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¿En verdad funciona el protocolo de conmociones cerebrales de la NFL?

La NFL argumenta que los jugadores no regresan al campo de juego después de una conmoción hasta estar saludables. Las evidencias demuestran lo contrario.
Jerome Miron-USA TODAY Sports

Joe Haden, cornerback de los Cleveland Browns, sufrió su primera conmoción de la temporada en la derrota del 11 de octubre ante los Ravens. Regresó a jugar tres semanas después contra los Arizona Cardinals y sufrió una segunda conmoción, la cual lo pondría finalmente en la lista de reservas lesionados.

El 25 de octubre, el receptor abierto de los Browns, Artrell Hawkins, sufrió una conmoción en contra de los Rams. Tres semanas después, volvió frente a los Pittsburgh Steelers, experimentó otra conmoción, fue llevado al hospital, y finalmente fue integrado a la lista de reservas lesionados también.

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Bryan Stork, jugador de los New England Patriots, se conmocionó durante la pretemporada, pero jugó el partido inicial de la temporada regular. Después del juego, fue colocado en la lista de reservas por otra conmoción cerebral.

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Ladarius Green de los San Diego Chargers sufrió una conmoción cerebral en el entrenamiento antes del partido inaugural del equipo. Sin embargo, aun así jugó los primeros dos partidos de la temporada antes de experimentar otra comoción. Se perdió un juego antes de regresar en la Semana 4 contra los Browns.

El 19 de noviembre, D.J. Fluker, también de los San Diego Chargers, tuvo una conmoción cerebral en la práctica, su tercera en tres temporadas, todas durante los entrenamientos. Sin embargo, Fluker fue dado de alta para jugar el juego de ese fin de semana frente a los Chiefs, y experimentó una supuesta conmoción cerebral. Fluker fue dado de alta de nuevo para jugar el 10 de diciembre.

Todos estos jugadores fueron dados de alta por el protocolo de conmociones cerebrales de la NFL antes de su segunda conmoción. Las investigaciones médicas sugieren que sufrir una segunda conmoción mientras estás recuperándote de una previa puede resultar en peores y prolongados síntomas y daño cerebral adicional; en casos extraños, puede resultar en una condición que amenaza la vida de las personas conocida como el síndrome del segundo impacto, el cual incluye la inflamación fatal, rápida y potencial del cerebro. Esto pone la pregunta sobre la mesa de si dichos jugadores se encontraban listos para regresar a jugar, y aumenta la preocupación sobre la eficacia del protocolo de conmociones cerebrales de la NFL.

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El protocolo requiere de una examinación diaria y un lento incremento de la actividad física y de las habilidades neurocognitivas hasta que el jugador sea capaz de regresar a los entrenamientos. Tal y como lo establece la página oficial de la NFL:

"Un jugador que se siente bien un día después del juego puede que pase las pruebas cognitivas el martes, que participe en aspectos sin contacto en el entrenamiento el jueves, y regrese a la práctica completa el viernes. Pero si un jugador tiene historial de conmociones o no está progresando tan rápido como se planeaba, entonces el proceso se aplaza de acuerdo a la situación."

Después de que el doctor del equipo firma el alta, el jugador es mandado a un "doctor experto en conmociones cerebrales desafiliado" aprobado por la NFL y la Asociación de Jugadores de la liga. (El Dr. Stan Herring, uno de los miembros del Comité para el cuidado de la cabeza, cuello y espalda de la NFL dijo para NFL.com en 2013 que los expertos desafiliados y los doctores de los equipos nunca "han tenido un altercado." A principios de esta temporada, el neurólogo independiente de los Washington Redskins dimitió como resultado del entorpecimiento del protocolo de Robert Griffin.) Así es como, en pocas palabras, el protocolo funciona. Pero un vistazo más a fondo de las lesiones de este año y de los reportajes de los medios exigen la pregunta: con el número de conmociones diagnosticadas a la alza, ¿acaso los jugadores están siendo liberados para jugar antes de que estén listos?

