Dejen de hablar sobre el único análisis positivo por dopaje de Cris Cyborg

Artwork by Grimoire

Hablemos de un detalle: En diciembre de 2011, Cris "Cyborg" Justino (en aquel entonces Santos) dio positivo por stanozolol un esteroide anabólico que se usa como droga para mejorar el rendimiento a pesar de ser una sustancia prohibida por la Asociación Internacional de Federaciones Atléticas. La Comisión Atlética del Estado de California suspendió la licencia de Cyborg por un año y la multó con 2500 dólares, además de que su pelea del 17 de diciembre contra Hiroko Yamanaka fue declarada no contest.

Otro detalle: diciembre de 2011 fue hace cuatro años y medio.

Y otro más: Justino no ha dado un resultado positivo por stanozolol o cualquier otra sustancia desde su regreso al deporte en abril de 2013. Al menos está tan limpia como cualquier otro peleador que ha dado negativo por uso de sustancias prohibidas en los últimos tres años.

Y aun así aquella terrible decisión continúa acechándola a diferencia de otros peleadores con perfiles similares.

A nivel institucional se ha usado como excusa para negarle oportunidades mientras que personas como Ronda Rousey e incluso el mismo Dana White se han burlado de ella en maneras que van más allá de la misma transgresión de Cyborg. Al mismo tiempo, los resultados positivos de Vitor Belfort, Chael Sonnen, Alistair Overeem, Nate Mardquardt (que fue despedido de UFC y ahora está de regreso en el octágono) y Anderson Silva, entre otros (pueden ver este artículo de Cage Potato sobre el uso de esteroides en el MMA) no han dejado marcas permanentes en sus carreras o reputaciones.

Cyborg destacó esta hipocresía en una publicación en Facebook el otoño pasado, escribiendo: "Alguien dio positivo por esteroides antes de pelear por un campeonato en UFC, pero pudo pelear, ¿y pasaron casi tres años antes de que el público lo supiera? ¡Abran los ojos! Estoy limpia y dispuesta a someterme a un año de análisis olímpicos antes de cualquier pelea, me pregunto si el campeón que defendió en UFC 135 está dispuesto a hacer lo mismo… Algunos son crucificados y otros ni siquiera mencionados".

Esta actitud hipócrita se vuelve peor entre los fans. Tres años y seis victorias después es imposible escribir una publicación en Internet sin recibir un montón de comentarios sobre su uso de esteroides y algunos ridículos y cansadas observaciones sobre su apariencia.

Ahora, las drogas para mejorar el rendimiento son un problema enorme en cualquier deporte y son un asunto particularmente en un deporte como el MMA que tiene raíces tan fuertes en las culturas de honor y códigos morales estrictos. No tengo interés en defender una decisión que pone en riesgo tanto al que usa las sustancias como a sus oponentes.

Cyborg tomó una mala decisión y no es la única que tiene que vivir con las consecuencias de la misma, especialmente considerando que ocurrió en un momento crucial en el MMA femenil ya que crecía su popularidad dentro y fuera del mismo.

Pero batallo al creer que las figuras públicas y guerreros de teclado que aún se burlan de Cyborg y su uso de esteroides estén tan preocupados por las drogas para mejorar el rendimiento ahora. Si estas personas en verdad se preocuparan por la santidad del deporte y nada más, cada historia de dopaje tendría respuestas similares. Si eso fuese lo que importara, los comentarios no caerían en el sexismo y la transfobia con tanta regularidad.

El pasado de Cyborg se ha convertido en una cortina en la que una parte de la comunidad del MMA se esconde para expresar su preocupación por los roles de la mujer en el deporte y en la vida. Es fácil pretender que estás defendiendo la pureza del deporte cuando en realidad sólo estás insultando cualquier cosa que ponga a prueba tu sentir sobre el deporte.

Cyborg es una peleadora dominante dentro y fuera de la jaula. Es poderosa y honesta. Exige atención y tiene un lugar en el MMA. No es sólo una mujer atractiva para una audiencia que a veces todavía quiere hacer de menos a Ronda Rousey, quien es convencionalmente atractiva, llamándola "masculina". Su existencia al menos es increíblemente inconveniente para los machos alfa que aún quieren ver a su deporte como su dominio, como fans y peleadores.

Esos mismos provocadores no temen expresarlo. Aquellos que se creen más evolucionados no quieren darse cuenta de que están atacando a una peleadora por esas razones ni creen que puedan odiar a una peleadora sólo por lo mismo. Entonces se aferran al dopaje. Cyborg hizo algo malo, discuten todos, y eso es lo único que importa.

Pero Justino ya pagó por su infracción, cumplió su sentencia y suspensión y trabajo duro para regresar a la cima del MMA.

Su récord de dopaje siempre existirá —y debe ser discutido como parte de su carrera— pero insistir en que esa equivocación debería definir su carrera es un insulto tanto para Cyborg como para el deporte. Si ella tiene la valentía para aceptar sus errores y seguir adelante, lo menos que sus detractores pueden hacer es aceptar sus motivos para atacarla mientras se niegan a hacer lo mismo.