Así son los swaggers de la Plaza de la Ópera de Madrid

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Así son los swaggers de la Plaza de la Ópera de Madrid

Se autodenominan swaggers, escuchan trap, se pasan la tarde en la plaza, ven Hombres Mujeres y Viceversa, les apasionan las falsificaciones, quieren vivir del cuento y practican el "postureo" en pleno centro de Madrid.

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Hace unas semanas, por temas laborales, me establecí en Madrid, cerca de Ópera. Fue entonces cuando empecé a fijarme que justo a las siete de la tarde, un séquito de chavales tomaban la plaza. Al principio pensé que sería un meeting point, el típico lugar de encuentro donde se queda para no perderse e ir todos juntos (al botellón, pensé, qué ingenuo). Pero para mi sorpresa, cada cuarto de hora aparecían más chavalitos con pintas de estar en la lista VIP de los premios MTV de este año.

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En ese momento ni me lo pensé, decidí cotillear un poco y me senté cerca de uno de los grupos haciendo como que esperaba a alguien. Lo que escuché me recordó a mis tiempos mozos. Ellos también hablaban de a quien había que darle una paliza este sábado, donde intentar comprar el alcohol para ese fin de semana, que si el Alí sigue vendiendo las falsificaciones de las Nike. Ya sabéis, lo típico.

Cuanto más observaba a los grupos de adolescentes más preguntas me iban surgiendo. ¿Por qué esta plaza? ¿De dónde sacan la pasta para comprar esa ropa? ¿Son chavales del barrio?. Me acerqué a una de las chicas con aspecto de nini que se había acercado a pedirme un cigarro minutos antes. La chica, de unos 16 años, tenía la cara pintada con cuatro kilos de maquillaje. Llevaba unas Jordan con shorts desgastados y un top ultra petado. Ella se dio cuenta que me dirigía hacía allí y sin sorprenderse mucho siguió fumándose mi cigarro y hablando a grito pelao sobre lo guarra que era la Jenny por haber intentado perrear a su novio.

Le pregunté si se reunían allí siempre y como si no fuera mucho con ella me dijo que habían empezado a venir este verano por el tema del postureo. Mientras le daba las gracias por la información y me largaba ya estaba meditando mi siguiente encuentro con esta peña, quería saber más sobre eso del "Postureo" que me había dicho.

Al día siguiente, cámara en mano y alrededor de las siete y media de la tarde, me fui a pasear por la plaza. Había bastantes chavales para ser un miércoles. Me detuve en uno de los bancos de la plaza y cuando pasó un rato me di cuenta de que entre todos los chavales que conformaban los diferentes grupos había un chico que parecía el nexo común, "el jefe" por así decirlo.

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Me acerqué a él con decisión y comencé a hablarle. Le entré por las zapas que llevaba puestas y enseguida se soltó conmigo.

Primero me contó que aquí se reúnen casi cien chavales todos los fines de semana, que todos se conocen y que la plaza es como la plaza del pueblo. Todo esto me lo contaba con aires de liderazgo, en plan gangsta, como un jefe hablando de sus drogos. Después continuó diciéndome que no eran del centro de Madrid, la mayoría son de Orcasitas, Villaverde, Entrevías, San Blas. Todos barrios del extrarradio, pero curiosamente él era de Malasaña.

Este chaval se hace llamar "Ateniko". Me cuenta que ronda los 16 años y no puedo evitar fijarme en su indumentaria. Piercings por la cara, pantalones súper estrechos, tatuajes, un corte de pelo modernísimo al más puro estilo de Sergio Ramos y ropa de marca que parece falsa.

Ateniko prosigue contándome las hazañas de los adolescentes de la plaza. Me cuenta que hay muchos niñatos allí y que por eso la Policía no les deja en paz. Continua alardeando de las heridas de guerra que posee tras varios enfrentamientos en la plaza. Por lo visto, pese a ser en su mayoría del extrarradio, no les gusta la gente de fuera y es por eso que suele haber peleas. De hecho me cuenta que ese mismo día han quedado para pegarse pero que seguro que los otros no aparecerán.

