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La revolución offline de Egipto

Sabios consejos para la desobediencia civil.

Para el 26 de enero de 2011, el gobierno egipcio clausuraba todas las conexiones a internet existentes en ese país, cortando así cualquier tipo de comunicación posible entre los rebeldes anti gobierno, cientos de miles de ciudadanos protestando en las calles de El Cairo y la mirada expectante del mundo digital que se postraba sobre la creciente y violenta inestabilidad social en Egipto. La Revolución de 18 Días recién comenzaba y, durante su segundo día de lucha, perdía a su medio de difusión más importante. Entonces, ¿cómo un pueblo incomunicado pudo organizarse para derrocar a su dictador y fuerzas militares?

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Durante los meses anteriores a enero de 2011, la resistencia egipcia había reclutado y organizado a sus seguidores a través de internet. El grupo de Facebook, "Todos somos Khaled Said" (creado en honor a una fallecida víctima de la brutalidad policiaca), jugó un factor decisivo a la hora de alentar al pueblo a manifestar su inconformidad a años de abuso por parte del dictador y presidente, Hosni Mubarak: los más de un millón seiscientos mil seguidores del grupo comunicaron, a través del mismo Facebook y Twitter, las fechas y ubicación de las protestas alrededor del país y El Cairo. El ánimo revolucionario se esparció como pólvora digital.

La mañana del 25 de enero la plaza Tahrir reventaba con gritos de miles y miles de personas que habían fijado esa fecha como la indicada para realizar la demostración civil más grande que jamás se hubiera visto en Egipto, convocada en su gran mayoría a través de redes sociales por internet. El gobierno respondió violentamente, y después de un primer día de balas y abuso, daba comienzo la nueva revolución en Egipto.

Dentro de las primeras reacciones por parte de las autoridades, además de arrestar a cientos y torturar violentamente a otros miles, fue el imponer un severo toque de queda y cortar todo tipo de comunicación dentro y  hacia afuera del país. Fue entonces cuando organizaciones rebeldes como Hadaia optaron por el camino clásico de la comunicación y comenzaron a distribuir los siguientes volantes informativos:

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