Artículo publicado por VICE ArgentinaAyer River tocó el cielo y se consagró como campeón de la Copa Libertadores por cuarta vez en su historia. Luego de una victoria de tres goles contra uno del eterno rival, el país se tiñó de rojo y blanco, el cielo se inundó de fuegos artificiales y la avenida más ancha del mundo no dejó un sólo hueco sin ocupar.Si los festejos en Madrid demostraron que el superclásico se puede llevar en paz, de este lado del océano miles de hinchas saltaron en el obelisco para dar gracias a los dioses del fútbol por la gloria alcanzada (con los aislados disturbios violentos a los que nos hemos acostumbrado, ensuciándolo todo).Ahora el sueño millonario continúa en el Mundial de Clubes que se desarrollará en Abu Dhabi.
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