Tres grafiteros colombianos nos contaron qué piensan del incidente del Metro de Medellín

Para responderla (al menos en parte), le preguntamos a tres artistas urbanos qué piensan del controvertido grafiti. Ese que, a esta hora, y con toda la seguridad, ya debió haber sido removido del tren. Estas fueron sus respuestas.

Shamo: "Es el sueño de todo grafitero".

ShaMo es de Medellín, y aunque últimamente ha estado dedicado a su estudio de tatuaje, también es reconocido por haber pintado algunos de los murales más conocidos de Envigado: en el parque y centro cultural Débora Arango hay algunos. Shamo afirma que la discusión acerca de pintar o no en los vagones del metro ya es vieja en la capital paisa. Según él, la comunidad grafitera de la ciudad ha reclamado desde hace varios años el metro como un espacio de expresión, pero la Alcaldía se ha negado a permitirlo una y otra vez. En 2014, un crew bogotano, conocido como VAC, pintó varios grafitis en uno de los trenes. El hecho, al igual que el reciente, fue tildado de vandalismo y suscitó la indignación en la mayoría de los habitantes de la ciudad. En esa ocasión, ShaMo avivó la polémica al publicar en sus redes sociales una foto de la firma del pintor Fernando Botero estampada en un vagón al lado de una buena pregunta: ¿no hay algo de doble moral en celebrar esa firma y criminalizar la de un colectivo de artistas bogotanos? ShaMo identifica la estética del grafiti que apareció este fin de semana con el estilo propio de alguno de los crews de Medellín y en su opinión puede ser un síntoma de una nueva generación de grafiteros reclamando el metro como un espacio de expresión. Según este artista de Envigado "pintar el metro es el sueño de todo grafitero en Medellín".

K.: "Eso se veía venir".

K. es bogotano y, aunque prefiera no revelar su identidad, pueden encontrar algo de su trabajo mirando arriba y abajo en las calles de Chapinero. K., quien ha estudiado mucho la línea de los grafiteros del país, y en especial los de la capital, descarta por completo que haya sido un crew rolo el autor de este grafiti. Para K. este tipo de sucesos responden a la satisfacción que representa para el ego de un grafitero el hecho de lograr estampar su firma en un lugar tan visible y simbólico como un metro. Al mismo tiempo, es el desarrollo de toda una subcultura dentro del grafiti que se especializa en pintar trenes y subterráneos. K. afirma disfrutar este tipo tipo de trabajos cuando están bien hechos y molestarse cuando están hechos por novatos. En cuanto a la calidad del mismo, prefiere abstenerse de emitir cualquier declaración. Sin embargo, advierte lo siguiente: "eso se veía venir y seguirá pasando hasta que se les haga normal".

Sabor: 'el grafiti no está bien resuelto'

Sabor hace parte de un crew llamado APC. Para él, la pintura en el metro de Medellín es válida dentro de las reglas del grafiti, que, a diferencia del muralismo, no pide permiso antes de pintar. Sin embargo, opina que el grafiti del metro no está bien resuelto desde lo técnico y no es estéticamente agradable. También le explicó a VICE que a este tipo de grafiti clandestino se le conoce como bombing, una categoría que se divide (en orden ascendente de complejidad) entre throw ups, quick pieces y piezas completas. Fuera de la discusión entre arte y vandalismo, a Sabor le gustaría ver un manejo distinto de este tipo de incidentes: "probablemente ese tren vaya a quedar guardado hasta que lo hayan vuelto a pintar por completo. En ciudades como México D.F. y Buenos Aires, donde esto pasa casi todas las semanas, el tren hace su recorrido un día completo antes de salir de circulación. Sería interesante ver eso acá".