Cientos de koalas australianos fueron asesinados por su propio bien

Este miércoles se dio a conocer la noticia de que cerca de la Great Ocean Road, en Victoria, Australia, se están haciendo matanzas secretas de koalas. No fue sorpresa que el público estuviera bastante desanimado al enterarse de que casi 700 de estos adorables animales habían sido asesinados en los últimos dos años.

No obstante, los defensores de los koalas justifican la matanza y regañan a quienes la critican: si los oficiales no hubieran matado a estos tiernos marsupiales, las consecuencias para la población de koalas habrían sido terribles.

"Yo estaba muy complacida de ver que el gobierno estaba tomando medidas en el asunto; ya estaba harta de ver a los animales morirse de hambre", dijo la doctora Desley Whisson, una especialista en koalas de la Universidad Deakin, quien también ayudó en la matanza. Añadió que la operación era la respuesta a un aumento de la población provocada por la falta de incendios forestales.

Los koalas que recibieron la eutanasia padecían hambre debido a una sobrepoblación; se estimaba que muchos de ellos estaban a días de morir. La densidad de población en el área era de 11 koalas por hectárea (10,000 metros cuadrados), 11 veces la tasa sostenible de 1 koala por hectárea. El problema no era que los animales se estuvieran quedando sin comida —pues están rodeados de arbustos nativos—, sino que se habían obsesionado con su fuente de alimento y no fueron capaces de irse a otro lado cuando la agotaron. "El hecho de que los números sigan creciendo desenfrenadamente es un problema, en realidad", dijo Whisson.

La doctora no está de acuerdo con los reportes acerca de que la matanza se llevó a cabo en secreto. No hubo un comunicado de prensa debido a la preocupación –en gran parte, de los conservadores— de que la publicidad resultante pudiera evitar que se llevara a cabo cualquier acción (decir "¡Vamos a matar koalas!" nunca será una proposición popular). No obstante, las muertes con eutanasia se llevaron a cabo de manera pública y, según Whisson, algunos turistas las presenciaron.

El crecimiento en la población es en gran medida el resultado de que se estén evitando los incendios forestales en sus hábitats. Cada año se hacen enormes esfuerzos para proteger y rehabilitar a animales que han sido afectados por estos incendios, pero, en realidad, este evento estacional es algo central en el control de población.

La falta de incendios forestales deja sólo dos opciones: que los animales se mueran de hambre o que mueran con eutanasia. Whisson también explicó que es difícil que los koalas se trasladen debido a que tienden a especializarse en ciertas especies de árboles. Según ella, cambiarlos a un área con árboles diferentes "seguramente resultaría en la muerte del animal trasladado". Los zoológicos no son una opción, ya que no tienen espacio para todos los koalas, quienes normalmente no son buenos para vivir en cautiverio.

"Fue lo más bondadoso que se pudo hacer por esos animales", dijo Whisson.

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