Mi siguiente pregunta es sobre la plaza, ¿por qué esta plaza tan concurrida con la de sitios que hay para ir? Sin pensárselo ni un segundo, Ateniko me responde con una sola palabra: postureo. Aquí pueden lucir sus mejores galas, alardear de los nuevos pasos de baile que han aprendido, robar Wifi del McDonald's y ronear, sobretodo ronear.

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Ateniko está supermetido en el papel de líder, aún más cuando empiezan a acercarse algunos de sus colegas a cotillear por mi presencia, cosa que aprovecho para acribillarle con más preguntas rodeado de su gente.

Pronto empiezan a contestar a mis preguntas en masa, sin tan siquiera saber quién soy. Me fijo en todos ellos y distingo una cara familiar. Hasta la muchacha del cigarro del otro día se ha acercado a investigar. De repente me veo rodeado de adolescentes contándome sus batallitas.

Me cuentan que lo que más les gusta es el trap y el hip hop. Que adoran a Los Pobres (PXXR GVNG), de ahí que compartan estética y filosofía de vida pues en lo que todos están de acuerdo es que quieren ganar mucha pasta sin trabajar mucho y sin complicarse mucho la vida, como los personajes de la tele, me insisten. De hecho Ateniko me dice que quiere ser productor musical, pero de forma autodidacta. Su cultura general la sacan del Sálvame y demás programas casposos, pero parece que sí que entienden bastante de la ley de la calle. Hablan de posturas, esquejes, siete muelles y colegas que están en el talego con toda naturalidad.

La moda también es algo que les apasiona, les pregunto por sus marcas favoritas y me sueltan, Givenchy, Louis Vuitton, Alexander Wang, Dior, Nike…

¿Pero de donde han salido estos tíos? Yo a su edad sólo me preocupaba en tener la equipación de mi Betis querido y poco más. Pero claro, unos adolescentes que se han criado con programas como Gran Hermano y Hombres Mujeres y Viceversa han de ser unos adolescentes Alta Class.

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Me fijo y todos llevan ropa de marca. La gorra Gucci, pantacas Diesel, camisetas Chanel, mochilas Louis Vuitton, zapas Nike. Todo más falso que la Tanana, recién traído del moro o caído de algún camión de mercancías.

Saco la cámara para hacerles unas fotos y enseguida se atavían con sus marcas de palo para salir estupendos en las fotos. Es curioso como una cámara siempre cautiva hasta al más macarra. Mientras les hago algunas fotos, sigo preguntándoles y sacándoles información. Les pregunto por el "Postureo", ya que me interesa mucho saber qué es para ellos el postureo, me fascina su opinión. Seamos claros, hoy en día todos practicamos el postureo en mayor o menor medida. Que si la foto en los probadores, la cena estupenda del sábado, la fiesta en la que me crucé con tal famoso, la foto con esa conocida modelo… Los hashtags se reproducen como los Gremlins. Pero al menos estos chavales son sinceros y al igual que te dicen que les gustan marcas carísimas, también te dicen que ellos compran imitaciones de estraperlo.

Me cuentan que para ellos el postureo es esencial, tienen que dejarse ver con marcas caras, pasear para que todos les vean, ronear en la plaza, fardar de buen cuerpo, llamar la atención de cualquier manera, y si es por lo macarras que son mejor que mejor. En conclusión, los chandaleros de mi época han cambiado sus conjuntos Lacoste y las Nike Tn por una indumentaria mucho más elitista y además les preocupan más los followers en Instagram que dónde pillar ese día. Pero aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

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Termino la charla con Ateniko cuando me cuenta que pronto empezarán las clases y poco a poco irán marchándose de allí, aunque siempre quedará algún grupito, sobre todo los fines de semana.

Aún me quedan muchas preguntas que hacerles, pero tendré que guardármelas para otro día pues en menos de un segundo casi todos los chavales salen corriendo al llegar dos lecheras de la Policía.

Puedes ver más del trabajo de Alberto aquí.