FYI.

This story is over 5 years old.

Música

¿A dónde va mi cuerpo?

Para la portada se utilizó un cuadro de la pintora surrealista mexicana Sofía Bassi, quien justo por estas fechas fue condenada por asesinar a su yerno.
M
por Micro

¿A dónde va mi cuerpo?

Discos Profeta

He sido invitado para escribir esta columna que girará en torno a discos raros, mi mero mole. Por alguna razón siempre me he interesado en la música insólita, tal vez influenciado por el boom que surgió a principios de los noventas por el sonido lounge y por discos específicos como los dos volúmenes que editó la revista Re/Search Incredibly Strange Music. Desde entonces he dedicado mi tiempo a buscar curiosidades en La Lagunilla, Centro Histórico y demás mercados o ventas de garage, vinilos antiguos muy bizarros, preferentemente mexicanos, la mayoría son un fiasco, sin embargo de pronto surgen joyas dignas de ser rescatadas.

Publicidad

Y pues nada, para iniciar esta colaboración seleccioné un ejemplar verdaderamente extraño, rayando en lo inverosímil. Se trata de un proyecto llamado ¿A dónde va mi cuerpo?, obvio no hay un solo dato de esto en la red, nuestro amigo Google en esta ocasión no nos podrá echar la mano, pero afortunadamente en la contraportada viene información valiosa, fotos y textos describiendo la obra, y mejor aún, datos sobre los autores intelectuales de esta descomunal hazaña. El primer mensaje que encontramos es: “Busque las letras en la funda interior”, mmmm desafortunadamente tengo al acetato sin el inserto, ¡carajo!, ya caerá.

Resulta que la genial mente detrás de ¿A dónde va mi cuerpo?, es el artista y periodista Rodolfo Mendiolea, él es el compositor de las letras y la música. Luego está Marko san Román quien es la voz principal, se hace acompañar del Quinteto Soul Magic, que está formado por sopranos, contraltos y otras voces muy educadas. Otro crédito, que por la naturaleza del proyecto es muy importante, es el de los arreglos y dirección musical que corrió a cargo de Rodolfo Villalvazo.

Un detalle en particular hermoso es que para la portada se utilizó un cuadro de la pintora surrealista mexicana Sofía Bassi (quien justo por estas fechas fue condenada por asesinar a su yerno), en los textos de la contraportada cuentan la historia que Rodolfo, el autor, al ver unas reproducciones de sus pinturas en la revista “Siempre” sintió que su concepto musical se identificaba con la obra de Sofía, así que la contactó para utilizarla como imagen de su disco.

Intentando adentrarme en terrenos musicales no tengo idea por dónde empezar. Es como una mezcla de canción popular, de protesta, contestataria, con elementos propios de musicales teatrales, baladas y ciertos destellos de ópera… Siempre con letras tremendamente poderosas, espirituales, místicas y existenciales. Los arreglos son cosa aparte, toda una orquesta detrás, grandilocuentes, complejos y rebuscados. Una verdadera obra maestra de lo pretencioso, no me gustaría decir fallido o absurdo porque me encanta. Evidentemente con los años se vuelve en una obra de humor involuntario, pero más allá de eso en verdad creo que tiene un valor enorme, es una creación sin igual que en todo momento podemos sentir la pasión con la que se creó.

Si eres de los que de pronto se peinan los puestos de pulgas de vinilos, te recomiendo rastrearlo, es muy difícil de ver, yo en todos los años de búsqueda sólo lo he topado una vez, por supuesto si lo vuelvo a encontrar lo agarro sin pensar, me declaro fan incondicional.

Al final lo que buscamos en la música es que sea auténtica, propositiva y única, en este sentido ¿A dónde va mi cuerpo? cumple con creces.

@elmicron