FYI.

This story is over 5 years old.

Música

El festival MUTEK de Montreal cumple 15

El festival MUTEK de Montreal se fundó en el 2000 y se ha convertido en uno de los principales festivales de la música electrónica en Norteamérica.

El festival MUTEK de Montreal se fundó en el 2000 y se ha convertido en uno de los principales festivales de la música electrónica en Norteamérica. La 15ª edición del festival se llevará a cabo del 27 de mayo al 1º de junio, en donde figuran presentaciones de Oneohtrix Point Never, Richie Hawtin, Nicolas Jaar, Tim Hecker, Matthew Dear, Holly Herndon, Ben Frost, y más.

Mientras que los artistas principales continúan generando altos ingresos para festivales veraniegos—checa la posición de Skrillex en la cartelera del festival Osheaga de este año—el MUTEK satisface a los fans que buscan presentaciones únicas (y usualmente más íntimas) de actos canadienses e internacionales tanto emergentes como establecidos, desde drum & bass hasta bass, house y techno. También hay instalaciones de arte digital, paneles y talleres, que se realizan en venues alrededor de la ciudad.

Publicidad

Hablamos con el fundador y director de MUTEK, Alain Mongeau, sobre sus comienzos, el proceso de selección y los retos de organizar un festival de música electrónica en Canadá.

THUMP: ¿Qué te hizo decidir por empezar MUTEK en el 2000?

Alain: Estaba involucrado en el Montreal International Festival of New Cinema antes de hacer MUTEK y estaba a cargo de desarrollar nuevos medios en relación a la creación de imagen. Empecé en 1997 por lo que estaba involucrado en el festival de cine durante un par de años. Luego el festival de cine se mudó al complejo Ex-Centris en Montreal y recibí una orden de desarrollar medios dentro del contexto de este nuevo complejo. Decidí crear un evento que se enfocara en nuevos medios, pero con una intersección entre la música y la producción de sonidos. Con seis meses de diferencia entre cada uno, estuve involucrado en dos eventos principales que alquilaban todo lo que tenía que ver con nuevos medios, desde imagen hasta el sonido y el lado musical de las cosas. Esa fue la pre-historia del festival.

Personalmente, estaba muy involucrado en la escena de música electrónica de los 90's, podría decirse que la música electrónica me salvó la vida. Seguía lo que estaba pasando en Europa y sentí que necesitábamos algo en Norteamérica y especialmente en Montreal, que nos permitiría empezar a interactuar con lo que sea que estaba ocurriendo en Europa. Nuestra idea era establecer un punto desde el cual podíamos empezar a quizás integrar lo que estaba ocurriendo aquí con lo que ocurría en Europa.

Publicidad

¿Cuántas personas se necesitan para armar el festival?

Aún somos un equipo bastante pequeño y un festival pequeño. Alguien acuñó el término "festival boutique" el año pasado, que más o menos ilustra lo que somos, porque con la explosión del EDM hace algunos años en los principales festivales, aún seguimos muy abajo en comparación de escala. El equipo central lo conforman como tres personas durante todo el año. Cuando nos metemos en modo producción y durante el festival mismo, tenemos un equipo de trabajo de alrededor de 200 personas, la mitad de los cuales diría que son voluntarios.

El lineup está curado de manera muy cuidadosa; cuéntame un poco más sobre el modo en el que seleccionan a los artistas.

Mucho de eso tiene que ver con dónde salió el festival. El ángulo inicial era tener un festival dedicado a los músicos y artistas en lugar de un festival para promocionar una fiesta. De la misma manera hay festivales de cine, teatro, danza y literatura, pensamos en ese entonces que la música electrónica podría definitivamente beneficiarse de algo en ese estilo. La otra cosa sobre la que nos enfocamos fue en los artistas y los actos en vivo. Si ves el programa casi no hay DJs, no es que tengamos algo en contra de los DJs, pero sentimos necesitábamos poner la artesanía en perspectiva y tener a los músicos haciendo lo suyo. Aún hoy, de los 85 artistas que pariticpan sólo hay tres o cuatro DJs, usualmente son DJs o productores que no suelen presentarse en vivo por lo que los traemos como DJs. Se trata mucho más sobre el artista mismo, los artistas que amplían los límites, y cada año intentar crear un panorama del enorme espectro de lo que sucede desde la música más experimental hasta la más orientada hacia el baile. Es un intensivo proceso de crear listas, hablar con gente y ver lo que existe allá afuera. Cada decisión que tomamos tiene importancia por lo que nada se hace a la ligera.

Publicidad

Para el contenido canadiense, el proceso es un poco diferente porque, de hecho, contamos con un llamado para propuestas, por lo que recibimos cerca de 200 cada año. Es una manera de descubrir a artistas y proyectos nuevos. El lado canadiense del contenido lo proveemos nosotros en un 25% y el 75% restante a través de tratar con las propuestas que recibimos.

Existen muchos artistas electrónicos de Montreal y Quebec que han pasado a recibir reconocimiento internacional. ¿De qué manera ha fomentado y honrado al talento local el festival?

