amargado, sin embargo también fue un chingón. Ergo, cuando llega a la recta final le das chance de que haga lo que quiera y desvaríe a su antojo; que haga declaraciones picosas para luego contradecirse, que escriba una autobiografía con uno de los peores título de todos los tiempos, o que invente un aparato tecnológico redundante nomás porque “el mp3 está culero”. Entre tanto desplante, al gran Jefe Young se le antojó grabar un disco en una máquina antaña, jodida y recuperada que graba en mono, con el kilo de gis sonoro, acompañado nada más de su lira y un perrito que mueve la cola cada que Young coverea. El disco se llama A Letter Home y el perrito faldero es Jack White, quien sabe de qué va su negocio lejos de hacer discos reciclados. 34 discos antes, Young no había grabado un disco así de bonito, nostálgico, con covers de primer orden a Willie Nelson, Tim Hardin, Bruce Springsteen, el gran Bert Jansch o al mismísimo Dyla. Pinche discazo, podrías oírlo en carretera día y noche mientras le pegas de lingotazos a la pachita de alcohol.

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4.- Mujercitos - Demo

Hace poco, el periodista Alejandro González Castillo se quejaba amargamente en redes sociales porque los Mujercitos no le quisieron dar una entrevista. González, quien reseñó el demo debut de este combo extremo mexicano, en donde desfila el bajista de Nazareno el Violento y canta una morra de nombre Edna, decía que los de Mujercitos “se habían equivocado de enemigo”. Inconsistencias e irrelevancias menos, los Mujercitos están en su pleno derecho de portarse “interesantes” o lo cretinos que quieran, tocar así de brutal y cabrón y no salir en los medios. Nada tiene sentido; su demo es gratis y está brutal, no se entienden las letras a la primera y suenan estúpidamente potentes en vivo. Violentos y desgañitados, como todo rock debería de ser. Alex puede seguir pensando que se equivocaron de enemigo.

5.-Cooly G, Wait´Til Night

Una de las cartas más chingonas y discretas del afamado sello Hyperdub. Sí, más trap-dub caliente para los aferrados a la degeneración postapocalíptica del house. Cantante, rapera, DJ y productora de sepa oscura, Merrisa Campbell se aventó un segundo opus que no esperábamos estuviera así de bueno, con club sexual y sudoroso de rigor. Los NAAFI ya se están tardando en traerla.

6.-Swans-To be Kind

He visto a los fans más aguerridos de Michael Gira asquearse con los nuevos seguidores de la segunda etapa de Swans, comenzada hace cuatro años con el regreso a los escenarios de una de las bandas más sórdidas y oscuras en el rock estadounidense. Sin embargo, propios y extraños, se la pelan durísimo y se quedan boquiabiertos cuando ven lo que Swans puede lograr a nivel creativo después de poco más de 30 años de estarle dando violencia al cuerpo, vía dosis industrial, noiser y post punketera no wavesera marrana. To be Kind es el decimocuarto álbum de estudio y sigue sonando perturbado de sus letras y mamado de sus liras. Con este disco nos visitarán en el próximo NRMAL y los fans de antaño se asquean al ver que hay chamacada adorando a Michael Gira.

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7.-Space Project

Los exquisitos suelen decir que es de mal gusto poner un best of, un en vivo o un various artista en un listado. Por eso va este, porque es sencillamente la antípoda del mal gusto. A un alguien bien chispa se le ocurrió la puntada de tomar sonidos espaciales reales (es decir, grabados por la NASA) de cada planeta y comisionarlos a diferentes artistas. El resultado evidentemente es irregular, claroscuro, pero tiene joyas que opacan los temas flojos, llevando a buen término el disco, convirtiéndolo en algo hermoso y entrañable. Incluso bandas que bailan en la media tabla logran momentos de suma belleza, como Beach House, Youth Lagoon o Antlers. Pero la apoteosis de estos 14 temas llega a su clímax con el aporte de Spiritualized, “Always forgetting with you (the bridge song)”. Qué chingonería.

8.- Arto Lindsay-Encyclopedia of Arto

Quien vio a este brasileño-neoyorquino, afamada figura del new wave y artista de riguroso culto, hace dos años en el Cine Tonalá o este en el Germinal, sabe que aún raspa la lira, el humor y el ruido sabrosisnho en vivo. Arto Lindsay siempre ha sustentado su reputación, y se ha dado licencias que a pocos artistas le lucen tan rico en disco y en vivo. Este año logró una macabra suerte de revival con su disco doble recopilatorio, Encyclopedia of Arto, que pasa por su ruido cochambroso a la más DNA, pasando por su innegable arraigo lleno de cadencia y sabor sambita, hasta llegar a letras refinadas, inmersivas y honestas en su lírica más honesta.

