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Identidad

La gente sigue obsesionada con los asesinatos de Manson

El 9 de agosto de 1969 la policía descubrió los cuerpos de cinco personas asesinadas brutalmente por los seguidores de Manson. Cuarenta y siete años más tarde, preguntamos a varios psicólogos y a los biógrafos de Manson por qué siguen despertando...
Photo by Sahm Doherty via Getty

Dos noches. Siete muertes. 169 puñaladas. Siete pistolas del calibre 22. "Pig" (cerdo) y "Helter Skelter" escritos con la sangre de las víctimas dentro de sus casas. Ese es el legado de Charles Manson. Un legado que continúa impactando en nuestra cultura 47 años después.

Por estas fechas en 1969, los cuerpos de la actriz embarazada de 8 meses Sharon Tate, del escritor Wojciech Frykowski, de la heredera del imperio cafetero Abigail Folger, del estilista de las celebridades Jay Sebring y de su amigo Steve Parent fueron encontrados en la casa que Tate compartía con su marido, el director Roman Polanski. Manson había ordenado su asesinato para iniciar una guerra racial apocalíptica que él mismo bautizó como "Helter Skelter", por la canción de los Beatles. Sus leales seguidores "Tex" Watson, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel, Leslie van Houten y Steve "Clem" Grogan llevaron a cabo los asesinatos. Linda Kasabian hizo las veces de vigilante.

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"Leslie van Houten decía que siempre le preguntan '¿Cómo pudo alguien que no estuviera loco hacerse seguidor de Charles Manson?'", afirma Jeff Guinn, autor de la biografía superventas publicada en 2013 The Life and Times of Charles Manson ("Vida y milagros de Charles Manson"). "Ella contestaba, 'El Charlie Manson que conoce el público no es el que nosotros veíamos todo el tiempo'".

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Los profesionales de la salud mental explican que no es inusual que las personas jóvenes e impresionables caigan bajo el hechizo de un sociópata que cambia sin ningún esfuerzo de personalidad para manipularles mejor. Y la fuerza de las capacidades sociópatas de Manson va más allá que la de la mayoría.

"Yo diría que Manson sigue provocando fascinación porque normalmente a quienes no somos unos sociópatas nos resulta difícil comprender un comportamiento tan aberrante", afirma la Dra. Gail Saltz, profesora adjunta de psiquiatría en la Escuela de Medicina Weill-Cornel del Hospital Presbiteriano de Nueva York. "Sentir fascinación por lo oscuro forma parte de la naturaleza humana".

Otro motivo para la continuada obsesión cultural por Manson es el hecho de que sus brutales ataques llegaron en un momento crucial para Norteamérica. Cuando terminó la década de 1960, EE. UU. se encontraba en plena confusión por la Guerra de Vietnam, la presidencia de Richard Nixon y los asesinatos de Robert R. Kennedy y Martin Luther King Jr. Los telediarios introducían diariamente imágenes de violencia en todos los hogares norteamericanos.

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Leslie van Houten decía que siempre le preguntan '¿Cómo pudo alguien que no estuviera loco hacerse seguidor de Charles Manson?'

Aquellos factores hicieron que algunas personas consideraran la violencia de Manson como otro "grito de guerra" de la contracultura, según el criminólogo Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo en la Universidad Estatal de California. "La violencia [de Manson] puso de manifiesto aspectos de la sociedad norteamericana con los que la gente no estaba necesariamente familiarizada", explica. "Era la contracultura mal entendida, la guerra racial, la violencia como medio de expresión política pero no dirigida a los símbolos tradicionales (como un presidente), que más tarde dio paso a todo ese concepto de que la sociedad estaba totalmente fuera de control".

"Incluso por aquel entonces, en 1969, la gente tenía opiniones muy diferentes acerca de Manson", indica Guinn. "Los jóvenes que se rebelaban contra el gobierno le veían como a un Che Guevara y algunos elementos de la población le ven como alguien que tuvo una infancia difícil y que está siendo castigado por el sistema penitenciario".

