La imagen es un meme tomado del grupo de Facebook Crearé mi propia página con juegos de azar y mujerzuelas - sin censura 3.0.
La mayoría de los colombianos tenemos un recuerdo agridulce del 4 de julio de 2014. Ese día, para quien no lo recuerda, la Selección jugaba lo que para muchos era el momento más importante de la historia del fútbol nacional: el partido de cuartos de final del Mundial de Brasil, que, ganado, era un escalón más para estar a dos pasos de la copa. El rival era el anfitrión, que venía jugando mal, y aunque las estadísticas nos dijeran que Brasil tenía las de ganar, un pedazo de nuestros corazones creía que podíamos sobreponernos a ellos.Pero perdimos. Los jugadores colombianos volvieron al país como héroes, mientras los brasileños caminaron hacia el ridículo que nadie olvidará: recibir siete goles de Alemania frente a su público en la semifinal hacia la que avanzaron luego de ganarle 2-1 a Colombia.Ese 4 de julio, además del llanto de James Rodríguez y el gol anulado a Mario Yepes (¿se acuerdan de la frase "era gol de Yepes"?), quedó en la cabeza de los hinchas algo que antes no existía con tanta fuerza: la idea de que un partido contra Brasil es un clásico. Sin embargo, a diferencia de los grandes clásicos, los últimos partidos entre las dos selecciones han sido menos una exhibición de talento y más un festival de puño y pata.
La mayoría de los colombianos tenemos un recuerdo agridulce del 4 de julio de 2014. Ese día, para quien no lo recuerda, la Selección jugaba lo que para muchos era el momento más importante de la historia del fútbol nacional: el partido de cuartos de final del Mundial de Brasil, que, ganado, era un escalón más para estar a dos pasos de la copa. El rival era el anfitrión, que venía jugando mal, y aunque las estadísticas nos dijeran que Brasil tenía las de ganar, un pedazo de nuestros corazones creía que podíamos sobreponernos a ellos.Pero perdimos. Los jugadores colombianos volvieron al país como héroes, mientras los brasileños caminaron hacia el ridículo que nadie olvidará: recibir siete goles de Alemania frente a su público en la semifinal hacia la que avanzaron luego de ganarle 2-1 a Colombia.Ese 4 de julio, además del llanto de James Rodríguez y el gol anulado a Mario Yepes (¿se acuerdan de la frase "era gol de Yepes"?), quedó en la cabeza de los hinchas algo que antes no existía con tanta fuerza: la idea de que un partido contra Brasil es un clásico. Sin embargo, a diferencia de los grandes clásicos, los últimos partidos entre las dos selecciones han sido menos una exhibición de talento y más un festival de puño y pata.