Me casé y no le dije a mi esposo que soy trans

Una transición ejemplar de mujer a hombre. Fotografía: Post Transition.

Suena increíble, ¿no? Quizá porque la imagen general que se tiene de la gente trans es la de alguien que no se sabe vestir, presentar, hablar o que de cierto modo da pistas de que en otro momento vivió como hombre —o mujer, caso de una transición opuesta— o que de plano no puede salir de la casa sin tacones o falda corta. La realidad es que lo que más vemos en la cultura popular de la gente trans —sin sorpresa alguna— es el segmento de la comunidad que más ruido hace.

También existe el caso de la que "ya transicionó". Conozco a más de una que no le han dicho a su pareja por miedo al rechazo, por no encontrar el momento ideal o porque y ya de plano decidió vivir escondiendo su transición.

En la comunidad trans angloparlante, a esto se le llama vivir en "stealth", que supongo se traduce como "en modo furtivo". Además de ser el motivo por el cual no necesariamente abunda la información —y el por qué yo me presto para escribir esta columna—, es el motivo por el cual es tan complejo reunir estadísticas sólidas del tema trans, cuántos casos médicos y demás.

A veces siento que es el motivo por el que la gente trans, que ha existido desde hace décadas, sigue siendo novedad.

Chicas trans que fácil convencen al que sea que son mujeres cisgenero, la chica de la derecha es travesti, vive como hombre.

Como el famoso caso de esta pareja, donde después de 19 años, el pobre esposo descubrió la condición de nacimiento de su mujer por un mero accidente de comunicación familiar. Y de cierto modo, aunque no me relaciono, entiendo profundamente por qué alguien ha de hacer tal barrabasada con su pareja. Entiéndase que sí, si se puede vivir así.

Veo más esta cultura del escondite cuando se trata de hombres trans. ¿Conocen a algún hombre chaparro, con aspecto jóven pero que está demasiado testosteronizado? Es ligeramente posible que sea un hombre trans. Para los chicos trans —mujeres que transicionaron para ser hombres— la situación de imagen es comparativamente más simple y tal vez sólo sufren de presentar una imagen grotescamente más jóven de lo que realmente son.

El estilo de vida del secreto, en mi opinión, ha de ser permisible. Tampoco anda una preguntándole a todo hombre que una conoce si por motivo de algún cáncer de testículos ya sólo les queda uno. No dudo que habrá miles de hombres trans que simplemente no lo comunican y van por la vida como si nada.

Chicos trans que fácil convencen a cualquier persona de que son hombres cisgenero.

A la mujer que "ya transicionó" le sobran motivos para entrar al secreto. La mera comodidad de "pasar" —término que me molesta profundamente— vuelve un poco redundante tu hablar acerca de la historia trans. Pero además el que te lean como mujer transgenerista crea una cantidad absurda de negativos. Te hablan pensando en cómo le harás con tu pareja en la cama o de plano no se acercan contigo por no querer lidiar con el tema.

Como si no fuera suficiente, ahora resulta que es peligroso ser transgenerista en público. Esta semana apareció una chica trans que asesinaron a pedradas en las calles de Medellín y como si eso fuera poco, luego llegó la nota de una chica a la que su novio, literal, la cocinó (era chef). Nunca olvidemos el caso de Ágnes Torres, asesinada en Puebla por motivos de odio.

Supongo que después de un año de publicitar mi historia, no viene al caso querer asumir la logística de vivir en el escondite, pero la realidad es que por mera convicción de orgullo por mi condición soy trans en el abierto. Me adhiero a pertenecer a una raza diferente de mujer que tiene genitales masculinos, que criaron con otro nombre y curiosamente, deriva más poder en el asumir que pertenezco a ambos sexos en paralelo.

Eso sí, mi vida por definición despierta el debate sobre la necesidad de mantener un binario de género, con hombres 100% masculinos y mujeres 100% femeninas. Dejo a su discreción el imaginarse si tal cosa existe. Siento que si a alguien le causa conflicto mi existencia, de cierto modo también lo obligue a pensar en algo nuevo. Claro, a riesgo de recibir puyazos por mi mera presencia.

¿Cambia el personaje si cambia el género? Imagen vía.

El tema de genero da mucho de qué pensar. Las normas de comportamiento siempre me han parecido, en su generalidad, arbitrarias. Un ejemplo de "macho-remacho" por definición, es el albañil, pero también es la persona que sabe de selección de colores, arte y manejo del yeso, además de la instalación de piezas de decoración. Valores estereotípicamente —y medio ridículamente— femeninos. O así mismo la lógica que dice que la mujer cocina y cuida al bebé al mismo tiempo no tiene dos segundos de planeación en logística.

Ser trans en publico deviene de sus propias responsabilidades contra la comunidad. Por definición me hago la profe. Habrá de alguna chica trans que me usará como referencia para salir del clóset, o de algún padre o madre que me usa como idea de por dónde puede tomar la vida de su hija y espero ser buen ejemplo. No habrá de día donde pase explicándole a alguien modos correctos de afrontar a una persona transgenerista.

Y queda claro que no todos quieren aprender. Mi labor aquí es ser valiente y enfrentar al que no escucha. Hace una semana en Manizales, Colombia, me senté con el administrador del hotel donde me estaba quedando para preguntarle por qué sus empleados no me decían "mujer". Lo hice por el mero gusto de poner a alguien en la duda y demostrar que no se iba a tolerar el abuso.

Así que retomo el caso de la chica trans que no le ha dicho a su chico. No sólo se trata de acuerdos matrimoniales la cosa. Vivir en el secreto implica de jefes que no se enteraron, clientes que no saben, periodistas que hicieron caso omiso o en el peor de los casos amigos que te han acompañado en un buen de momentos. ¿Les cae como sorpresa que exista una defensa legal en caso de que alguien se sorprenda con descubrir a alguien gay y sea violento por su pánico?

Vivir en el escondite es fenomenalmente desgastante con tus nervios. Así lleves diez años de transición, tiene la capacidad de despertar el más profundo de los odios entre la gente que considerabas cercana. Mi responsabilidad es salir del clóset a diario, mal que bien es mi escudo anti-odio. El que le entra, le entra a sabiendas.

Aquí les dejo un pensar, de la gente que trabaja con ustedes, ¿están seguros de que todo el mundo es cisgenerista? (o sea, que no son trans) Y si sí, ¿cómo lo saben?.