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9.- Sun kil moon-Benji

Mark Kozelek siempre sonó increíble, ya sea con los no menos extraordinarios Red House Painters, en colaboraciones o de a soldado. Sin embargo, la banda autora del Songs for a Blue Guitar (1996) siempre tuvo un halo épico y luminoso que a Kozelek no le venía del todo bien, o al menos eso hace pensar. Posteriormente se convirtió en Sun Kil Moon y lo que es la canción encuerada vino del corazón más retorcido de Kozelek para convertirse en uno de los mejores cantautores de su camada. Benji es un sexto disco refinado, primario y sencillamente extraordinario, de una honestidad sin límites, en donde al amor se le dice amor y al padre se le recuerda con cariño, sin que lo directo entorpezca la belleza o el mundo sutil de la alegoría. Si Benji te suena a esas cosas que te encantan la respuesta está en los créditos, en donde participa el invencible Bonnie ‘Prince’ Billy, Jen Wood de los Tattle Tale y Steve Shelley de los difuntos Sonic Youth. Folk chingón para barbones tristes.

10.- Hiss tracts-Shortwave nights

La gente luego es bien pelada, acaba diciéndole ambient o paisaje sonoro, se las da de Paris Hilton avant garde, y con tanta diferencia termina por normalizar lo chingón. Eso al menos le pasa un poco a Contellation Records, quien alberga a uno de los grupos con mayor culto del también mal llamado post rock (Godspeed You! Black Emperor). Hay quien una vez me dijo que todo lo que saliera del sello está cabrón. Sí, tiene a la gran Matana Roberts y a Vic Chesnutt en su catálogo, pero lo cierto es que Constellation también alberga bandas nuevas repetitivas, grandilocuentes y sin carnita. Así me parecieron los textos de prensa y las críticas que precedieron al disco Shortwave Nights de este duo colaborativo llamado Hiss Tracts me prejuiciaron bastante. El tema era: un integrante de GY!BE topa a un miembro de Growing y entre los dos hacen paisajes sonoros tirados al ambient y al drone. No gracias. El resultado es menos pomposo y más chingón de sencillo de lo que suena. Gran disco.

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11.- Lussuria-Industiale Illuminato

Cuando un artista trae una propuesta única y sustanciosa, aunado a un enigma que lejos de mamarlo acentúa su quehacer sonoro sin mayor distractor, el resultado resalta más en el sonido y la cabeza. Vía Hospital Productions, el trabajo reciente de Lussuria continúa el gramaje sofocante y atmosférico de su disco pasado (American Babylon de 2012), con un álbum francamente desconcertante, para estómagos distendidos, en el que la música concreta hace guiños sin coquetear demasiado, y el deconstructivismo juega como soporte conceptual de un álbum que es poderoso, narrativamente sólido y hermético en sus formas elementales. Cintas, loops, manipulación de sonidos nostálgicos sin aterrizar tan a lo Boards of Canada, con quien algunos lo llegan a comparar. Paranoias, barreras del diálogo… sombras contemporáneas que llevan una sórdida presencia desde hace ya varios años, ahí, flotando en la espesura de tu momento más oscuro.

12.- Sun O))) & Scott Walker- Soused

Ahora dicen varios que la colaboración la vieron venir de lejos y resulta obvia. Lo que sí es que Soused es un disco para machines narcisistas oscurones que le agarran el pedo a las lindes más elementales y refinadas del metal. Ambos mounstros son reconocidos y respetados en su cancha. Mientras Scott se reivindica y da el levantón de ese último disco que resulta ya tantito insoportable, el perdido Bish Bosch de 2012, Sun O))) vuelve a hacer lo que mejor le sale: guitarras pasadas de verga, dronizadas y bien densas, y de paso se sale tantito de ese círculo de confort bestia en el que aparentemente comenzaba a caer. El resultado es una gañanería de cinco temas que es como un cuarto de tortura griego, de cuero y ardiendo a lo bonzo. Resultaría barato decir que aquí hay genialidad y humor de alto rango, rock deconstruido para clientes exigentes. ¿Pero quién me va a creer?

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13.- Ai Aso-Lone

A occidente nos llega de Japón sólo lo que de plano ya tuvo varios sellos de aprobación por la crítica especializada, la mitad de las cosas nos llega tarde o de plano la dejamos pasar de largo. Las barreras idiomáticas y culturales nos han dejado sólo lo más elemental de cosas como Boris, las recomendaciones reusadas de Zorn o cualquier otra excentricidad extrema a lo Merzbow. Es en ese alud de consumismo pasivo y repetitivo que se nos estaba escapando la bella Ai Aso, quien sí, tiene conexiones obvias con Boris, pero que hace un folk-pop de una dulzura y tristeza excepcional. Su quinto disco es una chulada solitaria de pe a pa. Y uno acá esperando a que traduzcan la nueva de Takashi Miike, que por cierto está horrenda.