Otro motivo por el que Manson sigue provocando fascinación en tanta gente es que escapó de la pena de muerte impuesta a los asesinos sociópatas como Aileen Wuornos. Una resolución dictaminada en 1972 por el Tribunal Supremo de California eliminó la pena de muerte y automáticamente se le conmutó por una cadena perpetua. Manson ha empleado su tiempo libre en alimentar su misticismo a través de bufonadas o estallidos cuidadosamente programados, como su reciente compromiso —que duró poco tiempo— con una joven seguidora, que presuntamente quería exhibir su cuerpo en un ataúd de cristal tras su muerte para convertirlo en atracción turística.

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El escritor Daniel Simone, que ha registrado cientos de horas de conversación con Manson para su próximo libro The Retrial of Charles Manson (El nuevo juicio de Charles Manson), afirma que Manson sabe perfectamente cómo seguir repercutiendo en la cultura incluso desde su celda en la Prisión Estatal de California, Corcoran. "Siempre hablamos de modo informal", explica Simone. "Pero si le enfocas con una cámara o le acercas un micrófono, de repente se convierte en una persona totalmente diferente. Por eso le condenaron. Le encanta la atención y le encanta actuar".

La gente adora a Manson. Y debería estar en el vertedero de la historia.

La repercusión de Manson en la cultura popular es muy amplia y queda patente en hechos como que haya un artista conocido como Marilyn Manson, que los Guns n' Roses grabaran la canción de Manson "Look at Your Game Girl", o la existencia de cantidad de películas y libros que le exploran o reimaginan a él y a sus seguidores.

"En realidad no se trata de él. Se trata del individuo que le responde, su psique personal", afirma la Dra. en psiquiatría Gayanbi DeSilva. "Los sociópatas son muy, muy buenos atrayendo adeptos".

Todas las personas con las que hablé para este artículo hicieron hincapié en el número de jóvenes adultos que conocen que encuentran seductores a Manson y a sus seguidores. Guinn decidió escribir sobre Manson cuando sus estudiantes se arremolinaron en torno al fiscal en el caso de Manson, Vincent Bugliosi, autor del libro Helter Skelter, cuando fue orador invitado en el colegio donde daba clases Guinn.

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El actor Ryan Kiser interpretó a Charles Manson en el cortometraje de 2009 Lie (Mentira) y en la película de 2014 House of Manson (La casa de Manson). Los papeles que interpretó le valieron la atención del público, pero la idea de ensalzar a Manson como si fuera un héroe le pone enfermo. "Resulta descorazonador que los chavales miren a Manson como un ejemplo a seguir", afirma. "Si solo pudiera decirles una cosa sobre él, les diría que es una persona rota. No hay nada de admirable en él".

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Atkins, que fue declarada culpable del asesinato de Sharon Tate y de burlarse de la actriz cuando suplicó por la vida de su hijo, pasó los últimos años de su vida intentando convencer a los fans de Manson de que dejaran de admirarle. Y hace varios años Brian Levin recibió una carta no solicitada remitida por ella. "Le interesaba iniciar un programa anti-odio en la prisión", recuerda Levin. "Yo no le respondí. Hay algo moral o psicológico en mí que me obligó a mantenerme al margen. Ella no fue un mero espectador, cometió el crimen más horrible de todos los cometidos por los seguidores de Manson".

"Hemos desarrollado un segmento de la cultura muy disfuncional y perverso, que se centra en la violencia y en los malvados e inestables locos que la perpetran", continúa Levin. "La gente adora a Manson. Y debería estar en el vertedero de la historia".

Aunque muchos comparan a Manson con Adolph Hitler o con los terroristas de la era moderna, los expertos afirman que nunca tuvo el intelecto o el poder de persuasión suficientes para reclutar al número de seguidores necesarios para hacer tambalearse la cultura. "Charlie nunca habría conseguido que toda una nación le siguiera", afirma Guinn, "pero sin duda supo hacer que toda una nación fuera consciente de su existencia. Hay una gran diferencia".