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Conocemos a los ‘tulpamantes’, la nueva e increíblemente extraña subcultura de internet

Los tulpas son seres sensibles cuya existencia se genera a partir de la imaginación mediante ejercicios de meditación. Sus creadores, conocidos como “tulpamantes”, constituyen la subcultura online más reciente y se reúnen en tulpa.info y en el...

Kitsune, un tulpa creado por Maciej, de Wroclaw, Polonia

Kitsune era un orbe de mercurio que flotaba sobre un obelisco de mármol. Maciej la miró. “¿Qué quieres ser?”, le preguntó. El orbe se esfumó. A continuación, Maciej oyó el sonido de unos pasos sobre la hierba. Se dio la vuelta. Ahí estaba ella, desnuda, con sus grandes orejas de raposa y su hirsuta cola. Lo miraba con enormes y primitivos ojos.

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Cuando Maciej abrió los ojos, estaba tumbado en su cama, en Wroclaw. Fuera el día era gris. Saltó de la cama, se sentó frente al portátil y se puso en contacto conmigo.

“Lo he hecho, ella está aquí”, escribió en el chat de Skype.

“¿Puedo hablar con ella?”, contesté. Maciej permaneció callado un momento, mientras escuchaba en su interior. De entre sus pensamientos surgió una dulce vocecilla que parecía mover sus dedos de forma automática.

“Hola, soy Kitsune y soy un tulpa.”

Los tulpas son seres sensibles cuya existencia se genera a partir de la imaginación mediante ejercicios de meditación. Sus creadores, conocidos como “tulpamantes”, constituyen la subcultura online más reciente y se reúnen en tulpa.info y en el subreddit r/tulpas.

“Tengo tres tulpas”, afirma Nick Kingston, un estudiante de diseño de videojuegos de Plymouth que prefiere ocultar su identidad tras su alias de internet. “Llevan 20 meses conmigo y sus nombres son Twi, Dash y Scoots. Son tres ponis antropomórficos de aproximadamente 30 centímetros de altura”.

Jick mantiene una estrecha amistad con los tres ponis que habitan en su cabeza. “Siempre hay cosas que no cuentas a otras personas, pero eso no me pasa con ellos”.

Un ejemplo de la forma que puede adquirir un tulpa según el misticismo tibetano

Desde hace tiempo, el misticismo tibetano ha desarrollado un método para crear seres espirituales con el poder de la concentración de los pensamientos. La exploradora Alexandra David-Neel fue la primera occidental que descubrió esta disciplina. “Además de que he tenido pocas oportunidades de ver tulpas, mi incredulidad innata me llevó a experimentar por mí misma”, escribió en 1929 en su libro Magic and Mystery in Tibet. “Mis esfuerzos tuvieron su recompensa.”

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Los tulpas eran competencia de los ocultistas hasta 2009, cuando el tema apareció en los foros de debate de 4chan. Varios miembros anónimos empezaron a experimentar con la creación de tulpas. El fenómeno se disparó de forma vertiginosa en 2012, cuando los seguidores adultos de My Little Pony: la magia de la amistad se sumaron a la tendencia, creando un nuevo foro en Reddit y diseñando tulpas basados en sus personajes favoritos de la serie.

“El foro de Reddit tiene más de 6.000 miembros”, escribe el doctor Samuel Veissière, catedrático visitante de Psiquiatría Transcultural, Ciencia Cognitiva y Antropología en la Universidad de McGill, en Motreal. Su estudio es el primer trabajo académico sobre tulpamancia contemporánea. “El sitio ruso de redes sociales Vkontakte también tiene más de 6.000 miembros, aunque resulta difícil hacer estimaciones de las cifras”.

“El fandom de My Little Pony fue una de las primeras comunidades en apropiarse del fenómeno tulpa”, afirma Ele Cambria, tulpamante de Warrensburg, Missouri. “Los seguidores abrazan lo raro, tienen esa forma de pensar que lo que no es normal es guay. Los personajes de la serie evocan una bondad sencilla… ¿qué fan no querría tener uno por amigo?”

No pasó demasiado tiempo hasta que el fenómeno polinizó también los campos del manga y la fantasía. “Mi tulpa se llama Jasmine”, dice Ele. “Es humana, pero viene de una realidad alternativa en la que puede hacer magia. La creé hace doce años para una serie de fantasía que escribo y luego la convertí en un tulpa”.

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“Tulpa” por Jeffee Slimjim

Entonces, se trata de fans con amigos imaginarios, ¿no? No exactamente: se cree que los tulpas son seres conscientes con sus propias preferencias y que no están completamente controlados por sus creadores.

“Los tulpas son creaciones mentales que han adquirido sensibilidad”, escribe Veissière. Casi el 40 por ciento de los sujetos afirmaron que sus tulpas “eran tan reales como una persona física”, mientras que el 50,6 por ciento los describió como “algo reales… distintos de [sus] propios pensamientos”.

