¿Qué piensan los delincuentes mexicanos acerca de Donald Trump?

De todos los candidatos republicanos a las elecciones presidenciales de 2016 en EU, no cabe duda que el más polémico ha sido la estrella de televisión Donald Trump. Se ganó un lugar en varios encabezados por atacar de una forma muy extraña a Megan Kelly, la presentadora de Fox News, durante el primer debate de republicanos; por decir que pasar más de cinco años en un campo de concentración en Vietnam del Norte no convierte al senador John McCain en un héroe; y por referiste abiertamente a los inmigrantes mexicanos como violadores y criminales. El fin de semana, presentó un plan que detallaba cómo, de ganar las elecciones, piensa construir una muralla en la frontera con México, dejar de emitir tarjetas de residencia permanente en EU e implementar muchas otras políticas extremas.

Y por supuesto, nada de esto le ha hecho ganar la simpatía de los latinos. ¿Pero qué piensan los verdaderos criminales mexicanos acerca de Trump? Para averiguarlo, VICE se puso en contacto con los reos que están pagando su sentencia en una cárcel federal por haber entrado de forma ilegal a EU, con un hombre que fue deportado a México y con la primera generación de narcotraficantes mitad estadunidenses y mitad mexicanos que conocen a fondo la frontera. Contrario a lo que esperaba, a la mayoría de estas personas —una pequeña parte de una demografía mucho más grande que en general obedece la ley y contribuye a la economía estadunidense— no parece importarle el discurso agresivo de Trump.

De hecho, algunos hasta se ríen de él.

Carlos López es un mexicano de cuarenta y tantos años de edad que llegó a EU cuando era apenas un niño. Es un "narcotraficante" autoproclamado que creció en el corazón de Los Ángeles y que lleva dos años en el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR, por sus siglas en inglés) por delitos menores sin violencia relacionados con drogas. "Nunca me deportaron por eso", dijo López a VICE por teléfono. "Me dieron libertad condicional y me quedé en mi casa, al oriente de LA".

Estuvo en la cárcel otros tres años por un asalto a mano armada. Cuando salió, lo deportaron a México. "Me fui a mi ciudad natal en Michoacán y me quedé con mi familia unos meses. Después regrese a Los Ángeles", dijo López.

Cuando llegó a Ciudad Juárez, después de que lo deportaron una vez más por otro delito relacionado con drogas, López dice que la policía fronteriza le dijo a él y a los otros compatriotas con los que viajaba que si querían regresar a EU, ese era el momento.

"Nos dijeron que Obama no nos iba a deportar si nos arrestaba, siempre y cuando no fuera por un crimen violento", dijo López a VICE. También les dijeron exactamente a dónde ir: al estado de Oregón. "Es porque ahí sí podemos tener licencia de conducir, sin que nos hagan preguntas, y casi no revisan los antecedentes".

Además de motivar a los deportados a regresar a EU, al parecer, algunos policías mexicanos tenían a la venta identificaciones estadunidenses válidas. Según López, por mil dólares compró el número de seguro social de un mexicano estadunidense fallecido, se quedó en su hogar natal en Michoacán por unos meses y después regresó a EU. "Ahora soy ciudadano de Oregon", dijo López entre risas. "Hasta tengo un pasaporte estadunidense y fui a Canadá con él. ¿Y sabes qué más? "¡Puedo votar!"

Los mexicanos están conscientes de lo que Trump ha dicho sobre ellos, añadió López, pero nadie de los que conoce le da mucha importancia. Sus comentarios indican que ni siquiera las políticas rigurosas de Trump podrían detener la actividad criminal trasfronteriza. "No hay muralla ni cerca capaz de detenernos", dijo. "Los cárteles compran a nuestros políticos y tanto los cárteles como los políticos quieren que entremos a EU".

Agustín Abascal es un mexicano estadunidense de primera generación que recibió una sentencia de 10 años por asociación con el narcotráfico. Su madre fue deportada por dar alojo a migrantes que querían cruzar la frontera hasta que sus familias les enviaran dinero. Agustín afirma que los agentes de la patrulla fronteriza de EU estaban involucrados en esta operación.

