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Música

Una mirada a Laptra, el sello más representativo del indie argentino

Lo que empezó como un grupo de amigos se convirtió en una potencia de la música independiente.

Bestia Bebe x Natalia Berninzoni

Sin dudas, Él Mató a un Policía Motorizado es un referente ineludible de la escena independiente de Argentina. A fuerza de una propuesta musical con identidad propia y de giras por toda América y el mundo (incluyendo su participación en festivales como Vive Latino o Primavera Sound), el grupo bonaerense ha sabido hacerse un lugar en las playlists de miles de personas en todo el mundo de habla hispana. Pero esa escena no acaba en un solo exponente: hay muchas otras bandas argentinas que proponen nuevas estéticas, grupos que salen a pelear, disco tras disco, contra el convencionalismo. En este panorama, el sello discográfico Discos Laptra, que edita a Él Mató, pero también a más de una docena de artistas es, por su propio peso, la nave insignia del indie argentino.

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Laptra nació hace 12 años como fruto de la unión de un grupo de adolescentes de la ciudad de La Plata, en Buenos Aires. Eran dos grupos de amigos, uno del Colegio Nacional de la Plata y otro del Bachillerato de Bellas Artes de esa misma ciudad, y estaban interesados en la misma música (Weezer, Ramones, Guided By Voices, Pavement, Flaming Lips, Pixies, Sonic Youth, Galaxie 500, Neu!, Wire, entre varios artistas). Pero también tenían otros consumos culturales en común: series de la nueva comedia estadounidense como Freaks and Geeks o Seinfeld, el cine clase B, la ciencia ficción, los cómics y otros productos que se destacaban entre la cultura pop de ese momento. Sin ir más lejos, el nombre del sello se debe a una mala transcripción de la palabra “Lapras”, que denomina a un personaje de Pokémon similar al monstruo del Lago Ness.

_Santiago motorizado _x Natalia Berninzoni__

Desde sus inicios ha funcionado como un colectivo horizontal en donde no hay un gerente o un dueño, ni siquiera una organización demasiado planeada; son los propios músicos del sello quienes aportan alguna de sus habilidades para sostener el proyecto. “Cada banda tiene independencia artística y cada integrante, además de tocar, sabe cómo grabar discos, gestionar conciertos, diseñar estrategias de comunicación, etc. En diferente grado: algunos saben más de diseño, otros más de comunicación, otros de ilustración, otros de grabación. Todos aportamos y nos vamos organizando según lo que haya que hacer”, explica el músico solista Javi Punga, integrante de Laptra desde los comienzos, allá por 2004, cuando el sello debutó como tal con la publicación del primer EP de El Mató a un Policía Motorizado, Tormenta Roja.

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Esta forma de trabajar “multifunción”, que describe Punga, tiene mucho que ver con las diferentes facetas que tienen los integrantes de Laptra. Javi Punga suele ilustrar las tapas de sus discos y los flyers que promocionan sus conciertos. Antolín, además de hacer lo mismo con las portadas de sus discos, ha publicado algunos libros de poesía que revelan una impronta íntima, similar al imaginario que traslada a sus canciones. El propio Santiago Motorizado (voz de EMAUPM), ha ilustrado sus discos y creado afiches que más de un fan del rock independiente tiene colgado en su habitación.

The Hojas Secas x Natalia Berninzoni

El catálogo de Laptra se compone de sesenta y un discos editados por una veintena de bandas. La música se mueve entre las canciones simples con pulso kraut de grupos como Bestia Bebé, Los Subterráneos, Las Ligas Menores o The Hojas Secas; los himnos lo-fi de 107 Faunos o Reno; la melancolía folk de Koyi Kabutto; o el noise rock imponente de Atrás Hay Truenos. También han sido parte del sello otras bandas reconocidas en la escena independiente de Buenos Aires, como el dúo Prietto viaja al Cosmos con Mariano (exgrupo de Maxi Prietto, actual cantante de Los Espíritus) y Los Reyes del Falsete. Nombres y estilos sobran, pero ¿qué es lo que amalgama a todos estos músicos? Pantro Puto, guitarrista del Él Mató, analiza: “El eje que atraviesa la ideología del sello tiene que ver con una visión de mundo compartida entre todas las bandas. Los grupos que integran Laptra, más allá de lo musical, comparten una misma manera de entender el arte y la vida en general. Son chicos y chicas relajados, lejos de todos los clichés de estrellas de rock”.

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Más allá de los diversos estilos que conviven en el sello, lo que aporta Laptra a la escena argentina tiene que ver con mostrar otra cara de lo que en Argentina se conoce como “Rock Nacional”. Es que la apuesta de Laptra se sustenta en el tiempo y promete mayor crecimiento gracias una frescura que se muestra lejana al perfeccionismo obsesivo de la industria: ”Si bien en nuestro relato queda un poco atrás del ‘grupo de amigos que se organiza’, tenemos un concepto de lo que nos gusta muy concreto, compartido profundamente en las raíces de nuestra amistad y bastante dificil de explicar. Rock-pop un poco minimalista, sin demasiada ‘sobreactuación’ en su interpretación, con énfasis en la canción, en la poesía”, define Javier Sisti Ripoll, guitarrista de 107 Faunos, una de las bandas que quizá mejor encarne el concepto en el que sostiene la curaduría del sello.

Las Ligas Menores descansando en un ensayo

En perspectiva, Laptra ha pasado de ser el nombre que identificaba a un grupo de amigos con intereses comunes a transformarse en una marca de calidad que denomina a una escena. Esa marca queda expuesta disco tras disco, y se hace presente sobre todo en eventos como el Festilaptra, un festival anual que celebra el fuego que esta “comunión de pandillas” (como a ellos les gusta llamarse) ha construído en todo este tiempo.