FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Al pan, pan y al vino barato, lavado de estómago

Nos entrenamos para cuando tengamos que vivir en la calle.

Estamos en la mierda pura. Nunca antes había sopesado la idea de llegar a ser pobre y pensar en ello me provoca ansiedad. Después de que Rajoy anunciara los nuevos recortes nos vimos viviendo debajo de un puente, así que decidimos emborracharnos para olvidar. Y para hacernos un lavado de estómago. Dimos una vuelta por el barrio y, en previsión de nuestro futuro, compramos lo que compran los pobres y los vagabundos: vino peleón.

Publicidad

Compramos los siguientes vinos:

- Vino tinto Don Simón - 1,10€
- Vino tinto Don García - 0,80€
- Vino tinto Casón Histórico - 0,69€
- Vino tinto Gran Viñedo de Hacendado - 0,79€ (es embotellado, pero entraba dentro del presupuesto)
- "Mezcla de Priorat y vino dulce" de bodega - 1€ Tras echar un vistazo a los envases, nos dimos cuenta de que todos los vinos (menos el que compramos en la bodega) están envasados por J. García Carrión, una empresa que al parecer tiene el monopolio de los vinos de mesa en España. No soy una entendida en vinos pero no comprendo como esta empresa puede ser la número 1 en vinos de mesa. Estaban malísimos y desde el miércoles por la tarde, todas las veces que he ido al baño he cagado de color negro. Si queréis más detalles holla at me.

"Poto" También tenemos una exclusiva: el Don Simón y el Casón Histórico son el mismo vino, así que no os dejéis engañar: si vais al supermercado a comprar caca líquida, comprad el Casón Histórico que os ahorrareis unos centimillos. El Don García los seguía de cerca (aunque creo que llevaba droga porque no podía parar de beberlo), y los otros dos eran aceptables.

Bebe y mama que se derrama.

Pero lo que nos importa no es el sabor, sino que realmente hicieron efecto. Después de una hora mezclando los vinos estábamos bastante pedo. Nos pusimos a hablar de política, trabajo y el futuro como si no hubiera mañana. También repetimos varias veces que nos caemos muy bien y somos felices trabajando juntos. Todo esto mientras una pareja de rumanos discutía y se daba de hostias a 1 metro nuestro. Y por el módico precio de 4,38€.

Esto podría sonar a un típico viernes o sábado noche, pero era un miércoles y cuando ya no podíamos más sólo eran las seis de la tarde. Cuando llegué a casa quería morirme y me quedé frita. Me desperté como a las ocho de la tarde, paseé a mi perro, volví a casa e intenté ver Space is the place, pero a los 10 minutos estaba babeando la almohada. Nerea dice que se conectó al chat de Facebook, empezó a decir tonterías sin sentido y luego se durmió hasta las diez de la noche. Al despertarse, se hizo una tortilla francesa con salchicas y vio los Goonies en TV3. La novia de Marc casi lo echa de casa por oler a vino chungo. Estuvo un rato en casa y después de cambiar 20 veces de humor en 15 minutos, se fue a ver a Omar Rodríguez. Esa noche no folló. Nosotras tampoco.

Más borracheras que destrozan el estómago:

La guía VICE de cerveza barata