Dinero

La perversa estrategia detrás de los pisos 'cuquis' de los anuncios de Idealista en Madrid

30 metros cuadrados a 1200 euros. 30 metros cuadrados muy cuquis, eso sí.
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Un piso de alquiler vacacional anunciado en Idealista. Imagen vía Idealista

Mirar pisos en Idealista es como ligar por redes sociales: la ilusión suele dar paso a la decepción en un periodo muy corto de tiempo, acabas haciendo swipe o dando a me gusta demasiado rápido, es complicado no sentir ira en algún momento y si pasas demasiado tiempo haciéndolo acaba siendo compulsivo y, seguramente -no tengo pruebas pero tampoco dudas- perjudicial para la salud.

Lo sé porque me ocurrió hace unas semanas, cuando me descargué la aplicación y eché un par de tardes mirando lo que se cocía con la esperanza de encontrar algo digno. En el mercado inmobiliario, no en el del amor, aunque en este último habría ocurrido parecido seguro. Y entre áticos en los que ni siquiera yo, que mido metro cincuenta y tres, podía ponerme de pie y bajos interiores a precio de palacete en El Pardo, empecé a encontrar pisos extremadamente pequeños y extremadamente cuquis.

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Pisos de esos que salen en los anuncios de mujeres urbanitas y empoderadas -esa palabra- de la tele, de los que suelen estar en Airbnb y no en Idealista. De esos en los que jamás podrías organizar una cena de amigos porque no caben más de dos personas pero cuyas fotos quedaran genial en Stories. Todos ellos ya amueblados y además de una manera muy similar.

¿De dónde salen todos esos pisos recién reformados, con las paredes sin gotelé, con cocinas novísimas, con muebles de aspecto antiguo pero moderno? Se lo preguntaba a una amiga que se había mudado hace relativamente poco al centro de Madrid con su novio y me decía que, en su búsqueda, fue a ver decenas de pisos así. Muy bonitos y muy pequeños pero extremadamente caros, todos ellos de agencia, no de particulares, todos ellos con un precio por metro cuadrado desorbitado.

"Son cebos para captar clientes y enseñarles otros pisos"

Para dar respuesta a esta incógnita contacté con Fernando Bardera, portavoz del Sindicato de Inquilinas de Madrid, la ciudad en la que localicé todas estas cajas de zapatos bien decoradas que se anuncian como viviendas. "No podemos tener evidencias de todo lo que ocurre en el mercado del alquiler, pero sí que es verdad que hay una práctica común que encaja con lo que me cuentas y es la de anunciar en portales de alquiler viviendas cebo. Pisos que sirven de reclamo que no están en el mercado del alquiler, que quizá hayan estado alguna vez o quizá no y que a veces aparecen incluso repetidos en estos motores de búsqueda, muy bonitos y con las fotos muy bien hechas. Gracias a ellos la gente se ilusiona, llama a la inmobiliaria y les dicen que ya no están disponibles pero que tienen más. Son cebos para captar clientes y enseñarles otros pisos, similares o no. Hemos visto casos, incluso, en los que las fotos ni siquiera son reales, sino modulados 3D de los que se hacen en interiorismo", explica.

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Hago la prueba y llamo a unos cuantos de estos pisos. La mayoría están disponibles si quieres dejarte la mitad el sueldo, contando con que cobres bastante más del SMI, pero en dos ocasiones me encuentro con la respuesta que me ha adelantado Fernando. Cuando me intereso por el primero de ellos, que mide 55 metros cuadrados, tiene 1 habitación y cuesta 1175 euros me responden que ya no está disponible pero que tienen más. A día de hoy, semanas después, sigue disponible en Idealista.

Con el segundo, que mide 45, también tiene un cuarto y cuesta 1000 euros me ocurre que me preguntan que cuándo querría entrar y cuando respondo que el mes próximo me dicen que no es posible sin más explicación.

Ambos están promocionados por la misma inmobiliaria, Servicap, que tiene más de 600 inmuebles solo en Idealista. Con el resto de pisos enanos de los que selecciono, unos seis más, la respuesta es que sí están en alquiler y puedo ir a visitarlos cuando quiera. Cuando quiera y tenga un salario de 2000 o 3000 euros más bien, para poder invertir la mitad de mi sueldo o más en alquiler.

"Quieren es convertir la vivienda en una especie de bien bursátil"

"El hecho de que muchas inmobiliarias promocionen tantos pisos similares que sí que existen, que no son cebos, también es normal", me explica el portavoz del Sindicato de Inquilinas. "En la mayoría de ocasiones no son suyos. Hay particulares que le piden a inmobiliarias que le gestionen el alquiler de su piso, pero ahora más que nunca esos pisos y las inmobiliarias están relacionadas, en su inmensa mayoría, con SOCIMIS [sociedades anónimas cotizadas cuya actividad principal es la adquisición, promoción y rehabilitación de activos de naturaleza urbana para su arrendamiento, bien directamente o bien a través de participaciones en el capital de otras SOCIMI] fondos de inversión y empresas patrimoniales. Este tipo de conglomerados empresariales tienen un paquete de vivienda enorme, y son los responsables en buena parte del problema con el alquiler que tenemos en zonas tensionadas de España como Madrid y Barcelona", añade.

