El fin de semana en la Premier League: City vs. Chelsea, las sandalias de Ranieri, y la zona de descenso

Si la temporada de la Premier League fuese una gordita de chicharrón, estaríamos masticando nuestros últimos bocados de esa delicia culinaria. Por más emocionados que estemos por morder la última porción —esa gloriosa mezcla de masa grasosa, exceso de salsa, cebolla, y carne— tememos su inminente final. Con ese último bocado, ese último momento de exquisita satisfacción, nos damos cuenta que en definitiva se ha esfumado.

Pero queremos que nunca termine. El Arsenal es el picor de la salsa, el Manchester United son los tibios trozos de cebolla, y el Leicester el grasoso remanente de la carne. Juntos, son indescriptiblemente deliciosos: esta temporada, quizá, sea una de las más deliciosas.

Entonces, saboreemos las últimas mordidas. Les dejamos cinco puntos de cara a la siguiente jornada.

La última vez que Chelsea enfrentó al Manchester City en un partido de liga, se habló de que sería un partido que podría decidir el campeonato. Ahora, el Chelsea se prepara para recibir a un equipo 13 puntos y seis lugares arriba de ellos en la tabla. A pesar de un cambio en su juego en los meses recientes, los Blues se encuentran actualmente en la décima posición de la liga; tan solo tres puntos por encima del recién ascendido Bournemouth.

Por ello, el partido del sábado en Stamford Bridge debería servir como un recordatorio de que la temporada del Chelsea ha sido una magnífica mierda.

No nos olvidemos que arrancaron la campaña con uno de los conjuntos más costosos en la división, con un icónico —casi intolerable— entrenador, José Mourinho, y serias expectativas para ser coronados como los campeones de la Premier por segundo año. Basta con comparar la exaltación de los fans a principios de temporada en el partido contra el City con el ruido del partido de este fin de semana, y te darás cuenta de su dramático declive.

Tampoco es como si el City estuviera rindiendo más de lo esperado. Es oficial: el gasto obsceno no garantiza el éxito.

El viejo cliché "seis puntos del descenso" parece no ser suficiente para la gente en nuestros días. Los expertos empiezan a mencionar que en realidad son "nueve puntos para el descenso", incluso hasta 12. A este ritmo, habrá una inflación en los puntos calculados para el descenso. La Premier League empezará a verse como los primeros días de la República de Weimar, o Zimbabue a finales de los noventa. La gente ofrecerá puntos para evitar el descenso a cambio de carne enlatada, o barras de pan.

Afortunadamente, habrá al menos un equipo que descienda bajo el concepto de los seis puntos. El Sunderland viajará a Carrow Road para enfrentar al Norwich (sitio 17) este sábado, donde el equipo de casa tiene una ventaja de cuatro puntos sobre los Black Cats de Sam Allardyce. Por obvias razones, ambos equipos estarán desesperados por ganar.

Mientras los fans de los Spurs contemplan los partidos restantes del Leicester, esperando como histéricos a que sus rivales para el título metan la pata, el encuentro de los Foxes en casa frente al West Ham podría ser considerado una apuesta decente. Los Hammers han sido oponentes dignos esta campaña, logrando una serie de victorias sorpresivas contra equipos en los primeros lugares de la tabla. En términos futbolísticos —el lenguaje de the beautiful game— se podría decir que representan algo así como una cáscara de plátano.

Pero Claudio Ranieri es inmune a las cáscaras de plátano. Es anti resbalones. Si los entrenadores de futbol fuesen zapatos, él sería el par más duradero de sandalias jelly jamás fabricadas.

Bajo su guía, el Leicester ha fallado en fallar cuando la mayoría de los expertos, comentadores, y fans lo han vaticinado. Recientemente no han tenido piedad, ganando cinco partidos seguidos desde principios de marzo. Solo han perdido un partido de liga este año: una desafortunada derrota ante el Arsenal a mediados de febrero.

El West Ham no será un problema. Con sus sandalias antiderrapantes bien puestas, Ranieri debería evitar un resbalón.

Luego de progresar a las semifinales de la FA Cup esta semana, parece haber cierto optimismo en los fans del Manchester United quienes están dispuestos a darle a van Gaal otra oportunidad. Claro, su rendimiento ha sido complicado esta temporada. Sí, también se quedaron fuera de la Champions League en fase de grupos. Por el momento son quintos en la liga y parece muy poco probable que terminen en cuarto lugar como el año pasado.

Aún así, van Gaal hace su mejor esfuerzo.

El problema es que lo mejor de Louis van Gaal realmente nunca ha sido suficientemente bueno para el United. Su futbol, su elogiada filosofía, siempre nos ha parecido parcialmente perdida en la traducción. Imagina que el United gana la FA Cup este año, y a van Gaal se le permite terminar su último año de contrato. ¿Hay alguien que crea que la próxima temporada será diferente? Spoiler alert: no.

Desafortunadamente, no hay cantidad de gritos "El ejército rojo de Louis van Gaal" que puedan cambiarlo. Lo sentimos, Louis.

Seamos honestos, hay varios partidos este fin de semana que simplemente no importan. Intentaremos maquillar el West Brom vs. Watford como algo que no es, o el Bournemouth vs. Liverpool como algo más allá de un partido obligatorio en el calendario. Si hay propósito alguno en estos partidos, es para anunciar el final de la temporada. Bañados con el brillo del sol melancólico de primavera, estos partidos representan el desenlace anticlimático de una serie de televisión.

Sin embargo, no des todo por hecho. En el contexto de la liga significan nada, pero aún representan una oportunidad para ver futbol libre de estrés: para disfrutarlo en su forma más simple. Estos partidos de Premier League son lo más cercanos a una cascarita en el parque. En un mundo de competencia sin fin, son la epítome de la inocencia; la inocencia es una comodidad que no puede ser comprada.