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la Última y nos vamos

Reaparecieron los Splash Brothers y los Warriors a una de ser campeones

Fueron 17 anotaciones de 3 puntos por parte de los Warriors, imponiendo récord y a su vez rompiendo otro de los legendarios Bulls de Chicago.

Reaparecieron los Splash Brothers, rompieron récords, le arruinaron la fiesta a Lebron James y están a una de convertirse en bicampeones. Era de esperarse que las Finales de la NBA se pusieran bravas, y entre empujones e intercambio de palabras, al final fueron los Warriors de Golden State que regresaron a sus viejos hábitos, venciendo a los Cavs de Cleveland gracias, en principio, a Steph Curry y Klay Thompson, y su locura de encestadas de tres puntos.

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En resumen, los Warriors rompieron el récord del mayor número de triples encestados en una final de la NBA con 17. Los Spurs de San Antonio tenían el récord de 16, justamente enfrentando a Lebron James, aunque en esa ocasión con la jersey de Miami en el 2013. También consiguieron el mayor número de victorias totales en una temporada (contando las de la temporada regular con la postemporada). La victoria marcó la 88 para los Warriors, superando nuevamente a los Bulls de Chicago de la temporada 1995-96. Todo esto con 38 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y dos robos por parte de Curry, además de los 25 puntos, que aportó Thompson, y con ello, los Splash Brothers aseguraron su presencia habitual que se había ausentado en los primeros tres juegos de la serie.

Vean cada uno de los 17 canastas de tres puntos:

A diferencia de los otros partidos de las Finales, éste estuvo mucho más entretenido, los Cavs llevando la ventaja durante la mayor parte del partido y los Warriors se mantenían cerca. Por fin hubo juego competitivo, les trajo un poco de emoción al público presente, aunque tal vez fue demasiado para los fanáticos en Cleveland que lucían caras largas y rostros de preocupación mientras pasaban los últimos minutos del cuarto cuarto. Lebron James fue Lebron James e hizo todo lo que pudo con 25 puntos, 13 rebotes, 9 asistencias, 2 robos y 3 tapones. El problema a la larga es que dejaron de jugar basquetbol, no movían el balón ni cansaban la defensa de los Warriors con movimientos. La ofensiva de los Cavs se fue reduciendo a jugadas de aislamiento, todos de un lado y Lebron enfrentando al mundo. Kevin Love regresó, Kyrie Irving tuvo un partidazo con 34 puntos, pero al final su basquetbol fue deficiente.

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Las cosas se pusieron serias y hasta Lebron que normalmente mantiene la calma le respondía al juego físico de Draymond Green. Y la verdad es que se extraña un poco ese basquetbol de la vieja escuela con un poco de choque, empujones y codazos a las costillas. Es parte de un deporte de contacto en el que los cuerpos se impactan constantemente.

La serie ha sido una locura de inconstantes. Los Warriors enloquecieron en su casa y abrieron la serie con dos victorias, la primera por 15 puntos, la segunda por 33; y cuando todo mundo daba por terminados a los Cavs tras las palizas iniciales, de la nada respiraron aire nuevo frente su público y voltearon la mesa por completo, derrotando a los Warriors por 30 puntos en el juego tres. Las extrañezas del basquetbol.

Estos primeros tres partidos le sacaron a Curry y Thompson un basquetbol bastante discreto, aunque tal vez han tenido a su afición un poco consentida de más con su lluvia de canastas a lo largo de la temporada, pero la banca dio cara. En el tercer juego fue Lebron quien marcó la pauta y parecía que podían empatar la serie. No fue así.

Después de cuatro partidos, los Warriors lideran 3-1 y van de regreso a su casa con la oportunidad de darle cierre a la serie y coronarse por segundo año consecutivo como campeones de la NBA, y por segundo año consecutivo contra Lebron y los Cavs. El título le daría el último toque a la increíble temporada que han tenido los Warriors este año, rompiendo récords a diestra y siniestra.