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Comida

Esta malteada de grillo podría salvar el mundo

Esta bomba calórica helada hecha con óreos y grillos, y lanzada por una cadena internacional de hamburguesas, puede hacer que la gente se sienta más cómoda comiendo insectos.
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Hubo un período de tres o cuatro días en el que estaba realmente decidido a empezar a cocinar y comer insectos.

Un estudiante de Auburn estaba recibiendo atención internacional por comer insectos en cada comida durante un mes, acababa de leer el informe de la FAO instando a los países desarrollados a adoptar la entomofagia por los beneficios ambientales y de salud, y me comí unos ricos chapulines en la galardonada Guelaguetza de James Beard en LA.

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LEE: Cómo cocinar insectos: chapulines y grillos.

Me quería involucrar y me porté como un idiota con la gente que no quería formar parte. Es simplemente una barrera cultural arbitraria hecha por los seres humanos, güey, es el eslabón perdido en la cadena proteica, güey, siento mucho que realmente me importe la seguridad alimentaria mundial.

Al querer dar el ejemplo, pedí mil gusanos de cera de una granja de insectos local en Compton con la intención de freírlos y comerlos en taco con carne adobada.

Llegué un día a casa y había una caja frente a mi puerta con una etiqueta marcada que decía: "PRECAUCIÓN: ANIMALES VIVOS". Metí la mano en uno de los agujeros para recogerlo y un pícaro gusano, que de alguna manera se escapó de la bolsa de plástico, comenzó a avanzar poco a poco sobre mi mano, dejando un rastro de baba amarilla. Estaba tan sacado de onda que tiré la caja a la basura mientras pisaba con fuerza la docena adicional de gusanos que se deslizó fuera del paquete y estaba retorciéndose por la alfombra.

LEE: Cómo cocinar insectos: gusanos de cera.

En general cuido lo que como y quiero llegar al momento en el que no tenga problema con saltear algunos gusanos para un almuerzo informal entre semana, pero en ese momento no podía superar el bloqueo mental que millones de personas sufrimos al intentar comer insectos. Llámame etnocéntrico; llámame cobarde, pero transformar a mil invertebrados vivos en alimento es más fácil en la teoría que en la práctica.

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Por suerte, la cadena de comida rápida Wayback Burgers ofrece una puerta de enlace para los futuros entomófagos como yo: La malteada Cricket Oreo Mudslide. Está hecha con helado de vainilla, trozos de galleta, saborizante de café y 24 gramos de proteína de grillo peruano, en polvo. Esta bomba de azúcar con mil calorías podría lograr que personas como yo podamos dejar de sentir ese cosquilleo en la columna vertebral cuando alguien propone comer insectos.

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LEE: Cómo criar grillos de forma sustentable.

David George Gordon, también conocido como el chef de los insectos y autor de The Eat-A-Bug Cookbook, cree que el enfoque de Wayback no es la mejor estrategia para lograr que la gente se coma a esas criaturas rastreras. "Mi filosofía es que la gente se coma los insectos, no ocultarlos por completo", me dijo por teléfono. "Eso es como hacer que la gente coma verduras moliéndolas y enterrándolas en unas albondigas".

Gordon cree que la clave para crear la posibilidad de que la gente coma insectos es sumar a los chefs que marcan tendencias. Señala que la langosta solía ser considerada la "cucaracha del mar" en la década de 1940, hasta que una estratagema de marketing la colocó como un elemento de la alta cocina.

A diferencia de las langostas, que han causado preocupación por la pesca excesiva en el golfo de Maine, hay una gran cantidad de razones ambientales para apoyar que los bichos entren en el mainstream del suministro de alimentos. Los grillos producen 80 veces menos metano que el ganado vacuno y la mitad de la cantidad de desechos biológicos, además, debido a que viven naturalmente tan cerca, pueden ser criados en un ambiente libre de crueldad que ocupa poco espacio.

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Los insectos también pueden desempeñar un papel clave en el mantenimiento de la seguridad alimentaria mundial: la Bill and Melinda Gates Foundation recientemente premió a la compañía de grillos de harina, All Things Bugs, con una beca de 100 mil dólares para desarrollar una fórmula para lactantes a base de insectos que podrán ser distribuidas en las zonas afligidas por la hambruna.

A pesar de que la malteada de Wayback Burgers es un truco audaz –se puso en marcha junto con una malteada de Slim Jim con sabor a carne– está también arraigada a un deseo populista. El concepto fue introducido originalmente como una broma de los Santos Inocentes, pero la respuesta en línea fue tan abrumadoramente positiva que decidieron hacer una prueba de un día de duración en una tienda en Nueva York. Después de obtener la atención de medios nacionales y una fila de clientes en toda la calle, la cadena de hamburguesas decidió aumentar su suministro en Cricket Flours, con sede en Oregón, y lanzar la malteada por todo el país el 1 de julio.

Hace poco probé la malteada Cricket Oreo Mudslide y sabe muy rica. Le hace la competencia a cualquier otra malteada de comida rápida y –una disculpa por sonar como un gourmet pretencioso– la terrosidad del polvo de grillo suaviza la dulzura del helado y del jarabe de café. La eficacia en el medio ambiente es solo la cereza metafórica en el pastel.

Aunque la malteada de insectos no va a resolver la inseguridad alimentaria en los países en desarrollo o la destrucción por las emisiones de metano relacionadas con la agricultura, su éxito demuestra que hay un mercado creciente para los insectos en el mundo de la alimentación y es un buen augurio para el futuro. Eso es algo en lo que pueden estar de acuerdo Wayback Burguers y el chef de los insectos.

"Hay cada vez más personas que comen insectos todo el tiempo, y no solo en polvo", dice Gordon. "Siempre veo que hay gente que emprende su aventura en la entomofagia, así que es, sin duda, un movimiento cada vez más fuerte".