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A raíz del final de la burbuja, estas SOCIMIS, fondos de inversión y empresas patrimoniales adquirieron paquetes de vivienda a precios bajos. Según explican desde el sindicato, Blackstone, por ejemplo, tiene 40 000 inmuebles en Madrid. Todas estas viviendas no se pueden gestionar bajo una sola firma, así que tienen o generan empresas que van gestionando diferentes paquetes, o bien por zonas o bien por servicios. Es por eso por lo que a veces crees que le estás alquilando a una inmobiliaria pero realmente esa inmobiliaria pertenece a un entramado de empresas que puede llegar desde Blackstone hasta Tempore.

La intención es vender estos paquetes de viviendas -que a veces están en alquiler y otras están directamente conformados por pisos vacíos- a precios mucho más altos de los que se compraron, una vez recuperado -e inflado- el mercado.

"Lo que hay detrás de todos estos movimientos, que no van a confesar nunca pero es evidente, es que la intención que tienen en esas inversiones desde el principio no es dedicarse al arrendamiento. Lo que quieren es convertir la vivienda en una especie de bien bursátil, algo que ya han hecho. De la misma manera que cuando se compran acciones se adquieren con la idea de venderlas cuando suban, ellos han comprado paquetes por debajo del precio del mercado a raíz del desinflamiento de la burbuja y lo que intentan es aumentar los precios para vender entonces esos paquetes y ganar dinero con esta operación", comenta.

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"Para conseguir tener vivienda vacía suben los precios a la extinción de los contratos. Si antes pagabas 800 te lo suben a 1300, sabiendo que no vas a poder asumirlo y te vas a ir"

A estos grupos les interesan dos cosas: tener viviendas vacías y que los precios suban lo máximo posible. Y trabajan para ello. "Para conseguir tener vivienda vacía suben los precios a la extinción de los contratos. Si antes pagabas 800 te lo suben a 1300, sabiendo que no vas a poder asumirlo y te vas a ir. Es una manera muy efectiva de expulsar a los inquilinos y la vivienda vacía se vende mucho mejor", explica Bardera.

En segundo lugar, inflan los precios en portales como en el que yo encontré esa ristra de pisos cuquis. "Desde los sindicatos de inquilinos llevamos años diciéndolo, pero ya no somos los únicos: hace unas semanas la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia expedientó a Idealista 'por la fijación, directa o indirecta, de precios y otras condiciones comerciales de la intermediación inmobiliaria con particular incidencia en la vivienda residencial'. Esto se traduce en que han detectado que pactan y publican precios irreales, inflados, de manera que al final el precio real acaba siendo ese al ser tomado como referencia por los particulares y demás propietarios. Es una manera de jugar, de fijar precios. Así está el precio medio en mi barrio, así calculo a cuánto puedo alquilarlo si no soy un particular o tengo unos cuantos pisos para alquilar, algo muy habitual en Madrid", cuenta el portavoz del Sindicato de Inquilinas.

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Así, me encuentro, por ejemplo, con este maravilloso piso de 50 metros cuadrados a 1700 euros. A 34 euros el metro. O con este otro, que está en Idealista pero que realmente es un alquiler vacacional, por días, pero en lugar de estar en Airbnb se ofrece a 1875 euros al mes por 49 metros. Le pregunto al portavoz del Sindicato de Inquilinas, por último y sabiendo ya de dónde salen todos esos pisos que crecen como setas en el centro de Madrid, qué podemos hacer los inquilinos ante estas prácticas, si es que podemos hacer algo.

Su respuesta no es muy alentadora. "Como arrendatarios podemos hacer muy poco. La movilización masiva cuenta, claro, y ser conscientes de que la vivienda es un derecho en lugar de comprar el discurso neoliberal del mercado y la propiedad privada también. Pero al final la solución está en las instituciones y en las medidas que se tomen desde ellas. En España tenemos un gran problema con la vivienda que, además, es único en Europa. Nuestra problemática no la está sufriendo nadie en otro país de la Zona Euro. Sin embargo, en otros países que no la tienen, como Suecia o Dinamarca y en los que Blackstone y algún otro fondo de inversión ha intentado hacer lo mismo que en el nuestro se han tomado medidas en cuanto se ha detectado. En Suecia por ejemplo van a expropiar la vivienda de Blackstone, directamente y sin miramientos, con el beneplácito de todos los partidos", explica. "Aquí Mariano Rajoy les puso una alfombra roja al eximir a las SOCIMIS, empresas a través de las que operan, de pagar el impuesto de transmisiones y sociedades, dándoles grandes privilegios fiscales", cuenta.

De momento y desde hace semanas, los pisos extremadamente pequeños y de decoración extremadamente cuidada que encontré en Idealista siguen ahí. Nadie los alquila porque el objetivo por el cual están ahí colgados probablemente no sea ser alquilados. O sí, pero con ese precio nadie está dispuesto a hacerlo. Están ahí por -y para- que existan más y más pisos con precios similares. Para que el precio del mercado -el del alquiler, y con él el de la compra- suba y veamos normal pagar 1200 euros por 30 metros cuadrados. 30 metros cuadrados extremadamente cuquis, eso sí.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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