El mantenido que sedujo a tus novelistas gays favoritos

¿Qué tienen en común Truman Capote, Christopher Isherwood y Gore Vidal? Denham Fouts.

Fouts (o "Denny", como los chicos lo llamaban) era un buena vida profesional, un adicto al opio y el compañero de famosos homosexuales de antes de 1950. Isherwood lo llamó "el prostituto más caro del mundo", aunque esa afirmación hace que sus relaciones suenen más transaccionales de lo que en realidad fueron. Fouts no era de los que se acostaba una noche con un cliente y hacía que le dejara luego el dinero en la mesa de noche, sino que era una especie de trofeo que los hombres podían conservar mientras tuvieran los medios para mantenerlo. Todos (incluso las mujeres pero en menor proporción) buscaban desesperadamente la atención de Fouts y le daban lo que deseara para poder estar con él. La mayoría de sus seguidores era más viejos que él (alguna vez le preguntó al autor Glenway Wescott cómo conseguir y mantener la atención de aquellos viejos que pudieran complacer todos sus deseos),pero algunos eran de su edad. Uno de sus amantes más duraderos, Peter Watson, nació seis años antes que él, pero tenía tanto dinero que le regaló Mujer leyendo, de Picasso.

Fouts siempre era el alma de las fiestas hasta el momento en que esnifaba toda la cocaína que se encontraba y se iba con el novio del anfitrión o el hijo. (Su reputación de viejo verde es bien merecida). Algunos de sus encuentros con chicos adolescentes están descritos en la biografía The Best Kept Boy in the World de Arthur Vanderbilt.

Vanderbilt reconstruyó la vida de Fouts basándose en algunos aspectos reales y mucha ficción. Nacido en 1914 en Jacksonville, Florida, Fouts se convirtió en la inspiración de varios personajes icónicos creados por sus famosos pretendientes: Paul, en Down There on a Visit, de Isherwood; Elliott Magren en "Pages from an Abandoned Journal", de Vidal, y "Denham Fouts" en la obra inconclusa de Capote, Answered Prayers.

A pesar de su impacto en la literatura americana, Fouts dejó poco registro de sí mismo. Murió de un ataque cardíaco a los 34 años. Dejó una carta sobre crueldad animal (publicada en la revista Time cuando él tenía 12 años), una novela inacabada que comenzó durante el tiempo que vivió con Isherwood y un libro de memorias, cuyo único ejemplar fue quemado por su madre.

Reconstruir la vida de alguien al que se conoce sobre todo por sus análogos literarios no es tarea fácil. En cada capítulo, Vanderbilt explora a Fouts a través de la mirada a uno de sus más famosos amantes o a través de un análisis textual de alguna de las historias que inspiró. Afortunadamente, Vanderbilt es un historiador experimentado, que ha publicado previamente numerosos libros de no ficción y no se deja llevar mucho por la mitología de su objeto. Recientemente hablé con el autor sobre Fouts, la separación de realidad y la ficción, y las diferencias de ser un juguete gay en los siglos 20 y 21.

VICE: ¿Por qué decidiste escribir sobre Denny Fouts?

Arthur Vanderbilt: Justo después de la Segunda Guerra Mundial, los jóvenes autores que se convertirían en los grandes de la literatura terminaron en Europa. Y cuando comencé a leer sobre ese período -memorias, diarios, correspondencia, biografías- el nombre Denham Fouts aparecía siempre en las partes más intrigantes y tentadores. Empecé a conectar los puntos y me di cuenta de que Christopher Isherwood, Gore Vidal y Truman Capote habían utilizado a Denny como un personaje en sus novelas y cuentos. En ese punto, seguir la historia de Denny se convirtió en una obsesión para mí.

Fouts era muy guapo, seguro, pero muchos chicos lo son. ¿Por qué tantos hombres famosos se obsesionaron él?

Claramente Denny proyectaba un magnetismo sexual que llamó la atención de muchos, pero creo que su atractivo va más allá de eso. Ni Isherwood, ni Vidal, ni Capote se sentían sexualmente atraídos a Denny, pero entendieron cómo otros sí podrían sentirse. Isherwood, que vivió con Denny muchos años y lo consideraba su mejor amigo, alguna vez dijo que nunca había conocido a alguien con quien fuera tan divertido estar, que Denny era un genio para disfrutar de sí mismo y que incluso ir a comprar vegetales con él era toda una aventura. Era uno de esos pocos individuos que de verdad se sienten maravillados por la vida.

Pasó por el mundo tocando a mucha gente pero sin dejar rastro. ¿Cómo escribes las biografía de alguien al que se conoce más que todo por la ficción?

Traté de averiguar todo lo que pude sobre Denny siguiendo cada cable, desengrasando archivos, rastreando las evidencias e incluso usé la Ley de Libertad de Información para ver si el FBI tenía un archivo sobre él. Para presentar cualquier cosa como un hecho en mi libro tenía que tener al menos dos fuentes confiables. Lo que me pareció interesante es lo acertados que fueron Isherwood, Vidal y Capote al retratar a Denny.

Por supuesto, Isherwood es conocido por su estilo de escritura "soy una cámara", y traté de mostrar cómo sus diarios contemporáneos sobre Denny concuerdan (en muchos casos casi palabra por palabra), con las descripciones que hace de él en su prosa. Vidal y Capote ciertamente capturaron el espíritu de Denny y creo que, con una sola excepción, tomaron los hechos de su vida. La excepción, por supuesto, es el comienzo del recorrido de Denny: cómo empezó su vida en Jacksonville, Florida, hasta que comenzó a ser un mantenido. Y aquí el problema es, creo, que Denny mismo estaba jugando con la historia dependiendo de la "audiencia".

¿Hay hombres como Denny hoy? La cara pública de la vida gay y la existencia de los paparazzi podrían implicar que ser ese chico perfecto al que todos desean fuera más difícil…

Creo que Denny es una "tipología" que todavía existe y siempre existirá. Imagínate al Brad Pitt joven, al Ryan Phillipe joven… hombres que proyectan una energía sexual que muchos sienten. Ahora supongamos que no terminaron teniendo carreras de cine exitosas, y que se dedicaron a ser modelos y luego, a pesar de que lo intentaron, no pudieron llevar sus carreras al siguiente nivel. Hubieran atraído admiradores ricos que les hubieran prometido el mundo y, de repente, caen fácilmente en el papel de mantenidos. Siempre me ha encantado esa entrevista que le hicieron a Capote en sus últimos años, en la que le preguntan qué hubiera sido él si no hubiera sido escritor. Respondió inmediatamente que un abogado y luego pensó por un momento y dijo que hubiera sido un mantenido, pero que nunca encontró a alguien que hubiera querido mantenerlo por más de una semana.