Teniendo ya una historia de 15 años, no sé si se pueda hablar sobre generaciones de artistas, pero definitivamente han habido diferentes olas de artistas. La primera ola de artistas que el festival ayudó a revelar––o que fueron revelados a través del festival fueron artistas como Akufen, Deadbeat, Mike Shannon. Había toda una ola de artistas que de hecho estuvieron en Montreal durante un rato. Para entrar a la próxima etapa de su carrera, muchos de ellos se mudaron a Berlín, que fue un poco decepcionante ya que nos dejaron personas que se habían convertido en amigos y personificaban el espíritu del festival. Esto nos empujó a comenzar a explotar a la comunidad de una manera diferente y más grande, además de forzarnos a cuestionar nuestra relevancia y maneras de reconectarnos con nuevas olas de artistas emergentes. La diferencia más grande que veo hoy es todo el proceso de hacer el llamado de propuestas, que hemos estado haciendo en los últimos seis años, diría que en los últimos tres años hemos sido testigos de un alza definitivo en la calidad y cada vez estoy más sorprendido con la calidad en general de propuestas que recibimos año con año.

Publicidad

Ha habido mucho ruido recientemente sobre el que el alcalde de Montreal extienda la última petición de la ciudad para un período de prueba este verano. ¿Cuáles son algunos de los retos a los que te has enfrentado al organizar el festival?

El mercado norteamericano, especialmente el mercado canadiense no es cosa fácil. No tenemos las mismas políticas de áreas al aire libre que tiene en Europa. Existe algo de apoyo a nivel federal, pero se empieza a reducir  y no vemos casi nada de ese apoyo de nuestro lado. Recibimos más apoyo de Quebec que del gobierno federal. En ese sentido es como un lujo porque no todas las provincias cuentan con ese financiamiento.

Ha habido una constante discusión sobre los horarios, es parte de la nueva oficina del alcalde, por lo que realmente no estoy seguro de cómo afectará las cosas de manera concreta en el futuro. Tenemos una noche que se pasa de las horas permitidas un sábado y año tras año ha sido un dolor de huevos conseguir los permisos para eso. Intentamos sacar el permiso, procesamos todo el papeleo meses por adelantado y usualmente recibimos la respuesta unos días antes del evento––hacen todo lo posible por desanimarnos. A las 3 a.m. tenemos que cerrar el bar de todos modos, pero simplemente poder tener la oportunidad de presentar un programa que dure hasta las altas horas de la noche es un reto en sí.

¿Cuándo decidiste expandir el festival a Barcelona y a la Ciudad de México?

Publicidad

El primer año se nos acercaron siete ciudades europeas intentando comunicarse con nosotros onda "¡Oh, estaría increíble que hicieran MUTEKs en Europa!" Lo cual fue una sorpresa debido a que nosotros habíamos sido influenciados por lo que sentíamos que estaba pasando en Europa. Sentimos que estábamos haciendo algo bien y una de nuestras visiones era conectar a Montreal con Europa y Sudamérica. El primer evento que hicimos fue en Berlín, fui invitado a un festival allí para presentar una noche y luego hicimos un festival en Santiago, Chile. Por lo que terminamos trabajando con diferentes individuos por aquí y por allá. Acabamos de celebrar el 10º aniversario del festival en México; el festival ahí de hecho está al mismo nivel que el que hacemos aquí. La población y el contexto es muy diferente, pero tiene todo el potencial para superarnos. También acabamos de celebrar el 5º aniversario del festival en Barcelona. El sueño de tener hogar en tres países está cumpliéndose, aunque no fueran exactamente esas ciudades las que teníamos en mente.

Además de la música, MUTEK presenta instalaciones de arte y proyecciones. ¿Por qué era tan importante para tí el aspecto visual?

Una de las maneras de distinguirnos era el cuidado que le estábamos dando al elemento audio-visual de todo lo que hacíamos. Existen dos componentes de la presencia de visuales. Parte del programa se trata sobre presentar actos que sean interpretaciones audio-visuales en donde haya exploraciones específicas o determinadas de su relación entre sonido e imagen. Por lo que la serie AV Visions siempre se ha dedicado más o menos exclusivamente a eso. El otro fuerte elemento visual del festival está en los venues que usamos, involucramos de manera activa una video cinematografía bastante elaborada. Por lo que transformamos los venues que usamos para crear un contexto, un ambiente envolvente real en donde el artista pueda presentarse. Eso le añade un elemento de impacto a la presentación.

Finalmente, ¿qué dirías para convencer a los fans de la música electrónica que nunca han ido a un MUTEK que asistan?

Este año es un año especial porque es nuestro 15º y hay muchas cosas nuevas en el festival, como el hecho de vamos a usar el Museo de Arte Contemporáneo como sede. Porque es el 15º, todo se junta de una manera única; no estoy seguro de qué pasará el próximo año. Es un acontecimiento que no se pueden perder además de que existe algo para todo tipo de gustos.

Max Mertens es un autor que vive en Toronto. Está en Twitter: @Max_Mertens.