La primera vez que escuché a The Pains Of Being Pure At Heart fue en el verano de 2009. El más infernal de mi vida. Me habían llevado a California (arrastrando y sin un gramo de dignidad) a una clínica de rehabilitación para drogadictos en Orange County. Tenía veinte años y me había cortado todo el pelo. Unos meses antes había regresado a casa de mis padres después de vivir en casa de un señor que en ese entonces era mi novio. También era novio de muchas otras. Yo no sabía eso. No podía manejar porque había chocado cinco veces en un mes y mis papás habían encontrado mucha mariguana en mi mochila de la escuela. No me la estaba pasando bien.Después de un tratamiento en la clínica esa, muchos doctores y muchas drogas duras (de esas que venden con receta los psiquiatras, no pendejaditas como la mota) me encontré completamente estupidizada en las calles de Los Ángeles por primera vez. Casi sin poder caminar, crucé Sunset Blvd. en dirección a la mítica Amoeba Music. Entré como cuando un niño entra por primera vez a una juguetería. Solemne y con un infartito de emoción a la vez. Babeé todos los discos que pude, escuché todas las recomendaciones, me desparramé por la sección de películas y me quedé dormida (involuntariamente) en uno de los pasillos. Eran las doce del día, pero las drogas me tiraban demasiado. Me desperté muy sacada de pedo como vagabundo en avenida. Escogí puros discos de cosas que jamás había escuchado y nunca volví a escuchar, excepto uno de las Vivian Girls de portada amarillita con rojo que me encanta.
Ya en la caja, el empleado me preguntó si era de por ahí y le dije que no. Me pidió permiso para hacerme una recomendación según mi selección. Acepté. Él traía una camiseta de The Pains Of Being Pure At Heart, que justo tenía el diseño de la portada de su disco homónimo del 2009. Señaló su pecho y me dijo que estaba obsesionado con esa banda, que seguramente me iban a gustar. Me trajo el disco y me lo llevé. Salí de la tienda y perdí mi bolsita con todas mis compras adentro.
Unos días después, ya en casa frente a mi computadora busqué ese disco que me había recomendado el tipo en Amoeba. Lo escuché de principio a fin dos veces. Desde ese día hasta hoy, puedo decir que es uno de los discos que más me gusta escuchar en ciertas situaciones. Su sonido saturado, las voces melódicas, los ecos melancólicos, los títulos de las canciones, todo me encanta. No me pasa lo mismo con Belong, ese disco que sacaron en 2011. Todavía no sé bien si en realidad no me gusta The Pains y sólo tengo ese disco pegado por azotada o si de verdad ese último disco no es bueno. He estado esperando a que saquen cualquier otra cosa para poder decidirme. Hoy anunciaron un próximo disco de título Days Of Abandon. En cuanto encuentre el leak en algún sitio ruso lo voy a escuchar y les voy a hacer una reseña de esas morbosas que les gustan. Mientras, pueden ver el tráiler aquí abajo. Y escuchen mis tres canciones favoritas de The Pains Of Being Pure At Heart.La portada del Days Of Abandon se ve así:
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