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mundial de clubes

La afición de River, de hacer historia en Japón a escupir a Messi

River Plate llevó 20 mil seguidores a Japón. Y todo para insultar a Mascherano y escupir a Messi tras ser goleados ante el Barça en la final.
Foto: ABC

No todo fue fiesta para el Barcelona tras vencer a River Plate en la final del Mundial de Clubes y ganar su quinto título del año. Hubo quien la pasó mal: Javier Mascherano. El mediocampista, confeso hincha de River y canterano del cuadro millonario, fue ovacionado cuando saltó a la cancha, pero después se ganó la rechifla de los 20 mil hinchas del campeón de la Copa Sudamericana, acción notoria cuando salió de cambio al minuto 80.

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El Jefecito festejó con mesura, sin tanto éxtasis como lo hizo el resto de sus compañeros. Salió a la zona mixta con un rostro serio, como si hubiera perdido el encuentro y ahí se confesó: "Difícil. Aislarte de quien está en frente (River Plate) es la realidad. Pero bueno, estuve estos días tratando de aislarme de todo, sabiendo que uno tiene que hacer esto como una profesión. Lamentablemente, lo había dicho, me hubiera gustado que el rival no fuera River. Una derrota como la de hoy no cambia absolutamente nada lo que han hecho estos jugadores en la historia de River".

Mascherano sacó los colores que lleva tatuados en el pecho, le dolió más la derrota del equipo del cual es hincha de lo que disfrutó la victoria del equipo con el cual ha pasado a la historia en el futbol. El amor del Jefecito por River no está en duda, aunque la calentura de sus hinchas lo crean diferente y se lo hayan hecho saber de la peor manera: con insultos.

Hay un dicho futbolero muy reconocido: "lo que pasa en la cancha se queda en la cancha". Aunque nunca falta el idiota que no sepa esto. Las agresiones a Masche no pararon en los chiflidos de la hinchada millonaria; no, la situación se agravó cuando la gente de River se cruzó con los jugadores del Barcelona en el aeropuerto de Narita. Al exRiver le llovieron insultos de todo tipo, la razón: que el Jefecito no hubiera saludado a la hinchada millonaria al inicio del juego, que cantara los goles y que subiera a las redes sociales una foto con el trofeo de campeón del mundo. Así la intolerancia de los hinchas millonarios.

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Foto: Canchallena

Aunque eso sí, no le fue tan mal como a Lio Messi. Pese a que la Pulga levantó las manos en señal de respeto tras marcarle a River, hay que recordar que el 10 estuvo muy cerca de jugar con los de Núñez, Messi fue pitado durante el encuentro cada que no le salía alguna jugada. También fue el blanco de los insultos de la hinchada millonaria en el aeropuerto.

Las cosas no terminaron en insultos. Un hincha de River logró burlar la seguridad para acercarse a Messi, una vez con Lio lo insultó y escupió provocando el enojo del jugador que de inmediato reaccionó y fue por él, pero fue detenido por Luis Enrique, Mascherano y Luis Suárez. El incidente quedó ahí y, pese al trago amargo, el 10 se fue de Japón con una sonrisa; claro, es campeón del mundo otra vez.

Del lado millonario hubo repudio por la agresión a Lio Messi. Tanto Marcelo Gallardo, técnico, como Rodolfo D'Onofrio, presidente de River Plate, reprobaron la acción de los hinchas del equipo. "Repudio esa actitud (el escupitajo), está fuera de lugar. Es un futbolista nacido en nuestro país (Lionel Messi), el mejor del mundo, y juega para nuestra Selección", dijo el Muñeco. Mientras D'Onofrio fue más directo: "Siempre hay un tonto (el agresor). Messi es un caballero, hizo el gol y levantó la mano pidiendo disculpas".

La hinchada de River Plate fue reconocida por todo el mundo tras llevar 15 mil personas a Japón en un principio, aunque se dice que en la final fueron 20 mil. El color, los cantos y la alegría que le dieron al país nipón durante su estancia fue vista por todo el mundo. De hecho, los Millonarios superaron a los 12 mil asistentes que vieron a Boca ser campeón del mundo en el año 2000 ante el Real Madrid, y los 12 mil 500 que llevó el Corinthians en el 2012 cuando venció al Chelsea.

Lástima que su histórica presencia se vea empañada por acciones tan estúpidas como el escupir a la figura de su Selección Nacional o insultar a uno de sus ídolos, como lo es Mascherano. En fin, parece que no todos entienden que lo que pasa en la cancha, se queda en la cancha.