© Kelley L Cox-USA TODAY Sports
El día de ayer se llevó a cabo un partido de futbol para recaudar fondos en el Starfire Stadium, casa de los Sounders de Seattle de la MLS. Lo peculiar de este encuentro fue la lista de invitados, entre los que destacan el carismático (y fanático al futbol de hueso colorado) Chad Ochocinco, Eddie Johnson, y la bestia de la NFL, Marshawn Lynch.Por supuesto, Lynch no tiene idea de cómo patear un balón; nació para atraparlo con las manos y correr hasta la zona de anotación. Por ello, se le dio la oportunidad de entrar unos segundos al campo de juego para que pudiera sentir lo que es jugar the beautiful game.Como era de esperarse, Lynch jamás tocó el esférico con los pies (incluso entró con chanclas al campo), y optó por llevarse la pelota en sus manos hasta la portería ante la mirada extraña de los demás jugadores.A diferencia de su compatriota Odell Beckham Jr., Lynch demostró que su fuerte es hacer pedazos a las defensivas. Pensar que anotaría un gol con los pies era demasiado hermoso para ser verdad.