La revolución de ​Van Gaal en el United sigue a la espera

La salida de Rafael de Manchester United ha provocado la triste ruptura del cuarteto de medio campo más famoso desde el equipo superestrella de 1999. David Beckam, Paul Scholes, Roy Keane y Ryan Giggs se marcharon hace tiempo; el equipo mancuniano, que aún hoy les llora, tiene ahora que hacer frente pero ahora se les ha unido otro equipo que prevaleció en un famoso encuentro sobre Arsenal: Rafael, Darron Gibson, John O'Shea y Fabio.

Los miserias ocasionales de Rafael en el medio campo supuestamente fueron lo que convencieron a Paul Pogba que sería una buena idea cambiar de aires; el United se ha estado lamentando desde entonces por esa decisión. Ha carecido de jugadores realmente de élite desde hace mucho, mucho tiempo, lo cual para un club como el United representa un problema severo. La marca del United siempre se ha construido sobre una estela de polvo de estrellas. Los extranjeros lo ven de la misma forma que los ingleses ven al Real Madrid o al A.C. Milan. Incluso en los años relativamente baldíos de los 80 el equipo tenía a Bryan Robson. Pero desde que Ronaldo se marchó, el United ha tenido estrellas que pasan de largo y un plantel rotativo de refuerzos promedio.

No es lo suficientemente bueno, y han desperdiciado años tratando de arreglarlo en la era posterior a Alex Ferguson.

Desde que Ferguson se retiró, el United ha gastado unos £250 millones en transferencias. Casi £200m de ese total bajo el actual mando de Louis van Gaal, sin poner atención a los salarios de fracasos como Falcao y Ángel di María. El United tiene un equipo con un buen pero para nada grandioso medio campo, una débil defensa, y un ataque reducido y deslucido. Su único jugador de clase mundial, David de Gea, es muy probable que se marche este verano o el siguiente. Los jugadores con esperanza de llegar a la élite mundial son Memphis Depay y un par de jóvenes de ya estaban ahí. Desde cualquier ángulo que lo veas, las cosas no lucen bien.

Desde luego, existen varias razones detrás de esto. Desde que los Glazers rompieron su cochinito, no ha habido un gran número de grandes jugadores rondando por ahí, y aquellos que han sobresalido, como Gareth Bale, han sido arrebatados en su mayoría por Real Madrid o Barcelona (y tampoco es que Ivan Rakitic y James Rodríguez sean Ronaldinho y Zidane).

Los intentos del United en fichajes oportunistas han sido un completo fracaso; Falcao y Di María ahora forman parte de los peores fichajes del club. La presión por parte del United de hacer llegar jugadores reconocidos no ha ayudado, y algunos jugadores que no fueron considerados resultaron ser un error, como Alexis Sánchez.

El United no es el primer equipo que es criticado por esto. Resultó ser un problema para los clubes ingleses con efectivo. El Manchester City no ha comprado a un gran jugador consagrado desde Sergio Agüero, y desde entonces han desperdiciado millones en Fernando, Stefan Jovetic, Eliaquim Mangala, y muchos otros. El número de verdaderos jugadores de clase mundial —si por 'clase mundial' entendemos aquellos que serían considerados para jugar en el espacio en un escenario similar al de Space Jam— parece cada vez más reducido, ya que Madrid, Barcelona y Bayern Munich han acaparado casi por completo el mercado. Los clubes ingleses necesitan jugadores de clase mundial para competir en la Liga de Campeones, pero necesitan estar compitiendo en la Champions para obtener jugadores élite.

¿Así que cómo pueden encontrar la forma de ser parte del exclusivo club? Como hemos visto, aventar dinero para tapar el problema no ha funcionado. Armar un equipo con jóvenes a lo largo de unos años podría funcionar, pero casi nadie tiene la paciencia para eso. Van Gaal y el United puede que maldigan el hecho de que Ferguson haya corrido a Pogba, pero el haber escogido a Rafael fue una horrenda equivocación a largo plazo; tal vez valga la pena revisar cuál fue el logro a corto plazo de todo eso.

Puesto de forma fácil, Ferguson hacía lo que podía con lo que tenía disponible. Todos sus grandes equipos empleaban toda su habilidad y recursos. Ferguson pasó el año de 1999 tratando de fichar, en vano, a jugadores de clase mundial, y se comprometió a enseñarle a los niños y llenar los huecos con talentos cuidadosamente desarrollados en la Premier League. La generación de 2008 se armó con un presupuesto. El equipo estaba organizado de tal forma que su debilidad más severa (la falta de un medio campo dinámico y una sobre dependencia por el juego sobre las bandas) no fue capaz de ser explotada hasta que se encontraron con el Barcelona, uno de los mejores equipos de todos los tiempos.

Ferguson no había hecho nada revolucionario. Simplemente hacía su trabajo: armar al mejor equipo posible con los recursos disponibles y sacar lo mejor de los jugadores que tenía. No fue capaz de armar un equipo con jugadores de clase mundial en cada posición, por restricciones financieras y por sus propios errores, así que equilibró la balanza al sacar lo mejor de un equipo defectuoso, mejorando sus fortalezas y minimizando sus debilidades. En otras palabras, estaba cumpliendo como buen entrenador de futbol.

Por ahora, esta es la única ruta para Van Gaal y el United. Es lo mismo que Juventus, Atlético de Madrid, y José Mourinho en Chelsea han hecho. Tal vez tengan una fuente inagotable de dinero, pero no tiene sentido si no eres capaz de atraer jugadores. Barcelona, Real Madrid y Bayern Munich lo pueden hacer porque son clubes sorprendentemente estables. En décadas recientes, el futbol inglés no ha tenido un equipo dominante que el dinero pueda mantener en esa posición —la austeridad llegó después de 2008, la plebe del Chelsea ganó la Champions League, el esfuerzo del United en 1999 hizo que Ferguson metiera la pata con Verón y se tomara la mitad de una década para ver la diferencia entre un 4-3-3 y un 4-5-0-0-0-Van Nistelrooy.

Si Van Gaal quiere ser exitoso durante su estancia en Manchester —y aún podría ser un completo y comprensivo desastre—, entonces necesitar empezar a ser un entrenador efectivo. Sacar lo mejor de sus jugadores y encontrar un sistema que funcione debería ser la prioridad para cualquiera, pero extrañamente ha pasado sin mayor reclamo a pesar de su completo fracaso para lograr alguna de las dos. Sin un sistema de apoyo, sin el uso efectivo de la escuadra y el desarrollo de jugadores jóvenes, es una locura pensar que el United podrá solucionar sus problemas simplemente con las compras de Gareth Bale o Tomas Müller, incluso si ellos quieren llegar a Old Trafford.

El haber terminado en cuarto lugar le compró tiempo a Van Gaal —ahora tiene que asegurarse de utilizarlo.