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Zach Mettenberger, quarterback de los Tennessee Titans es golpeado por el linebacker John Simon de los Houston Texans. Foto por Christopher Hanewinckel-USA TODAY Sports

En los últimos años, los índices de conmociones cerebrales reportados por la NFL bajaron. El vicepresidente de salud y medidas de seguridad de la liga, Jeff Miller, explicó este aparente patrón al declarar, "los jugadores están cambiando la forma en que taclean." Asimismo, el vicepresidente ejecutivo de operaciones de la NFL, Troy Vince dijo a NBC San Diego, "Arranqué la temporada baja visitando entre ocho y 10 jugadores, hablamos de su forma de jugar, eliminando el uso del casco, y vimos que los jugadores se adaptaron. Vimos a entrenadores enseñar una técnica diferente, y vimos esas cifras bajar en toda la temporada."

Pero la liga cambió de dirección la semana pasada, cuando anunció que 190 conmociones totales habían sido diagnosticadas durante la temporada regular 2015, incluyendo entrenamientos, es decir 32 por ciento más que el año anterior. El Dr. Richard Ellenbogen, copresidente del comité para el cuidado de la cabeza, cuello y espalda dijo a todo aquel que estuviera dispuesto a escuchar que las cifras de las conmociones se dispararon porque la NFL ha "bajado el límite" en los diagnósticos de conmociones.

Para obtener un mejor panorama de si el protocolo para conmociones cerebrales está funcionando, examiné la lista oficial de lesiones de la NFL y varios reportes de medios para determinar el número de días que los jugadores con conmociones estuvieron bajo el protocolo, desde el tiempo de la lesión hasta su participación en la primera práctica completa y/o juego.

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En 2015, algunos jugadores aparecieron en reportes de lesiones varias veces, pero la gran mayoría de jugadores en la NFL nunca reportaron oficialmente una conmoción. De acuerdo a mis cifras, 134 jugadores aparecieron en el reporte de lesionados de la liga con una conmoción después de 14 semanas de juego. Ocho jugadores fueron colocados en las reservas a causa de conmociones. Después de 14 semanas en esta temporada, aproximadamente 141 casos de jugadores conmocionados aparecieron en el reporte de lesiones de la liga.

También es importante establecer algunas advertencias. Primero que nada, el Dr. Herring está en lo correcto cuando declaró a NFL.com que todos los jugadores son diferentes, particularmente con lesiones en la cabeza, y que requieren cuidados individuales. Ya que no se puede llevar todo al laboratorio para ser examinado, es imposible realizar declaraciones definitivas sobre la eficacia del protocolo.

Segundo, los expertos creen que las conmociones no están siendo reportadas como se debe, en particular en la NFL, pero también en los deportes de contacto de todos los niveles. En 2014, un estudio realizado por Harvard encontró que 26 de 27 conmociones cerebrales en el futbol colegial no son reportadas. En la NFL, jugadores como Malcolm Jenkins de las Philadelphia Eagles escoden sus conmociones para poder seguir jugando, o hacen su mejor esfuerzo para esconder los síntomas para poder ser dados de alta y jugar de nuevo. Además, la falsa y problemática tecnología ImPACT utilizada por la NFL en su protocolo no reporta debidamente los síntomas posteriores a las conmociones, haciendo más difícil la asesoría para la recuperación del jugador.

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Aún peor, apoyarse en los datos de lesiones de la NFL —principalmente utilizada para propósitos de apuestas— es apenas el método más científico de información médica.

Como tal, por favor considera lo siguiente como análisis de índices de conmociones reportadas en la NFL tal y como son representadas al público, y no los verdaderos índices en la NFL. Con esto dicho: 48 por ciento de los jugadores diagnosticados con conmociones cerebrales hasta la Semana 14 pasaron el protocolo en cinco días o menos, lo cual significa que no se perdieron un solo juego. En promedio les tomó cinco días para pasar el protocolo, lo cual sigue exactamente el patrón de cinco días que el artículo de NFL.com subraya, el cual permite a un jugador —tal vez por pura coincidencia, o a lo mejor por conveniencia y por tratarse de un empleo profesional— que sufrió una conmoción jugar la siguiente semana.

Le pregunté al Dr. Matthew Matava, el doctor de los St. Louis Rams y ex presidente de la Sociedad de Doctores de la NFL, sobre tres investigaciones. Me respondió vía email, "Coincidiría que cerca de la mitad de los jugadores regresan a jugar en un plazo de una semana, pero esto sólo puede ocurrir si los síntomas del jugador desaparecen para el lunes (o martes a más tardar) dado el seguimiento paso por paso del protocolo. En la práctica, si los síntomas del jugador no desaparecen para entonces, no hay suficiente tiempo en la semana para que ellos 1) incrementen progresivamente su nivel de esfuerzo de una manera segura, 2) sean dados de alta por un doctor independiente y 3) puedan tener suficiente tiempo para entrenar y jugar esa misma semana."

