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La nueva vida (eléctrica) de Nelsinho Piquet

La carrera de Nelson Piquet Jr en la Fórmula 1 terminó cuando chocó intencionadamente en el GP de Singapur en 2008. El piloto brasileño, sin embargo, está reconstruyendo su reputación en la Fórmula E.
Image courtesy of FIA Formula E

Hace menos de una década, Nelson Piquet Jr., 'Nelsinho', parecía tener el mundo del motor a sus pies. Seis años ha, sin embargo, su carrera sufrió un daño casi irreparable. Hoy, el piloto brasileño ha cumplido su redención al ganar el campeonato inaugural de la Fórmula E. Y todo esto lo ha hecho antes de cumplir 30 años.

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Cualquier aficionado a los deportes de motor reconoce el nombre de Piquet. Nelson padre fue tres veces campeón de la Fórmula 1, uno de los pocos pilotos capaces de competir con la pareja de titanes formada por Ayrton Senna y Alain Prost… y además, un enemigo declarado Nigel Mansell: en una entrevista para Playboy, Nelson padre llamó a Mansell "estúpido" y a su esposa "fea".

Nelson Jr. nació en Julio de 1985 —el segundo de siete hijos con hasta cuatro mujeres diferentes. Inmediatamente comenzó a conducir karts, se graduó de la Fórmula 3 a los 16, y ganó los campeonatos sudamericano y británico antes de los 20. El prometedor vástago de Piquet se mudó a la GP2 en 2005, logró una victoria en su debut de temporada, y se posicionó como uno de los favoritos al título en 2006.

La gran desdicha para Piquet ese año fue un joven novato británico de nombre Lewis Hamilton. Si no hubiera sido por el futuro campeón del mundo, Nelson seguramente habría protagonizado un paseo militar hacia el título. En su lugar, los dos pelaron por el campeonato todo el año… y Lewis obtuvo cinco victorias por cuatro de Piquet. Hamilton terminó ganando el campeonato en la última carrera de la temporada.

El joven Piquet vs. el joven Hamilton. Después de coincidir en la GP2, sus carreras tomaron rumbos diferentes. Foto de Andrew Ferraro, GP2 Series Media Service.

Aunque pueda parecer extraño, de algún modo esta fue la cúspide en la carrera de Nelsinho. Mientras Lewis se encaminaba al estrellato, Piquet iba de cabeza hacia el precipicio —aunque él aún no fuera consciente de ello.

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Nelsinho se convirtió en piloto de reserva en el equipo Renault de Fórmula 1 en 2007; un año después recibió un volante como piloto sénior y se convirtió en el escudero del dos veces campeón del mundo Fernando Alonso. El equipo iba en declive y sus coches no eran competitivos, pero aún así fue Piquet, y no Alonso, quien logró al primer podio del año para Renault con un segundo puesto en Alemania.

Detrás de bambalinas, sin embargo, la relación de Nelsinho con el jefe del equipo Flavio Briatore era difícil. El italiano tenía un poder enorme sobre la escudería: según Piquet, Briatore usó este poder para amenazarlo cuando vio que sus intereses personales estaban en peligro.

"Fui relegado a 'ese alguien que conduce el otro coche', sin atención alguna", dijo Nelsinho después de dejar el equipo en 2009. "Muchas veces, 15 minutos antes de salir a rodar, [Briatore] me amenazaba diciéndome que si no obtenía un buen resultado iba a ser reemplazado por otro piloto."

Flavio Briatore (en el centro) con los dos componentes del equipo Renault en 2009, Fernando Alonso (izquierda) y Nelsinho Piquet (derecha). Foto de José Manuel Ribeiro.

La fortuna del equipo cambió en el Gran Premio de Singapur —e igual cambió la carrera de Piquet. El brasileño se estrelló en la vuelta 14 de la carrera: fue un accidente torpe que pareció confirmar que Piquet no tenía nivel para la F1.

El choque, sin embargo, hizo salir el 'safety car', lo que a su vez permitió a Alonso entrar en 'boxes' y replantear su estrategia. Fernando ganó la carrera; algunos se preguntaron si todo había sido una mera coincidencia… o si había algo más detrás del accidente.

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En la siguiente carrera, en Japón, Alonso ganó con justicia. Piquet logró un cuarto puesto y consiguió retener el volante para la siguiente temporada.

La campaña de 2009, sin embargo, iba a ser dura para Renault. Los ingenieros no lograron desarrollar monoplazas competitivos; ni siquiera Alonso, conocido por su capacidad de exprimir al máximo incluso los coches más mediocres, fue capaz de sumar puntos con regularidad. Piquet se pasó toda la temporada a años luz del podio, y tras el deterioro de las relaciones con Briatore, el piloto brasileño terminó despedido en agosto.