14.- Mink Mussel Creek-Manticore

La psicodelia está pasando por un revival bien raro. Bien repetitivo y blandengue para ser precisos. Parece que un fan le hizo saber este sentir al Kevin Parker (líder de Tame Impala) y al Nick Albrook de los grandiosos Pond (no confundir con Bardo Pond) y en 2008 pusieron cartas en el asunto. Aquel demo verguísima del que todos los fans de Tame Impala hablaban se encontraba sólo en pulseritas USB para los fans australianos. El mito de Mink Mussel Creek se acabó en mayo de este año, cuando salió Manticore, el primer disco en forma de este combo, en donde el flaquito acidito de Parker toca la bataca. Y sí: ¡Ay wey! Están marranos, chingones y mugrosos. ¿Hasta cuándo van a liberar su disco de forma legal para el mercado moreno? No sabe, no contesta.

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15.-Morgan Delt- homónimo

Mientras Tampe Impala se baja del avión y putea más sus amplis para un disco decente, y los Flaming Lips consideran seriamente ya dedicarse a plantar árboles, Morgan Delt se cuela de a poquito en esa escena neo psicodélica para decir: “a ver chamacas, en California se derriten los ajos así”. Viaje pasadote, reminiscencias sesenteras, ácidos de los no regulados y neuronas en plena ebullición. La nueva banda favorita de Drozd trae con queso las enchiladas y su tema “Barbarian Kings” puede servir para decirle a Brian Jones que salga de esa flauta de pan de Jajouka para venir a cotorrear.

16.- Boothrooy-Idle Hours

Tri-angle es un sello de electrónica consistente y diferente, por donde han pasado artistas como la ahora afamada Aluna George. Su nueva carta es este morro veinteañero de Manchester llamado Peter Boothroyd, quien a través de su primer EP, el maravilloso Idle Hours, hace genialidades oscuras con una textura electrónica atascada de gis, secuencias despitorradas y sofocantes en tan sólo cuatro cortes. Este chamaco es increíble.

17.- Amen Dunes-Love Dunes

La disquera neoyorquina Sacred Bones se ha erigido como una de las más interesantes, con identidad propia y suficiente carnita creativa como para levantar un templo en su honor. Amen Dunes fue en un inicio el proyecto de Damon McMahon, quien comenzó a confeccionar canciones más sueltas e improvisadas sin mucha pretención hace cosa de seis años, a la par de su banda, Inouk, banda de culto que se perdió con un disco de 2004 con reminiscencias al pop de Manchester de finales de los ochenta. McMahon ha tenido reputación de tener unos huevos enormes para cantar folk, darle al spoken Word, pasarle por la tirada industrial, hasta hacer covers del cancionero etíope más escondido. Pero lo suyo es hacer baladas americanas cabronas, únicas y poderosísimas de la forma más encuerada. Love Dunes es sin temor a equivocarme su obra maestra a la fecha, 11 cortes de honestidad brutal que maman sobremanera del folk inglés más escondido de los sesenta y setenta, pero con un sello distintivo y cabrón. El dolor nunca ha estado tan rico.

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18.- Dean Blunt-Black Metal

Den Blunt es un pasadito de verga al que le gusta cantar mal, producir pobre y retar al público en vivo, a sabiendas que el espectáculo y la escena alternativa le vienen guangas y le patean un poco las bolas. Un cantante soul pervertido, postapocalíptico e increíble. Black Metal sería una suerte de “decepción comercial” para quienes lo preferían en el subterráneo. Sin embargo, su entrada a la Rough Trade no desfalcó ni un ápice su oscuridad, flow y sordidez. Aunque se extrañan algunas genialidades logradas en el pasado al lado de Inga Copeland, Black Metal se para por sí solo y seguro trascenderá las escuchas, los años y los porros consumidos de este negro excepcional.

19.-The Bug-Angels & Devils

Aunque el británico Kevin Martin lleva décadas en la escena electrónica, generando una reputación y un nombre sólido a base de fiestas dub, techno retorcido y experimentaciones con el destronar de los beats, no había logrado un disco de la talla de Angels & Devils, el cual puede ser en sentido estricto su cuarto álbum y segundo larga duración para la Ninja Tune. Angels & Devils se robustece de la electrónica pero sus referencias más sutiles están en el rock, en la oscuridad, en la Inglaterra freak o en los Estados Unidos más fascinantes. Se entiende su contexto ideológico y toca sus mejores puntos en los temas colaborativos (Inga Copeland, Liz Harris, Death Grips y Gonjasufi los más destacados). ¿El mundo necesita más dubstep-trap-technoso? Sólo si va a estar así de chingón.

20.- Inga Copeland-Because I´m Worth it

Con tanto pinche internet, lista mamalona y disco de Deant Blunt, ¿quién va a pelar el disco autoproducido de Inga Copeland? Casi nadie notó que la ex Hype Williams y otrora colaboradora de los mejores temas de Blunt sacó un disco cabrón, discreto, de ocho temas que funciona como su debut, si no tomamos en cuenta lo hecho con Blunt y exceptuando algunos sencillos y EP´s sueltos. Sí, Because I´m Worth it suena tantito anquilosado en la electrónica dub-jungle noventera, pero merece escucharse con profundidad y audífonos, mierda decente y bajos potentes por lo menos unas cuatro veces para entender que es una cosa increíble, deliciosamente psicótica y de alto calibre. Una belleza.