La pesadilla inmobiliaria del mes: el peor anuncio de alquiler de la historia

'La pesadilla inmobiliaria del mes' es una sección en la que denunciamos los abusos más flagrantes y los pisos más sorprendentes del mercado inmobiliario en España. Si te has topado con algún palacio similar, escríbenos a esredaccion@vice.com.

¿Qué es?: se anuncia como un apartamento de 64 metros cuadrados, una habituación y un baño. Realmente, que podamos ver solo hay dos mesas de Ikea y un sofá de color rojo. Y mucho pixel, muchísimo pixel.
¿Dónde está?: está en la calle Carranza de Madrid, entre las glorietas de San Bernardo y Bilbao. Casi todo el mundo querría vivir en esa zona, es cómoda, tranquila y está cerquísima de Gran Vía y todo lo que conlleva.
¿Qué se puede hacer por ahí?: de todo lo que se quiera hacer en un barrio residencial para molar. Una barbería, una tienda de bicis, mucha cerveza artesana, el Teatro Maravillas, la oferta es variadísima.
¿Cuánto vale?: piden la friolera de 1.100 euros al mes. Y no es lo peor de todo. Exigen las nóminas, dos meses de fianza y un mes de honorarios para la agencia. Es decir, hay que soltar 4.400 euros en la firma del contrato.

Cuando uno piensa en lo que significa el concepto "anuncio inmobiliario" y la utilidad que puede tener, se imagina una batería de imágenes y datos que buscan como objetivo describir y hacer llegar al cliente un determinado inmueble. Eso suele ser lo normal, sin embargo este piso con el que hemos topado es todo lo contrario y desmonta esa idea con una puesta en escena que quita el hipo. Bienvenidos al peor anuncio de la historia.

Como si esto fuera la pasarela de Cámbiame o el pase de micros de OT, vamos a proceder a la exhibición y posterior evaluación de las fotos que componen este horror.

Empezamos por la fotografía del salón. Hay que decir que es la única estancia de la casa reconocible en todo el material que proporciona la agencia, así que podemos afirmar sin miedo que es el punto fuerte de la casa. En ella se ve un sofá rojo chillón de Ikea, una mesa Lack grande negra de Ikea, una mesa Lack blanca de Ikea (de las de 9,99 euros), una lámpara de Ikea y un sillón que ya está muy borroso y ya es complicado aventurarse a decir de dónde viene.

¿Qué problema hay? Pues que no parece que sean productos de ninguno de los catálogos de la última década. Dicho esto, la foto es un completo desastre. No solo parece que el objetivo de la cámara haya pasado una temporada en la freidora del KFC, sino que además el encuadre es pésimo y está hecha a contraluz.

Esta la titularía Niebla. Es mi foto favorita, me recuerda a las televisiones mal sintonizadas de los años 90 o a cuando el empezaba el partido del Canal + y la imagen se codificaba. ¿Qué narices será eso? Pues podemos lanzar varias teorías. La primera es que el autor de las fotos fuese al piso con algunos amigos, se les complicara la cosa y acabaran haciendo un submarino y pidiendo un kebab mixto. Otra opción es que se le fuera la mano haciendo zoom en una foto a una de las paredes. De ahí podríamos sacar una importante conclusión: el piso no tiene gotelé.

Se va complicando la cosa y en la tercera foto, la de esas extrañas rayas negras, da la sensación de que estés pasando el test de Rorschach a manos de un psiquiatra forense de la policía. Una explicación racional de esta foto podría ser que estamos ante un colchón que está apoyado contra la pared. Pero es que esas líneas son muy rectas para ser un colchón, tiene más pinta de ser la línea ferroviaria que une Madrid con Cercedilla en un día de estos de frente polar.

Convendremos que los agentes inmobiliarios de esta agencia no tienen la sensibilidad de Hopper para mostrar ventanas. Aún así estamos ante una foto que da pistas. Las cortinas están limpias y dejan pasar bien la luz, lo cual es positivo. ¿Lo negativo? Que la foto también podría ser del reflejo de las luces de un Seat Ibiza entrando en el garaje.

Esta foto da mucho juego, esto te lo coge Iker Jiménez y te hace una temporada hablando del hallazgo de unas pruebas que podrían incriminar al Sacamantecas en nuevos delitos. Incluso podría considerarlo como el aterrizaje de un ovni bimotor a las afueras de Soria. Dos cilindros luminosos que pueden ser dos cosas: tubos fluorescentes que están en el techo, o bien, estamos ante dos bajantes de la calefacción central a las que da muchísimo gusto abrazar en invierno que brillan porque la foto se hizo con flash. Esta la hemos acertado, casi seguro.

Y por último la cocina. Digo la cocina por un tema de descarte, nos falta solo la cocina y el baño, así que tiene que ser una de las dos. Se ve una rayita horizontal que creemos que podría ser una de las juntas del alicatado. A la derecha se ve un mueble blanco y una estructura oscura y quizá metálica. Me gustaría pensar que es uno de esos soportes para que el microondas prácticamente flote en la cocina y tenga la independencia que se merece un electrodoméstico de tanta enjundia. Lo de abajo podría ser o bien la encimera de la cocina o bien una nevera de estas bajas.

Estoy exhausto. Tengo la cabeza como un plato de migas. Es una sensación parecida a la de haber terminado con éxito un escape room. Igual es una cosa que podrían plantearse en Idealista o Fotocasa, abrir una sección de juegos tipo "Descubre cómo es esta casa".

Antes de acabar, una última cosa. En el anuncio pone que el inquilino debía pagar a la inmobiliaria un mes de honorarios. ¿De verdad? ¿Se lo merecen después de colgar semejante anuncio? Pero si hemos hecho nosotros mucho más por darle visibilidad al piso que los de la agencia.

Con la burbuja del alquiler ya no se preocupan ni de subir bien las fotos, porque saben que si está céntrico se alquila casi solo. Ya no estamos pidiendo una vivienda digna, ahora solo pedimos una búsqueda digna y unos anuncios decentes.