En ese momento, las cosas empezaron a ponerse muy feas para el hijo de Nelson Piquet. Unas semanas después de su baja, aparecieron informes según los cuales Nelsinho habría chocado intencionadamente en Singapur para beneficiar a Alonso. En septiembre, el brasileño declaró a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) que Briatore y su jefe de equipo, Pat Symmonds, le habían ordenado provocar el accidente.

Piquet aseguró que había aceptado el plan porque se encontraba en un estado mental "muy frágil" ocasionado por un "estrés intenso". Según Nelsinho, la causa de todo fue que Briatore "se había negado" a informarle de si su contrato iba a ser renovado o no.

Renault comenzó una investigación criminal como respuesta, argumentando que Piquet estaba intentando chantajear al equipo.

La FIA, sin embargo, estimó que Nelsinho decía la verdad. Un mes después, Briatore fue suspendido indefinidamente de todos los eventos del mundo del motor; a Symmonds se le vetó por cinco cinco años. Alonso negó todo conocimiento del plan y no recibió ningún castigo.

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El año siguiente, la familia Piquet ganó un caso por difamación contra Renault, que fue obligada a sufragar los (elevados) costes del juicio. El abogado de Piquet declaró lo siguiente frente a la prensa: "La F1 ha sido privada de lo mejor de Nelsinho. Es por ello que su talento está explotando en otra parte".

La carrera de Piquet en F1 terminó cuando él tenía 24 años. Algunos se preguntaron si jamás sería capaz de regresar al mundo de las carreras. Nelsinho, sin embargo, siguió peleando para volver a la cima del motor —y por el camino demostró una flexibilidad muy notable.

Piquet quiere volver a la cúspide y demostrar que su tiempo aún no ha acabado. Imagen vía FIA Formula E.

Los intentos de Nelsinho por reinventarse comenzaron en la antítesis de la F1: la NASCAR, el campeonato norteamericano de automóviles que se compite en circuitos ovalados. En un desplome sin precedentes, Piquet cayó de la F1 a las Truck Series, donde debutó en 2010. En 2012 logró su primera victoria; un año después pasó a las Nationwide Series de la mencionada NASCAR.

En 2014, Piquet pasó al campeonato global de Rallycross y aseguró que este nuevo giro en su carrera sería definitivo. Sin embargo, cuando apareció la posibilidad de correr en la Fórmula E, Piquet cambió de nuevo el enfoque y aceptó la oferta de China Racing; su paso a esta nueva categoría le ha convertido en uno de los pilotos con una experiencia más diversa del mundo del motor de su generación.

"La gente cree estúpidamente que por ser piloto Fórmula 1 eres mejor conductor. Eso no significa nada", aseguró Piquet a Motorsport.com. "Un piloto nunca deja de aprender. Hoy estoy aprendiendo y mañana también lo haré. Soy mejor de lo que era hace dos semanas, soy mejor que hace un año, y seré mejor cada vez que me suba al coche".

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La opinión de Piquet, sin embargo, no es universal. Cuando Nelsinho firmó para la Fórmula E, muchos tacharon al brasileño de vieja gloria de la F1 que intentaba estirar el chicle y probar suerte una vez más. El mundo había olvidado lo que Piquet Jr. había demostrado; se olvidó, entre otras cosas, de que el brasileño había logrado llevar a Lewis Hamilton al límite en el GP2.

Nelsinho Piquet se fue a la Fórmula E a demostrar que aún tenía mucho por ganar en el mundo del motor. En Long Beach, el brasileño volvió al cajón más alto del podio. Foto vía FIA Formula E.

Después de un arranque flojo, Piquet comenzó a ganar confianza; para ello fue clave la carrera de Uruguay, donde el brasileño consiguió una valiosa segunda plaza. A partir de ese momento, Nelsinho sido constante, ha obtenido puntos en cada carrera, ha sabido gestionar bien su monoplaza y ha demostrado que todavía sabe cómo competir de tú a tú. Ganó por primera vez en Long Beach —la misma pista en la que su padre consiguió su primer título de F1— y volvió a ganar en Moscú. En Londres, en el último desafío de la temporada, el piloto brasileño logró vencer y coronarse campeón de la disciplina.

Una vez fuera del coche, Nelsinho no tiene miedo de decir lo que siente. En este aspecto la F1 ha perdido mucho: la férrea disciplina de los equipos han convertido el torneo en una suerte de convento represivo en el que nadie se atreve a salirse del guion y decir la verdad. Piquet, en cambio, se siente cómodo criticando y diciendo las cosas por su nombre: no a todos les gusta, pero su sinceridad le ha llevado a convertirse en uno de los pilotos más populares de la Fórmula E.

La victoria siempre es balsámica, pero más que para el título, esta temporada le habrá servido a Piquet para recordarle al mundo que sigue siendo un piloto de élite. El hijo del gran Nelson cumplirá los 30 años el próximo 25 de julio: tras haber conocido la amargura de la derrota y el fango de las dudas, es momento de que el piloto brasileño demuestre todo lo que sigue teniendo dentro de sí.