Fotos de brujas borrachas en una competencia de esquí

Fotos de David Zehnder

Este artículo se publicó originalmente en VICE Alps

Según una leyenda suiza, había una vez una bruja que vivía cerca de la pintoresca aldea alpina de Belalp. Estaba casada pero engañaba a su religioso esposo con un joven. Los dos amantes se encontraban en secreto, se transformaban en cuervos negros y volaban por el aire fresco de la montaña. Cuando su devoto esposo empezó a sospechar algo, la bruja decidió deshacerse de él. En el momento en que se subió a un viejo cerezo para recoger las cerezas, la bruja voló sobre el árbol y dejó caer una cereza negra rancia en su ojo. El hombre perdió la vista, cayó y murió. La leyenda dice que el pueblo se ocupó del asesinato de manera radical, la hicieron confesar tras ser torturada y posteriormente la condenaron a muerte y la quemaron en la hoguera.

Normalmente cada enero, el turismo en Belalp es escaso. Es por eso que hace 35 años, los hoteleros y los instructores de esquí de la región decidieron luchar contra ese hechizo organizando una carrera de esquí conmemorando a la bruja y su esposo. Los lugareños y los turistas se visten como brujas, se emborrachan y esquían por una pendiente de nieve, esto demostró ser exactamente lo que la región necesitaba durante esas semanas sin turismo, a pesar del mal tiempo, más de 1.300 personas se unieron a la carrera de brujas el 14 de enero de este año. La carrera en sí no se trata de velocidad, sino de estilo. Y de tomar tantas fotos como sea posible, lo que explica por qué la mayoría de las brujas no llegan a la meta, sino que se quedan atoradas en algún punto del camino.

El fotógrafo local David Zehnder estuvo allí para documentar el evento de este año.