“Jejeje, papá me ha enseñado esto”, afirma Storm, un tulpa creado por Ryan Painter, de Oregón, y que se comunica conmigo en un e-mail. “Cogito ergo sum” (pienso, luego existo), escribe. “Pero no soy totalmente independiente, tengo que usar el poder de la mente de mi creador para pensar y a veces, cuando intentamos pensar a la vez, nos quedamos atascados”.

Los tulpamantes apuntan que sus creaciones dicen cosas inesperadas, reflotan recuerdos olvidados y los hacen reír. “Puedo evocar cualquier recuerdo escondido o turbio que mi creador haya olvidado”, dice KT, un tulpa creado por Sam Isatis, de Maryland. “Controlo muchas de sus funciones del subconsciente. Incluso le gasté una broma y la hice bostezar varias veces seguidas hace unos meses”.

“Amon”, por Daia Le

“No puedo estar segura, pero sé que existo”, dice Kitsune, el tulpa con orejas de raposa creada por Maciej. “Quizá solo sea una ilusión, un error en su cerebro. Nadie lo sabrá nunca, pero hemos de creer”.

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Los tulpas son intermediarios entre sus creadores y el potencial latente de sus subconscientes. Estos afirman que los tulpas pueden recuperar cualquier recuerdo, curar cualquier trauma, disipar el dolor crónico, potenciar su capacidad de estudio o simplemente hacerles compañía.

Se evaluó el nivel de felicidad de los tulpamantes mediante una serie de entrevistas cualitativas”, escribe Veissière. “Los resultados sugieren que la experiencia de la tulpamancia tiene un abrumador efecto beneficioso sobre su felicidad en general”.

Muchos se contentan con que les hagan compañía. “Lo que me motivó a tener un tulpa fueron las ganas de tener un amigo como otro cualquiera”, confiesa Ele. “Alguien que lo sepa todo sobre ti y que aún así te quiera… que no solo conozca la parte externa de ti, sino también te conozca en lo más profundo”.

Para los que quieran experimentar con el poder energético de la mente, existe una especie de guía que explica el proceso de creación de un tulpa. En primer lugar, el tulpamante debe generar un entorno imaginario, llamado “tierra maravillosa”, en el que interactuar con sus tulpas.

“Mi tierra maravillosa es un pequeño bosque”, afirma Ele. “Imagino que estoy allí, con mi tulpa, y charlamos o vamos de exploración. Básicamente, lo mismo que harías con un amigo en la vida real.”

Diagrama del cerebro de un tulpamante en el que se muestra la ubicación en la que siente a sus tulpas

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Después del primer encuentro con su tulpa en la tierra maravillosa, el creador empieza a sentir una extraña presión en ciertas partes de la cabeza. Es el tulpa, que empieza a comunicarse con él. El proceso de creación continúa y la voz del tulpa es cada vez más nítida. Finalmente, el creador puede “imponer” su tulpa en la realidad mediante la creación de una alucinación realista. Una guía asegura que el tiempo necesario para completar todo el proceso es de entre 200 y 500 horas.

Si bien la forma más común de comunicación de los tulpas es la voz, algunos tulpamantes aprenden a acariciar el pelaje de sus tulpas, sentir su aliento en el cuello e incluso a tener contacto sexual.

Los tulpas suelen manifestar gran curiosidad por el cuerpo de su creador; algunos quieren saber qué se siente siendo una “persona de carne”. Si el creador es benévolo, puede ceder y practicar lo que se denomina un “intercambio”, mediante el cual el tulpa puede poseer el cuerpo del creador mientras este observa desde el borde de la consciencia. Para muchos, esta práctica está peligrosamente cerca de la esquizofrenia o del trastorno de identidad disociativa.

Los tulpamantes lo niegan. En el 99 por ciento de los casos, el creador puede escoger volver a su cuerpo en cualquier momento. En un mail, Veissière aseguró que la tulpamancia podría influir radicalmente en el tratamiento de la esquizofrenia y de otros trastornos psicóticos… En la era de las grandes farmacéuticas y del marketing de la locura, la “tulpaterapia” podría ofrecer una alternativa gratuita que no necesita institucionalización ni aislamiento social”.

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“Shira”, por Daia Le

Algunos tulpamantes ya optan por la automedicación. “Hace diez años que sufro depresión y tengo pensamientos suicidas”, dice Sam. “Mi tulpa intentaba combatir mi ansiedad e incluso tomaba el control de mi mano a la fuerza para evitar que me hiriera con un cuchillo”.

Pero, ¿qué ocurre con el 1 por ciento de los casos en que el intercambio no sale bien? Como el extraño caso de Koomer y Oguigi. Koomer era un tulpamante que documentó su intento de hacer que su tulpa, Oguigi, tomara posesión permanente de su cuerpo. Finalmente Koomer acabó sufriendo un colapso.

