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Música

De regreso a las entrañas de Portoviejo Rock City

Radio COCOA nos presenta un documental acerca de la escena rockera de una de las ciudades más afectadas por el terremoto del mes pasado.

Hace un mes un terremoto de 7,8 grados conmocionó al Ecuador. La costa fue la zona más afectada, donde poblaciones enteras quedaron en ruinas. Portoviejo, la capital de la provincia de Manabí, fue una de las ciudades que más sintio la fuerza del sismo. Más de 600 estructuras colapsaron y murió más de un centenar de personas. En octubre del año pasado, nuestros amigos de Radio COCOA, estuvieron grabando un documental en esta ciudad en la que durante décadas ha existido una escena rockera muy pequeña, pero poderosa. Y que, durante años, ha sobrevivido con las uñas y ahora, al igual que la costa ecuatoriana, se está reconstruyendo para volver con más fuerza que nunca.
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Portoviejo es una de las seis ciudades más importantes del Ecuador. Una tierra llena de comercio, muchísima actividad agrícola, harto billete, narcotráfico y desigualdad. Y para que terminen de conocerla, también es una ciudad que escupía rock.

Hace 30 años Portoviejo se convirtió en un núcleo cultural alternativo. La música gringa invadió los cuartos de muchachos desadaptados que estaban acostumbrados a escuchar la salsa de la Fania All Star o la música tradicional manaba, algo parecido a la música llanera. Estos mismos muchachos fueron los que años después, crearían una escena amateur retumbante alimentada por bandas de garaje que tocaban covers de AC/DC, TOTO o América. Una escena que terminó en la primera década de los 2000 cuando parió a las última grandes bandas de esta ciudad.

De lo que recuerdan viejos roqueros con memoria y jóvenes alternativos con historias heredadas, es que existieron bandas, conciertos y una comunidad activa que le giró el pescuezo a la monotonía de este pueblo. El sobrenombre no llegó solo y nada de esto pudo haber existido sin dos elementos fundamentales.

El primero ocurrió en 1972 cuando el presidente Guillermo Rodríguez Lara abrió la primera llave de petróleo en la Amazonía. Con esto comenzó la bonanza nacional, se elevó la calidad de vida y las familias adineradas de Portoviejo comenzaron a viajar hacia Estados Unidos. Así como fluía el petróleo, también lo hacía “una piratería bien intencionada”, cuenta Juan Fernando Andrade, baterista de Los Pescados, la banda más popular del Portoviejo Rock City de los años 2000.

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En la década de los setenta no había tiendas de música y la única forma en la que podías acceder al rock era cuando los viajeros regresaban con las maletas repletas de discos y casetes. “Después, esos discos daban la vuelta de casa en casa, de carro en carro y de fiesta en fiesta”. Los primeros manabas roqueros comenzaban a germinar gracias a invasión de estos escandalosos sonidos que les revolvió el cerebro.

El segundo hito de esta historia ocurrió en los 80 cuando, cuando Pancho Jaime, Mamá del Rock ecuatoriano y periodista satírico, comenzó a organizar conciertos en la ciudad. Traía bandas de Quito y Guayaquil para compartir escenario con las de Portoviejo. Así inició la gestión de eventos masivos que trascendieron los patios de algunas casas. El lugar de reunión era Las Vegas, un recinto musical donde anteriormente se habían presentado Celia Cruz y Hector Lavoe. Jaime, al ver que el movimiento era tan fuerte, bautizó a Portoviejo como Rock City. Quedó marcado un destino, la responsabilidad de seguir ejerciendo el rock.

Este sobrenombre no volvió a tener fuerza sino hasta el 2009. De repente se veía en Facebook fotos de personas que aparecían junto a un letrero de carretera que decía “Portoviejo Rock City”. La Rola, otra de las bandas importantes de la escena de los 2000, lo había instalado en una de las entradas de la ciudad para promocionar su tercer disco. Fue un boom. Justo en esa época, la ciudad comenzó a producir rock inédito gracias al trabajo de bandas como los Pescados, Lagartija Electrónica, La Rola, Cangrejo Smoking, entre otras.

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El letrero fue robado, pero el cineasta Javier Andrade volvió a instalarlo en 2012 para el rodaje de la película Mejor no hablar de ciertas cosas, la cual hace alusión al frenesí, al descontrol y a toda esa onda degenerada que vivió Portoviejo junto al rock and roll.

Hoy, la alcaldía de Portoviejo se ha encargado de reconocer este sobrenombre y puso dos letreros iguales en las entradas norte y sur de la ciudad. Un reconocimiento casi folklórico a una escena casi moribunda que aún lucha por espacios.

Hace siete meses fuimos a indagar de dónde salió todo este cuento de “Portoviejo Rock City”. Escarbamos la médula de esta movida que nació en una ciudad rodeada de calor, monte y música tropical. Era necesario rescatar la historia, hacer justicia y exponer a bandas y gestores que tuvieron los huevos de sostener una escena, aunque pequeña, en medio del costumbrismo extremo.

Tras el caos dejado por el terremoto, el documental vuelve a tener sentido como un registro visual para acordarse de cómo la cultura under y el mensaje alternativo logró abrir espacios para los sonidos ruidosos. Cómo el rock logró fisurar y quebrar la monotonía de una ciudad para plantar nuevas ideas en una zona tan tradicional como esta.

Después de tanta destrucción, no sabemos si volveremos a tener bandas tan fuertes como estas, no sabemos si dentro del plan de reconstrucción nacional esté planeado edificar espacios culturales o venues para música alternativa en Portoviejo. Ahora, lo único certero es que la ciudad no solo tiene que levantar edificios, sino también reactivar y luchar para que el letrero de “Rock City” no quede entre los escombros.

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Texto: Marcos Echeverría Ortiz. Dirección: JJ Alomía y Marcos Echeverría Ortiz. Producción: Radio COCOA.