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FIGHTLAND

Una breve historia de las peleas en la NASCAR

En (des)honor de los pilotos de la Truck Series, John Wes Townley y Spencer Gallagher y su triste pelea del fin de semana, echemos un vistazo a la historia de las broncas en la NASCAR.

Una de las peculiaridades de ser fanático de las peleas es que a menudo te encuentras versiones de tu(s) deporte(s) en otros deportes, ya sea como parte del juego mismo (hockey) o como resultado de la pérdida de cordura y entregarse a los bajos instintos (casi todo lo demás que no es hockey).

Estos manifestaciones de furia casi por completo indisciplinada y maleducada, y egos heridos no son exactamente joyas técnicas. Son tan buenas como esperarías de un par, o grupo, de hombres adultos al que les pagan fantásticas cifras de dinero y veneración para enfrascarse en un juego de contacto vil y bajo (o no) para sobrevivir. Pero aún así pueden ofrecer algo de vertiginosa emoción si formas parte de la morbosa multitud. Aunque también pueden proveer algo de alegría culposa si no formas parte de ella.

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Un ejemplo particularmente maravilloso/terrible de este tipo de intercambios se dio este fin de semana cuando los pilotos de la NASCAR Truck Series, John Wes Townley y Spencer Gallagher, se agarraron a golpes impotentes, derribos dignos de un practicante de cinturón blanco de una raya, y hasta hubo un intento de DDT luego de que ambos chocaran en el Drivin' For Linemen 200 del Gateway Motorsports Park el día de ayer.

A pesar de que fue un momento vergonzoso en particular para la historia de la NASCAR, en cuanto a peleas a puño limpio se refiere —una pelea que, como el escritor de Uproxx, Bill Difilippo, la describió, fue "como ver peleador a dos niños de primero de primaria por el último envase de leche de chocolate durante el recreo— está lejos de ser un suceso aislado para la asociación de los autos stock de carreras.

"Ser agresivo de una forma u otra siempre ha sido parte de este deporte", escribió Juliet Macur para The New York Times durante las secuelas de la fea confrontación que provocó la muerte del piloto Kevin Ward Jr. en 2014. "Incluso desde antes, a los pilotos que ocasionaban los choques se les pagaba con los nudillos. No puedo evitar pensar que si los iPhones hubiesen existido cuando la NASCAR se creó en 1948, sobre la compacta arena de Daytona Beach, YouTube estaría repleto de vídeos de hombres partiéndose la cara.

En (des)honor del capítulo más reciente en la incesante historia de hombres que, en su mayoría, mantienen bajo control gigantescas y rápidas máquinas de muerte para sobrevivir pero nunca pueden realmente controlar su temperamento de la misma forma, echemos un breve vistazo a la historia de las peleas en la NASCAR.

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De igual forma que las payadas de "The Hanson Brothers" ayudaron a impulsar el éxito de un equipo de hockey en Slap Shot, un altercado entre dos pilotos de alto perfil y un hermano durante el Daytona 500 aquel mismo año desencadenó gran parte del éxito que la NASCAR continúa gozando hasta este día.

"En el Daytona 500 de 1979, la primera carrera de 500 millas se transmitió en su totalidad por televisión nacional, Donnie Allison y Cale Yarborough chocaron en la vuelta final de la carrera, y terminaron en el campo con Bobby, el hermano de Donnie, intercambiando golpes, patadas, y agarres de sumisión al cuello mientras las cámaras lo grababan todo", escribió Juliet Macur. "El pleito llamó más la atención que la carrera en sí, y la publicidad fue invaluable.

"El resto es historia", reflexionó Donnie Allison en un vídeo donde rememora la gran pelea, considerada uno de los mejores momentos de la historia de la NASCAR. "Le sigue el campeonato mundial de peso ligero".

Una década después, el punto de quiebre de una disputa similar volvió a capturar la imaginación y morbo del mundo de la NASCAR cuando una ruin maniobra en la curva 4 en el Winston All-Star provocó un zafarrancho entre Darrell Waltrip, Rusty Wallace, y sus respectivos equipos.

