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rumbo al mundial

“El Tri” más extranjero que nunca, pero el mismo de siempre

La Selección Mexicana contará con su legión de extranjeros para enfrentar a los Estados Unidos y Panamá, pero en esencia sigue siendo la misma.

Ayer se dio a conocer la lista de convocados de la Selección Mexicana de futbol para encarar dos partidos, ahora sí "de a devis", que podrían ser los últimos dos clavos sobre el ataúd de Juan Carlos Osorio como mandamás del equipo nacional y, de paso, manchar aún más la reputación de este conjunto.

Ya que la trascendencia de ambos partidos es escandalosa —el primero se jugará el 11 de noviembre en Columbus, Ohio, ante los Estados Unidos, y el segundo cuatro días después contra Panamá en Panamá—, a Osorio no le tembló la mano para convocar a la legión completa de futbolistas que se pasean por Europa para asegurar dos triunfos antes de que concluya el año, y así poder salvar su pellejo una vez más.

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En la lista destaca el número de centrales convocados por el colombiano, seis en total, incluyendo al añejado central Rafa Márquez, quien para este punto ya debería estar "disfrutando" de los partidos de "El Tri" desde la comodidad de su casa. Es cierto, es un gran líder en el vestuario, pero tampoco nos engañemos, los partidos no se ganan con discursos motivacionales ni palmaditas en la espalda; de haber jugado ante Chile nada habría cambiado en el marcador.

— Selección Nacional (@miseleccionmx)3 de noviembre de 2016

Esto nos lleva de nuevo a tocar el tema de las "vacas sagradas" de la Selección. Guillermo Ochoa sigue apareciendo entre los seleccionados por alguna maldita razón (bien sabida pero apeguémonos a lo futbolístico). El nivel que mostró el fin de semana pasado ante el Barcelona no lo hace merecedor de un lugar en "El Tri".

Andrés Guardado y Giovani dos Santos (pena ajena cuando lo comparaban con Ronaldinho) están muy lejos de ser los jugadores desequilibrantes que alguna vez fueron. Héctor Herrera de vez en cuando se acuerda cómo jugar cuando trae puesta la verde; a Raúl Jiménez le bastó un gol de chilena para ganarse la confianza eterna de los entrenadores de la Selección, pero de ahí en fuera nada. Podríamos citar también los berrinches de Carlos Vela, pero no podemos cuestionar su nivel dentro de la cancha —a veces nos da la sensación que sufre por estar un peldaño arriba de sus compañeros, algo similar a lo experimentado por Hugo Sánchez y los "melones" que le tiraban—.

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En fin, más allá de las rotaciones mareadoras y los nombres de siempre, o como decimos en México, "la misma burra per revolcada", México la pasará mal en sus dos compromisos pero sacará el resultado por el simple y vergonzoso hecho de ser el "menos pior" de los tres conjuntos. Nos olvidaremos de las crisis (tan longeva como los cerros mismos), Osorio podrá festejar la Navidad y Año Nuevo con un gesto de alivio, las estrellitas sentirán que lograron el éxito de sus vidas, y todo regresará, desafortunadamente, a la normalidad.

El círculo vicioso se burlará de nuevo en la cara de aquellos que se despojaron la venda de los ojos hace tiempo.