"Cuando escuchamos que Donald Trump dijo que el gobierno mexicano estaba involucrado y que los agentes de la patrulla fronteriza fueron lo que le dieron esa información, pensé: 'Los idiotas que dijeron eso seguro eran los mismos que trabajaban con el gobierno mexicano!'. La patrulla fronteriza tiene mucho que ver en este juego. Es imposible detener la inmigración ilegal".

Otro inmigrante al que llamaremos Alberto dijo que la propuesta de ley de aumentar las sentencias mínimas para los que quieren regresar a EU después de ser deportados que están considerando en el Congreso es algo totalmente innecesario.

"Ya nos pueden meter a la cárcel por 20 años si regresamos", dijo. "¿Qué les pasa? ¿Sólo porque un mexicano loco mató a una chica [Kathryn Steinle] en San Francisco y Trump hizo un escándalo por eso significa que tienen que castigar a todos los inmigrantes ilegales? Conozco a gente que cree que San Francisco es una 'Ciudad santuario'" —el plan de inmigración de Trump exige que los federales quiten financiamiento a las ciudades que alberguen inmigrantes ilegales— "pero el mejor estado es Oregón y más de 400 lugares de EU donde no nos dicen nada. ¿Por qué algunos tenemos que aceptar castigos más duros por vivir en el estado equivocado y por qué hacer sentencias más duras si Obama dice que ya hay mucha gente en la cárcel?"

Rubén Sepúlveda, un estadunidense hijo de una madre que inmigró ilegalmente, fue condenado a pasar diez años en la cárcel por asociación con el narcotráfico y señaló otro defecto en los planes de Trump para deportar a todos los inmigrantes que entraron a EU de forma ilegal. Dijo que tiene "decenas de familiares" que violaron la ley al cruzar la frontera y que todos tienen los documentos necesarios para quedarse.

"Sé que a muchos no les gusta oír esto pero todos votan con sus credenciales falsas, todos ellos deducen impuestos con sus credenciales falsas y todos ellos pagan impuestos, con seudónimos".

Sepúlveda añadió que no soporta a Donald Trump pero confesó que sus familiares están fascinados con él.

"Cuando llamo o me envían mails, veo lo emocionados que están con Trump", dijo. "Y les digo '¿Están conscientes de que Trump les dice frijoleros y quiere meterlos a la cárcel de por vida?'. Pero a ellos les parece divertido y creen que Obama se va a asegurar de que nunca los deporten y que si Trump gana, va a mejorar su calidad de vida. Sólo quieren vivir mejor".

Cuando preguntamos sobre los comentarios de Trump donde insinúa que todos los inmigrantes mexicanos son criminales, Sepúlveda admitió que ha sabido de muchos casos de mujeres estadunidenses que fueron violadas por inmigrantes ilegales y que muchos inmigrantes están relacionados con el narcotráfico.

"Pero en la época de la prohibición, los italianos eran los que metían licor de forma ilegal", dijo Sepúlveda. "Y muchos italianos estaban relacionados en la lotería porque conocían a gente de la mafia. Y hoy pasa lo mismo con los mexicanos. Nos asocian con la delincuencia porque muchos mexicanos lo están".

"Pero déjenme decirles algo", continuó. "Un muro no va a cambiar nada y las sentencias mínimas para los migrantes legales solo van a llenar las cárceles y los estadunidenses no van a poder mantenerlos. Entonces, lo mejor que podemos hacer es respirar hondo, disfrutar el show de Donald Trump y aceptar que los 30 millones de inmigrantes ilegales —sí, dije 30 millones porque creo que hay más de 11 millones— vinieron para quedarse. Nuestra gente está a cargo de la frontera y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). Nos estamos convirtiendo en la ley y solo es cuestión de tiempo antes de que tomemos el Congreso en nuestro poder.

"Ya supérenlo", dijo Sepúlveda. "Todo va a estar bien".

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