Para los estándares de la NASCAR no fue completamente un pleito. Como suele ser el caso con las peleas de grupos en el automovilismo, ésta fue ejecutada con todo el poder y con cero clase característica de un agarrón entre Sharks y Jets, pero la pelea es recordada con cariño por el dramatismo que la rodeó, ya que el ex héroe Rusty Wallace tomó la salida hacia el lado oscuro pocas veces visto más allá de la lucha libre profesional y las tragedias de la Grecia clásica.

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Molesto por una serie de eventos en su contra durante una carrera en el Michigan Speedway el día del padre, Michael Waltrip salió tranquilamente de su vehículo, se acercó al auto de Lake Speed, se inclinó y, ya no tan calmado, dedicó "unas palabras y hasta algo más", según el comentarista, justo en la cara de Speed.

Para nada impresionado con la nula deportividad de Jeff Purvis durante el Lycos.com 300, durante el cual impactó en repetidas ocasiones con su vehículo, Mark Green y su equipo dejaron salir sus bajos instintos. Purvis y compañía respondieron de igual manera, lo cual ocasionó que uno de los comentaristas exclamara emocionadamente "¡Estamos por presenciar un show de Jerry Springer! ¡Qué pleito!"

Purvis se ganó una suspensión de cuatro carreras por su esfuerzo.

Kevin Harvick, para nada impresionado por el comportamiento de Greg Biffle en el circuito Channellock 250, se abalanzó sobre la parte trasera del auto de Biffle durante una entrevista después de la carrera para intentar ahorcar a su contrincante aventándose. Le damos puntos por su innovación y su indestructible confianza ante las nulas posibilidades, aunque no logró su cometido.

El ninja volador (o agitado) Kevin Harvick intentó pelearse al año siguiente durante un altercado con el equipo de Ricky Rudd en el Chevy Rock & Roll, pero los miembros de cada equipo lograron separarlos, dejando a los dos pilotos jugando a la papa caliente mientras se aventaban el uno al otro el dispositivo HANS de Harvick.

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Sin embargo, Jimmy Spencer sí logró golpear a Kurt Busch en la nariz ese mismo año.

El bien conocido brabucón Tony Stewart —involucrado en una serie de altercados que van desde lo chistoso hasta lo genuinamente mortal— Kasey Kahne y su equipo de pits, se vieron envueltos en una pelea todos contra todos después de un incidente en la Chicago 400. En medio de los golpes, ambos pilotos lograron mostrar un poco de conocimiento en agarres y derribos, por no decir en cualquier área de combate.

La AAA 500 se transformó rápidamente en una recreación entre rednecks de la escena de Benedict Cumberbatch en la cinta Starter For 10, cuando Jeffs Gordon y Burton hicieron contacto con sus brazos e intentaron agarrarse mutuamente de los uniformes antes de ser separados.

Jeff Gordon provocó una duradera pelea de garaje contra el equipo de Clint Bowyer en el AdvoCare 500, pero el pleito ya había sido calmado para cuando Bowyer llegó a la escena.

A pesar de la casi desesperada afirmación de uno de los cronistas, "Vi algunos golpes el día de hoy. No puedes decir que sólo se estaban empujando", no hay mucho que ver en esta disputa entre Tony Stewart y Joey Logano en el Auto Club 400.

Fue un gran año, por no decir un orgulloso año, para las peleas en la NASCAR. Brad Keselowski se involucró en un pleito detrás de bambalinas al estilo de la WWE con Matt Kenseth en el Bank of America 500.

Keselowski también había provocado un tremendo zafarrancho contra Jeff Gordon y su gente el mismo otoño.

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Y Marcos Ambrose conectó un golpe en la cara de Casey Mears en el NASCAR Spring Cup en Richmond, lo cual provocó que uno de los cronistas explicara "esto no es Ultimate Fighting por FOX. Esto es NASCAR por FOX". A pesar de la precisión del golpe —una rareza en el universo de los autos de línea— estamos seguros que nadie salió mareado.

El año menos favorito de todos tampoco ha sido amable con la cultura de las peleas en la NASCAR. Tony Stewart arrancó el año subiéndose a las gradas en el Chili Bowl Nationals para hacerle frente a un fanático impertinente.

Y también tenemos a John Wes Townley vs. Spencer Gallagher. Pelea que algún genio editó para añadirle comentarios clásicos de lucha libre profesional de Jim Ross.