Todo el mundo puede escribir una canción. Destilar un sentimiento para perfumar una pieza de tres minutos es simple. Pero escribir un álbum, es un arte perdido.Durante los últimos 15 años, Murder by Death se han probado a sí mismos que son los mejores en el juego cuando se trata de un tejido de largo formato. Cada uno de sus seis discos toca más allá de su propio tema, tejiendo brillantemente en varias viñetas, historias y elementos como parte de su narrativa, con cada una de sus canciones ganándose su propio y extraño lugar. Y todo está envuelto por ese estilo de folk rock gótico eternamente evolutivo de la banda, que a veces es macabro, a veces tiene valses alegres y siempre tiene melodías para beber (whiskey, obviamente). Cada uno de sus discos se siente menos como una grabación de estudio y más como un libro de Cormac McCarthy.Big Dark Love, el séptimo disco de esta banda de Indiana, se echa un clavado directo hacia lo grande: el amor. Pero en un estilo muy clásico de Murder by Death, ninguno de los tracks habla de eso directamente. No esperen canciones de amor tradicionales.El líder de la banda, Adam Turla, conduce a casa la finalidad del amor con estas líneas en primera persona como: “Every morning I’m in pain/ I weep to greet the day/ Get me out of this wretched shell/ Crack me open, wish me well.” Es como la tragedia definitiva del amor: el dolor de ver a alguien que quieres acercarse hacia el final de su viaje y perderse en la oscuridad.Big Dark Love sale por Bloodshot Records el 3 de febrero.