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el holandés cantaor

Relatos de Johan (III): el día que Cruyff grabó un single... con un par de copas de más

Entre las anécdotas más curiosas que dejó Johan Cruyff fuera de los estadios están sus dos increíbles canciones, que por decirlo diplomáticamente pasaron sin pena ni gloria por Holanda y España.
Imagen vía Polydor

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Para homenajear a Johan Cruyff, en VICE Sports hemos decidido lanzar una miniserie llamada Relatos de Johan. El '14' holandés bien que lo merece. Después de la primera y la segunda anécdota, seguimos con la leyenda del holandés cantaor.

Sabemos muchas cosas de Johan Cruyff y sus milagros futbolísticos, pero poco se ha hablado de su curiosa incursión en el mundo de la música, allá por los inicios de su trayectoria de leyenda.

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Corría el año 1969 cuando al holandés le engatusaron para hacer algo que, visto lo visto, no se le daba demasiado bien. Johan cantó pocas veces en los terrenos de juego, pero sí lo hizo —y de forma estrepitosa— con el lanzamiento de dos singles en Holanda.

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Cruyff ya era toda una figura en su país de nacimiento cuando los productores Peter Koelewijn y Freddy Haayen pensaron en él para ganar algo de de renombre —y, por supuesto, un buen fajo de billetes. Cor Coster, suegro y por aquel entonces representante del jugador, vio la propuesta con buenos ojos y convenció a la estrella para probar suerte con el micrófono.

Según cuenta Koelewijn, a Johan le costó mucho encontrar el ritmo dentro del estudio de grabación. La canción se llamaba Oei oei oei (dat was me weer een loei), que en nuestro idioma sería algo así como "Uy, uy, uy, otro golpe más", y no guardaba relación alguna con el fútbol y la calidad del holandés.

Para intentar relajar al futbolista, que entonces solo tenía 22 años, los amigos que lo acompañaban sugirieron ir a tomar unas copas al bar de al lado. Con la atmósfera más relajada, el astro logró grabar algo decente y en el estudio se dieron por satisfechos. Cuentan que se tomó un nosequé con Cola: desgraciadamente, mi holandés es demasiado mediocre para concretar exactamente qué.

El resultado —una melodía más propia del carnaval o de la Oktoberfest— podría engancharnos… si lleváramos alguna copa de más encima, por supuesto. La letra, además, es absolutamente ridícula: explica que un amigo de Cruyff recibe una paliza en un combate de boxeo y, para ahogar sus penas, hace una visita al pub. Allí recibe otra paliza —uy, uy, uy, otro golpe más… imagino que ya lo vais pillando— y, finalmente, cuando llega a casa su esposa le dispensa el último varapalo de la jornada.

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Si el resultado te parece ridículo, espera, que aún te queda por escuchar la cara B del vinilo. Aquí, Cruyff explica —según el título de la canción: Alle Stoppen Ineens Naar De Knoppen— que "todos los fusibles se fundieron a la vez". Pues vaya, gracias por la información, querido Johan.

En 1974 —la misma temporada en la que Johan debutó y ganó su única Liga con el FC Barcelona—, el sello discográfico Polydor se enteró de que el holandés había grabado la canción y decidió lanzar el sencillo en España.

Según cuenta Koelewijn, el vinilo de 7" se vendió mejor en nuestro país, donde se adaptó la letra y se reformuló el tema bajo el nombre de Oei oei oei (Otro buen chut). La Vanguardia reseñó el sencillo, que salió a la venta poco después del histórico 0-5 ante el Real Madrid, en su edición del 30 de marzo de 1974.

"Johan Cruyff canta dos canciones simples, airosas y pegadizas, con ritmo de reminiscencia teutónica, muy fáciles de corear", analizaba el crítico musical del periódico barcelonés. Acertó de pleno con lo de "fáciles de corear", ya que tras unas cervezas la cantinela empieza ser una buena manera de amenizar la noche.

Además de ser cantante por un día, al holandés también le cantaron canciones. La más curiosa —por no decir directamente raruna— llegó tras el triunfo liguero en su año de debut, que rompió más de 13 años de sequía del Barça. Josep Maria Mateo le dedicó un homenaje musical para destacar las virtudes del futbolista sobre el campo, un documento que recuperó hace unos días la página Área Blaugrana.

"¡Ay!, qué jugador, ¡ay!, qué jugador / que hasta anuncia ropa interior". Nos quedamos con este verso para despedir la breve pero entretenida aventura musical del holandés que revolucionó el mundo del fútbol y cambió la historia del FC Barcelona.

En el mundillo de la música, la verdad, no tuvo la misma suerte.

Al autor le gusta la (buena) música, así que tras esta tortura puedes seguirle en Twitter: @GuilleAlvarez41