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Los reportes de conmociones cerebrales de cada equipo arrojan algunos resultados importantes. Los Cardinals y Packers sólo mencionaron a un jugador por conmoción en el reporte en las primeras 14 semanas de la temporada, mientras que los Chargers y Browns tienen 12 y 10 casos, respectivamente, de jugadores conmocionados en el reporte. La media de los equipos es de cuatro casos de conmociones durante las primeras 14 semanas, o un caso cada 3.5 juegos.

¿Qué es lo que esto significa? Primero que nada, no hay evidencia para sugerir que los jugadores de algunos equipos sufren más conmociones que otros. Sabemos que los jugadores no suelen reportar lesiones en la cabeza, así que los equipos con más conmociones reportadas que otros podría ser una señal de una cultura en los vestidores más saludable donde los jugadores se sienten cómodos de expresarse cuando algo no anda bien. Por otra parte, los Chargers y Browns tuvieron tantos casos de conmociones en parte porque, como se mencionó con anterioridad, los jugadores en ambos equipos fueron dados de alta para jugar y después sufrieron una conmoción en su primer juego de regreso.

Los equipos con más reportes no son los que nos deberían preocupar, sino aquellos que tienen pocos registros de conmociones. Siete equipos (el 20 por ciento de la liga) han reportado dos o menos conmociones en las primeras 14 semanas de juego, o una conmoción cada dos meses. Tal vez sólo se trate de un error de muestra. Por ejemplo, los Packers pusieron a dos jugadores bajo el protocolo para la Semana 17 y tuvieron a tres jugadores trabajando con el protocolo durante el campo de entrenamiento.

Así es, estos resultados tal vez tengan más que ver con una variación estadística en lugar de un sólido estudio epidemiológico. Matava opinó lo mismo: "No creería mucho de esta variación ya que sólo estamos considerando una temporada", escribió vía email. "Cualquier valoración epidemiológica de índices en lesiones debe ser considerada a lo largo de varias (al menos más de una) temporadas para descartar cualquier posibilidad de que las cifras están sesgadas de uno u otro lado."

Matava también defendió el trabajo realizado por los equipos de la NFL en el ámbito de los traumas cerebrales. "Los 32 equipos médicos han sido extremadamente diligentes para diagnosticar las conmociones cerebrales. No concluiría que el/los equipo(s) con una conmoción no las han diagnosticado. Más bien, los consideraría afortunados por tener un solo caso."

Desde luego, una conmoción es suficiente para terminar en el protocolo de la NFL, lo cual nos lleva de regreso a nuestra cuestión inicial: ¿El sistema está intentando mantener a los jugadores tan seguros como es posible? Por una parte, el manejo de las lesiones cerebrales por parte de la liga ha mejorado desde que un comité de la NFL ignoró las advertencias de la Academia Americana de Neurólogos al declarar en una investigación pública que "el regreso al juego no involucra un riesgo importante de una segunda lesión, ya sea en el mismo juego o durante la temporada." Cualquier protocolo es mejor que ninguno. Los especialistas en traumas cerebrales son mejores que las sales inhaladas.

Sin embargo, casos como los de D.J. Fluker y Joe Haden sugieren que los jugadores puede que estén regresando de una conmoción prematuramente. Y esto refleja el problema más grande del protocolo de la NFL: ya que la comprensión de las conmociones y otras formas de trauma cerebral continúan incompletas, nadie realmente sabe cuánto tiempo un jugador debería estar sin jugar. Incluso bajo las circunstancias ideales —doctores, jugadores, y el equipo, todos a favor de la salud y por encima de las victorias— la cantidad correcta de tiempo sigue siendo una suposición. Al final, lo único que sabemos es que el protocolo es un trabajo en progreso, al igual que todo lo que rodea el manejo de las conmociones cerebrales. Aún hay mucho que desconocemos, y exactamente cuánto es que la NFL está dispuesta a saber permanece una pregunta abierta.