Pasan los días en la justa olímpica y México ve caer a sus soldados uno a uno. Esta vez fue el turno de la selección de futbol que vio cómo sus esperanzas de defender el oro olímpico se fueron esfumando conforme los minutos en el reloj se consumían.¿El verdugo? Corea del Sur. Aunque en realidad los únicos culpables del resultado —como siempre— han sido los jugadores y el "proyecto" que existe para desarrollar a las jóvenes promesas del balompié azteca. No aceptaremos más disculpas. No fue el césped, la lluvia, el calor, los mosquitos, o el poco apoyo de las gradas. Fue la incompetencia de los once en la cancha y nada más.
México insistió e insistió pero el gol nunca llegó. Los coreanos supieron concretar—maldito problema que perturba al jugador mexicano desde tiempos inmemorables— y les bastó meter el balón una vez para avanzar a la siguiente ronda."El Tri" suma una decepción más en este paupérrimo verano (cómo olvidar el baile de siete goles) y, como solemos hacer en estos casos, buscaremos culpables donde no lo hay.Desastroso día para el seleccionado mexicano en Río.