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VICE World News

Gran preocupación de los científicos por la masiva muerte de especies marinas

Casi la mitad de los vertebrados marinos han desaparecido en los últimos cuarenta años, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), y la acción humana es la culpable.
Imagen por Franck Robichon/EPA
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Las especies marinas han disminuido casi a la mitad en los últimos cuarenta y cinco años, según el Índice Planeta Vivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF en sus siglas en inglés), y ha llevado a los principales científicos marinos a decirle a VICE News que la única esperanza de detener la muerte en masa en los océanos es transformar radicalmente y rápidamente el comportamiento humano.

Basado en un estudio de 5.829 poblaciones de 1.234 mamíferos, aves, reptiles y especies de peces en los océanos del mundo, el WWF constató una disminución del 49 por ciento entre 1970 y 2012. Los peces fueron los más amenazados, en gran parte debido a la sobrepesca humana: más de un tercio de estos animales consumidos por seres humanos están contabilizados en el Índice Planeta Vivo bajo amenaza de extinción, con la población de las familias del atún y la caballa cayendo un 74 por ciento entre 1970 y 2010.

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Otros animales que registraron pérdidas masivas y continuas eran los tiburones y rayas, de los cuales uno de cada cuatro está amenazado de extinción, así como algunas especies de tortugas, que disminuyeron en un 97 por ciento en el Pacífico Oriental.

La muerte masiva de animales más grandes está ligada a la destrucción de los hábitats que son críticos para la biosfera del océano. WWF también señaló que los arrecifes de coral — que dan cobijo al 25 por ciento de toda la vida marina — podrían extinguirse en 2050. Las áreas en la superficie de pastos marinos y manglares, que proporcionan lugares de desove, nutrientes y refugio para muchos animales, también han disminuido notablemente.

Las aves marinas siguen comiéndose todo el plástico que lanzamos al océano. Leer más aquí.

La fundación atribuye las muertes a una red de comportamientos humanos interrelacionados, incluyendo la sobrepesca, la piscicultura, el turismo isleño y oceánico, la contaminación, el cambio climático y la perforación en alta mar, que representa alrededor de un tercio de todo el petróleo y el gas extraído en el mundo. Todos estos factores se han acelerado desde los 70 a causa del creciente nivel de vida a nivel mundial, de acuerdo con Michele Kuruc, vicepresidente del WWF de la política oceánica.

"He estado haciendo esto durante 30 años, y he visto algunas de las peores cosas en mi vida", afirma Kuruc, "pero también he visto que una trayectoria optimista comienza a formarse con una mayor conciencia en torno a mucho de esto, y la comprensión de la necesidad que tenemos que cambiar la forma en la que nos relacionamos con los océanos".

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Kuruc sostiene que, a pesar de los niveles sin precedentes de la matanza en los océanos, se muestra esperanzada por el anuncio del presidente Obama del pasado otoño de creación de un grupo especial de trabajo para luchar contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. El informe de WWF cita la sobrepesca como la principal causa de disminución de la población de peces, con el 29 por ciento de las poblaciones de peces del mundo clasificadas como sobreexplotadas y el 61 por ciento como "plenamente explotada", lo que significa que no tienen capacidad de producir mayores cosechas.

Uno de los primeros esfuerzos del grupo de trabajo presidencial se centrará en la implementación de un sistema para rastrear el origen de los peces importados a los Estados Unidos, lo que representa el 90 por ciento de los mariscos consumidos por los estadounidenses. En términos más generales, el grupo de trabajo también mejorará la coordinación entre el gobierno federal y las agencias locales y animará a los socios comerciales de Estados Unidos, incluyendo a China, para acabar con la pesca no reglamentada. La Unión Europea, que representa 40 por ciento del mercado de la pesca mundial, anunció una iniciativa similar hace cinco años.

Phil Dustan, biólogo marino de la Universidad de Charleston en Carolina del Sur e investigador principal del Proyecto de Monitoreo de Arrecifes de Coral de la Agencia de Protección Ambiental, destaca que si bien la disminución de la vida marina es atribuible a varios factores, tomar medidas enérgicas contra la pesca excesiva daría a los hábitats oceánicos una oportunidad de recuperarse de lo que los daños humanos han causado.

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"Si dejas de tomarles piezas, estas civilizaciones oceánicas pueden comenzar a reconstruirse a sí mismas", declara a VICE News. "Nunca va a volver a crecer de la forma en que lo hizo hace 50 años, y vamos a tener que hacerlo lo mejor que podamos y cojeando en el Antropoceno, pero tenemos que hacer todo lo posible para detener la carnicería y dar espacio a estos sistemas para que vuelvan a crecer".

Un segmento cada vez mayor dentro de la comunidad científica sostiene que, debido a la influencia humana en el aire, el agua y el suelo ya no estamos viviendo en la época del Holoceno, que comenzó hace unos 11.700 años con el final de la Edad de Hielo, sino que ahora estamos en el Antropoceno — la era de los humanos.

Una animación muestra una tendencia alarmante en el Océano Ártico. Leer más aquí.

Dustan añade que la raíz de la destrucción del océano era la superpoblación humana, e hizo hincapié en que los derechos de educación y reproductivos fueron igualmente fundamentales para revertir la destrucción del océano. Un enfoque en el comportamiento humano en general fue compartida por Douglas J. McCauley, ecologista de la Universidad de California, Santa Bárbara, quien recientemente dirigió un importante estudio sobre la destrucción causada por los humanos en la fauna oceánica.

"Es muy bueno que estemos combatiendo la sobrepesca pero, si somos serios con la biodiversidad, en dos meses vamos a tener la oportunidad de hacer algo serio con los océanos en París", destaca McCauley en referencia a la conferencia anual del cambio climático en la ONU a finales de este año, donde los líderes mundiales intentarán ponerse de acuerdo sobre un pacto destinado a evitar niveles peligrosos de calentamiento global.

Sigue a Aaron Cantu en Twitter: @aaronmiguel_