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Viajes

Jóvenes en el Ártico

La vida en el Ártico es más fría de lo que te imaginas.
A
por Alex

Mi amiga Hannah vivió en Iqaluit, capital de Nunavut, de los 13 a los 18 años. Los problemas diarios con los que tuvo que lidiar hacen que los barros y los corazones rotos parezcan un chiste (y lo son). ¿Crees que tuviste una mala vida porque el camión al centro tardaba 45 minutos, o porque la policía siempre te detiene afuera de la licorería? ¿Qué tal si afuera estuviera a -50°C, el alcohol y las drogas costaran el triple, y tus amigos se suicidaran porque los cortaron? Así viven su pubertad en Nunavut, en un mar de hielo y depresión.

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Nunavut fue creado hace 11 años e Iqaluit, la ciudad más grande y su capital, tiene una población de aproximadamente siete mil personas, una mezcla de indígenas locales (inuits), otros indígenas canadienses y algunos blancos, que sólo viven ahí por diversión. A diferencia de algunos adolescentes mamones en otros lugares del mundo, aquí no puedes escapar ni ignorar a tu comunidad, y tampoco puedes descatar tu entorno. Tengo una sensación de que esto (y el hecho de que no tienen internet) es lo que hace que Hannah sea una de las chicas más maduras, adaptables e imperturbables que conozco. Por eso le pedí que me explicara lo que implica ser adolescente en las desoladas tierras árticas.

Puntos de reunión

En Iqaluit, los lugares para salir son pocos y muy apartados. No es como que puedes echar desmadre en un parque o en la calle; en invierno, la temperatura alcanza los -50°C. Uno de los lugares más concurridos son la prepa Inuksuk, la cual, si la miras desde el aire, tiene forma de suástica inflada. Los jóvenes se reunían en el centro, al cual se refieren como "tisi", que quiere decir "punto de reunión local". Había un lugar medio decadente llamado The Snack, el cual era básciamente un comedor franco-canadiense. Era el único lugar de comida rápida en la ciudad, y estaba abierto la 24 horas así que todos terminaban ahí cuando estaban borrachos. Era un símbolo en la localidad, y cuando se incendió todos pasaron sobre él con sus motos de nieve.

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Pasatiempos

Los estudiantes de prepa toman clases de supervivencia. Aprenden a hacer iglús, a cazar, a pescar en el hielo. También toman clases de armas y acampan en islas donde cazan y cocinan su propia comida. Cosas muy divertidas para un adolescente. Muchos hacen deportes a puertas cerradas, como futbol y básquetbol, cuando hace demasiado frío afuera. Esto los mantiene ocupados, y mantiene el flujo de endorfinas durante esos días con seis horas de luz durante el invierno. En marzo, salen con sus tablas porque hay un montón de montañas vírgenes en la localidad. Salen en top durante el día, con -35°C, y se queman con el sol.

Comida

Como es de esperarse, las personas en Nunavut comen cosas muy extrañas. Comen ojos, focas, caribú y bueyes almizcleros. También comen muktuk, grasa de ballena fermentada que colocan bajo rocas en el invierno y secan al frío. Una vez, un niño llevó un poco a la escuela en un Tupper, y toda la escuela comenzó a gritar "¡regrésalo! ¡cierra la tapa!" pero fue demasiado tarde, el daño estaba hecho y la cafetería apestó a pescado putrefacto durante una semana.

Música

Dada la falta de internet, hay un enorme retraso en la cultura que llega a los jóvenes en Nunavut. El hip-hop suena mucho en este lugar porque se pueden identificar con canciones sobre drogas, alcohol y pobreza. Organizaban tardes de café una vez al mes en las que algunos jóvenes tocaban covers de AC/DC y Led Zeppelin. Fuera de eso, no hay una escena musical o artística como tal. Los White Stripes dieron un concierto una vez, y al parecer todo el pueblo enloqueció, y todos los habitantes, jovenes y viejos, estuvieron presentes.

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Pandillas

En Iqaluit conoces a toda la escuela. No hay pandillas porque no hay suficientes personas para hacer distintos grupos, pero había divisiones entre los blancos y los inuk. El apodo de Hannah era “qungalukaqiqee” que quiere decir “demonio sonriente”, pero no era con mala intención (al menos eso cree). La idea de que todos tienen que ser amigos es linda, en cierta forma extraña. Las personas conectan con otros con lo que nunca lo harían, porque no tienen opción. Aun así, la tasa de suicidios entre jóvenes sigue sindo muy alta, lo cual te sorprende cuando te das cuenta que no era tan cercano a las personas como creías.

Amor

Como cualquier otro lugar, los adolescentes en Iqaluit tiene que lidiar con sus hormonas. Si a esto le agregas alcohol, aislamiento, falta de sol, y tedio cultural, las cosas se salen de control. Algunos jóvenes que nunca han salido de Iqaluit se suicidan cuando pierden a su primer amor. Su razonamiento es el siguiente: "se trata de la única mujer en el pueblo a la que he amado y amaré"; lo cual está bastante jodido, porque es verdad, ya conocen a todos en el pueblo. Cuando encuentras a alguien a quien amar en ese lugar, ya no hay más, no hay muchas opciones. La principal causa de violencia y agresiones (las cuales ocurren con frecuencia) tiene que ver con las relaciones.

Cultura joven

Un entorno tan pequeño y culturalmente aislado implica la ausencia de estereotipos y subculturas. Algunos se ponían "góticos" o algo, pero al poco tiempo decían "al carajo", y regresan a su color natural de pelo y dejan de vestirse de negro. Un día llegan a la escuela con una bandita rosa, y sabes que todo terminó. La idea de una contracultura no echa raíces en un lugar en el que todos intentan mantener viva su identidad cultural.

Fiesta

Igual que muchos jóvenes, el objetivo para una noche de sábado es ponerse hasta el pito. Si no tienes un hermano mayor que te pueda conectar, entonces estás solo y depende de ti encontrar una forma de emborracharte. Una noche cualquiera de sábado en Iqaluit implica recorrer el pueblo en busca de una fiesta. La venta de alcohol fuera de un bar es ilegal, pero todo mundo lo compra por debajo del agua. Existen leyes para lidiar con el consumo de alcohol, pero rara vez son ejercidas, por lo que existe un enorme mercado negro de drogas y alcohol. Algunos llegan con mochilas llenas de botellas de vodka, corren la voz y sacan una buena lana. Una botella de un litro y tres cuartos de vodka se vende en 160 dólares. Un gramo de mota puede llegar a costar 30 dólares o más. La diferencia entre Iqaluit y otras ciudades es que los jóvenes toman mucho más. Cuatro chicas se cooperan para una botella de vodka, y ésta desaparece en 15 minutos. Una hora más tarde, cuando terminaron de vomitar y se sienten normales otra vez, dicen : "¿ahora qué?". La falta de alcohol parece hacerlos más complacientes. Cuando encuentran algo que hacer, los hacen hasta el cansancio porque nunca saben cuándo podrán repetirlo. Durante una excursión particular, Hannah y su amiga Shelly decidieron correr por una colina cubierta de nieve después de tomarse una botella de whiskey. Shelly traía puestas estas botas increíblemente resbaladizas hechas de piel de foca. Por supuesto, salió volando y se llevó a Hannah con ella. Hannah terminó con la cara estrellada en unas rocas. Al día siguiente llegó a la escuela a presumir su enorme ojo morado y una rodilla del tamaño de una morsa.