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Cultură

Llegó la hora de cerrar las prisiones de California

Por hacinamiento e injusticias por parte de la ley.

Una transacción en la prisión de San Francisco.

Yo creo que mi experiencia de encarcelado es muy diferente a la experiencia de un encarcelado común. En primer lugar, el estado de Nueva York, donde yo estuve encarcelado, tiene uno de los sistemas penitenciarios más eficientes y regulados —nunca verás a sus prisiones en uno de esos programas de televisión reality de basura—. Y si bien la mayoría de los estados están lidiando con la sobrepoblación en las cárceles, Nueva York está cerrando instalaciones, y probablemente es por eso que me encontré a la mayoría de los chicos en celdas con una sola litera. He visto a personas en la televisión que están en cuartos de tres personas en una litera a pocas pulgadas de distancia de la siguiente litera, y las celdas están en una habitación de tamaño medio, llena de 300 güeyes, algunos de los cuales son una pesadilla. O bueno, ya no digamos las sobrepobladas cárceles de Latinoamérica. Una gran celda en las cárceles de Nueva York sólo tenía alrededor de 60 chicos y eso para mí era como el infierno en la tierra, así que en términos relativos, tuve suerte.

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Mientras tanto, en California han tratado desesperadamente de averiguar qué hacer con su jodidas y sobrepobladas prisiones, incluso escuché que están dejando libres a algunos viejos reclusos antes de tiempo. Para tu información, esto es lo que los reclusos sueñan… he tenido muchos sueños en los que estoy relajándome sin pantalones y escondo mis pertenencias, así no las pierdo y luego llega el oficial y  grita: "VETE A CASA, ¡ERES LIBRE!"

¿Qué pasa con las personas que son liberados por el sistema? Apuesto a que activistas están tratando de conseguir que el gobierno convierta las cárceles en centros de reinserción y centros de rehabilitación, y tal vez van a empezar a poner a algunas de las personas con problemas mentales en los hospitales psiquiátricos, que es lo que debía haber sucedido desde hace mucho tiempo.

Cada vez que he estado en el tambo ha habido tipos piratas entre nosotros. También hay casos dudosos, los tipos que son diagnosticados con depresión, trastorno bipolar, o que sufren de TDAH, pero todavía son capaces de funcionar; diez por ciento de los reclusos son loquitos de la calle. Tan locos que su mejor amigo es una pieza de mierda que vive en un frasco y que pide que lo dejen entrar a la prisión con él.

No hace mucho tiempo estuve encarcelado con un chico de 28 años de edad con problemas mentales, él hablaba con Dios o Jesús o alguien pero lo hacía todo el día, todos los días. Él dormía a mi lado y era tan molesto, yo nunca sabía con quién estaba hablando y no tenía audífonos para refundirme en otro sonido. Ese chiflado estaba ahí porque se subió en un coche con un viejo amigo de la familia que él no conocía demasiado y, para no hacer la historia larga, fueron detenidos por la policía y encontraron un rifle cargado; ambos enfrentaron cargos. El pobre chico que hablaba con fantasmas fue sentenciado a la cárcel del condado por casi seis meses, a pesar de que todo el mundo sabía que esa no era su arma. El otro acusado intentó de inmediato exonerarlo con una declaración pero al mismo tiempo sin incriminarse a sí mismo, lo que no funcionó. De todos modos, el otro chiflado tenía que seguir el proceso adecuado y esperar a que el caso llegara a la corte del condado antes de que finalmente pudiera ser puesto en libertad, sólo que su cita en la corte fue pospuesta otras seis semanas.

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Los jueces y abogados no se preocuparon, pero este chico inocente acababa de recibir un golpe bajo con otras seis semanas para, básicamente, NADA. El otro acusado se la pasó presentando apelaciones para vencer el cargo mientras que este chico se la pasaba hablando con Jesús todo el día, sufriendo las consecuencias del proceso sádico del sistema de justicia debido al otro acusado. El responsable y culpable se sintió mal por retrasar la liberación de su amigo inocente, pero no había de otra, él tenía que cuidar de sí mismo.

Los seis meses que pasó en la cárcel hablando con su Señor y Salvador no serán registrados en las estadísticas y jamás serán vistos. Siempre se oye hablar de que hay 2.5 millones de personas en la cárcel, pero esa historia sobre el niño enfermo mental me enoja más que cualquier otro caso, y como nunca fue condenado, ni siquiera cuenta oficialmente como alguien que estaba "en la cárcel" … ¡DIOS!

En fin, en California, los números son realmente importantes. Las cárceles estatales están tan congestionadas que tienen a personas cumpliendo sus condenas estatales en las cárceles del condado, eso es una verdadera señal de desesperación. Los jueces federales le están ordenando a las prisiones de California reducir la sobrepoblación mediante la liberación de ocho mil presos o la búsqueda de vivienda adicional para ellos, pero el estado —obviamente— no tiene dinero. Otro lío más: la reciente huelga de hambre significa que hay una gran cantidad de atención en el terrible sistema de operación de prisión del estado. El gobernador Jerry Brown está tratando de lidiar con esta situación y pidiéndole a los jueces otorgar al estado un poco más de tiempo para reducir la población, a cambio, él está dispuesto de invertir 400 millones de dólares en programas de rehabilitación, incluyendo algunas cosas que supuestamente ayudarán a los enfermos mentales.

Eso estaría bien. En algunos aspectos, el ajetreo de "rehabilitación" puede ser engañoso y difícil de diferenciar de la cárcel. Pero poner a la gente en los hospitales y brindar rehabilitación es definitivamente mejor que tirarlos y abandonarlos en celdas pequeñas. La mejor manera de detener la sobrepoblación y parar de gastar tanto dinero de los contribuyentes en este tipo de cosas, es no mandar a tantos güeyes a la cárcel.

No debería de ser algo difícil.

Bert Burykill es el seudónimo de nuestro corresponsal de prisiones, ha pasado un buen tiempo en varias cárceles en el estado de Nueva York. Él tuitea aquí.