El artista alemán Nils Völker hace mares de basura. O mejor, hace que bolsas de basura imiten el movimiento oceánico, dándole vida al plástico inanimado para que las piezas reproduzcan el fluir y refluir de las mareas. En su trabajo anterior, Thirty Three, incluyó 33 bolsas de plástico y un sistema integrado de ventilación computarizada unido a un Arduino, para que la información de las olas de un puerto en el noroeste de Francia controlara el pulso de las bolsas. Ninety Six, su más reciente trabajo, no está tan conectado a la naturaleza pero no deja de ser cautivador.La instalación incorpora 96 bolsas de basura puestas en un muro que inhala y exhala a un ritmo controlado, creando animaciones a manera de olas. Como el artista describe en su proyecto, "aunque cada bolsa está montada en una posición estacionaria, las secuencias de inflado y desinflado crean la impresión de movimientos vivos… De esta manera, las formas y los límites de la instalación por sí misma comienzan a disolverse".El trabajo de Völker nos recuerda a la instalación artística de Zimoun, quien también utiliza objetos desechables como materia creativa. Ambos artistas le dan a los objetos aparentemente inútiles, una chispa y energía inesperadas. Ninety Six es el tipo de instalación que podría ponernos en trance si la viéramos por mucho tiempo. Algo no muy diferente a la sensación que produce repetir una palabra hasta que su significado se desintegra en algo sublime y sinsentido a la vez: "una bolsa es una bolsa es una bolsa es una bolsa…”Mira más fotos de la pieza a continuación:
Más de Nils Völker en su website.
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