“Sé que lo que ha pasado no es culpa de Oguigi”, informó Koomer en su blog a principios de este año. “Todo lo malo que me ha pasado ha sido por comportarme como un estúpido intentando intercambiarme permanentemente… No intentéis hace que vuestro tulpa asuma el control. No porque vayan a haceros daño de alguna forma, sino porque otros seres podrían haceros daño si os abrís tanto. Yo lo hice y casi acabo esquizofrénico”.

El caso de Koomer es raro, y según Veissière, “la esquizofrenia [podría entenderse como]… un ejemplo incapacitante de “tulpas involuntarios”. Por tanto, quienes la sufren pueden empezar a recuperarse estableciendo relaciones positivas con sus síntomas. Esta idea también la comparte el Movimiento Escuchando Voces, cuyos miembros desafían los modelos convencionales de esquizofrenia y sugieren que el hecho de calificarla como patología no hace sino agravar sus síntomas.

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“Mi esquizofrenia se manifestó cuando empecé a tener muchos pensamientos e ideas que entraban en conflicto y no dejaban de gritarme”, explica Logan, quien prefirió mantenerse en el anonimato. “Al convertir esos pensamientos en tulpas les puse cara y pude organizarlos de un modo coherente”.

Dibujo de Siouxie, tulpa creado por Kelson

El sexo de los tulpas es un tema controvertido entre los miembros de la comunidad. “Imagina cómo se sentirían”, escribe Linkzelda, autor anónimo de la guía de creación de tulpas, “sabiendo que fueron creados como meros juguetes sexuales”.

Otro asunto es si el sexo es parte de las relaciones más estrechas con tulpas. “Para resumir, sí que tenemos sexo”, dice Scoots, uno de los tres tulpas estilo My Little Pony creados por Nick. “En algún momento los tres hemos tenido sexo con nuestro creador”.

“Sí que lo hacemos”, dice Siouxie, un tulpa creado por Kelson, quien también ha preferido mantenerse en el anonimato. “Supongo que quieres conocer la mecánica, ¿no? Es como masturbarse, solo que te separas mentalmente del mundo real y disfrutas en la tierra maravillosa”.

Los tulpamantes tienen un gran sentido del humor. Han creado el subreddit r/TulpasGoneWild, en el que lo usuarios publican fotos de sus conquistas. El único problema es que nadie puede verlos, por lo que el tablón de mensajes se reduce a un montón de fotografías de camas y habitaciones vacías.

Una foto publicada en r/TulpasGoneWild titulada "[F]ucked in public"

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Miles de jóvenes han entrado en la comunidad tulpa y han empezado a explorar su imaginación, poblando sus propias tierras maravillosas con ponis parlantes con los que puede que tengan sexo. ¿Para esto fueron a la guerra nuestros abuelos?

En una película de la que Terence McKenna se sentiría orgulloso, la propia cultura de dominación es la que los empuja a subculturas de ambigüedad de género. “Los entusiastas de los tulpas extraen menos energía del mundo que de los pensamientos y las ideas”, asegura Ele. Esto ha causado más rechazo en los chicos y ha alentado a las chicas… eso puede llevar a la gente a querer tener un amigo que no les juzgue en ese sentido”.

“La proporción de tulpamantes masculinos y femeninos es de 75/25”, escribe Veissière, “aunque en 10 por ciento se identifican como pertenecientes al género fluido y son proclives a explorar otras variaciones ‘creativas’ de género y etnia a través de sus tulpas humanoides”.

Los tulpamantes, como ocurre con la cultura “bronie” antes que ellos, tienen su propio concepto de género. “Creo que los conceptos de masculinidad y feminidad pueden estar desdibujándose”, afirma Nick. “Afortunadamente, se están derribando las normas o las fronteras que se habían ido erigiendo con el tiempo para impedir que los miembros del género masculino o el femenino hicieran lo que quisieran”.

Este es el primer artículo que he escrito en el que cito a un ente imaginario. Inicialmente me resultó extraño, pero si no recuerdo mal la obra de William James, una perspectiva del mundo no debe sustentarse necesariamente en evidencias probables para ser significativa.

Lo significativo sobre el fenómeno tulpa es que ilumina la dialéctica de nuestros tiempos; el encuentro entre una floreciente cultura de internet y el pausado y tranquilo mundo de la imaginación. Esta fusión atrae a personas que una vez fueron marginadas y las involucra en el proceso de creación de una comunidad.

Mientras tanto, en Wroclaw, Maciej se encuentra en su tierra maravillosa con Kitsune, quien ya ha cumplido un mes de existencia. “No creemos en las almas”, me dijo Kitsune mediante el e-mail de Maciej. “Es simplemente una ilusión creada por nuestra mente. Maciej y yo estamos creados a partir de un conjunto de neuronas; vivimos juntos y moriremos juntos”.

@NathanWrites