Miguel Pupo, el 'goofy' de la 'tormenta brasileña'
Foto de Alan Van Gysen

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el orgullo 'carioca'

Miguel Pupo, el 'goofy' de la 'tormenta brasileña'

Al surfista brasileño Miguel Pupo le embarga la poesía cada vez que habla de su deporte. Charlamos con él para conocer un poco mejor a este destacado miembro de la 'tormenta brasileña'.

Miguel Pupo es uno de los más ilustres miembros de la "tormenta brasileña" de la que tanto se habla en los circuitos surferos en los últimos años. Detrás del nombre se esconde un colectivo de surfistas, todos brasileños, que durante la última década lo ha cambiado todo gracias a su talento.

Pupo nació el 19 noviembre del 1991 en Itanhaém, en el estado de Sao Paulo de Brasil. Miguel es paisano de otro grande del surf mundial: Gabriel Medina, el campeón de 2014, con quien mantiene una rivalidad bastante notoria. A primera vista, el pequeño Pupo (hijo del campeón del mundo Wagner Pupo) no podría sino ser brasileño: sus ojos marrón claro, su piel de terracota y su pelo de puntas casi rubias por el poderoso sol de su maravilloso país no mienten.

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Miguel es 'goofy' – es decir, surfea con el pie derecho delante—, y eso hace que para él resulten muy complicadas las olas que rompen a la izquierda; pero a la vez eso le aporta el toque velado de misterio y peculiaridad propio de los zurdos —una raza de mujeres y hombres con la suerte de haber nacido con algo distinto a la mayoría.

¡Hola Miguel! ¿Cómo estás? Dinos: ¿cómo y cuando comenzaste a hacer surf?

¿Qué tal? Pues en realidad para mí fue muy fácil empezar a hacer surf, ya que mi padre era un surfista profesional. Estaba en la playa todo el día cuando era pequeño. Y bueno, si me lo pienso un poco, en realidad no me gustaba demasiado surfear con él cuando era pequeño. Quería hacerlo con mis amigos, porque a ellos les encantaba surfear; casi podría decir que empecé más gracias a ellos que a mi padre. Recuerdo que empecé con el surf cuando tenía 4 años en una playa de agua oscura en Brasil. Mi padre solía llevarme muy lejos, a aguas profundas, luego me empujaba en las olas de espalda y mi madre me esperaba en la arena para recogerme. Pero un día pasó que me caí, y el agua estaba tan oscura que no pudieron encontrarme durante un rato. Mi madre decidió de dejarme fuera del agua durante unos meses. Fue horroroso porque no podía ni bañarme siquiera, me asustaba mucho el agua. ¡La odiaba! Luego cuando tenia 8 años volví poco a poco a acercarme al agua, volviendo a hacer surf. Después de la primera competición me enamoré del surf… ¡y ahora no puedo parar!

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¿Sigue siendo el surf un deporte competitivo a pesar de todos sus espónsors y eventos de exhibición?

Creo que es muy difícil encontrar un equilibrio, pero entre los dos estilos de vida —el del surfer profesional y el del surfer 'freestyle'— es donde puedes encontrar de verdad el 'ritmo' de vida correcto… y la felicidad, creo. Cuando estás compitiendo a nivel mundial y quieres hacerlo perfecto, quieres ganar sí o sí, y te estresas para conseguirlo, entonces las cosas van mal. Sin embargo, cuando encuentras ese equilibrio que te decía, entonces sales al mar y solo quieres surfear, encontrar olas buenas y disfrutarlas. Si consigues encontrar la proporción correcta entre competitividad y pasión, ganarás. Como brasileño pienso que ponemos mucha pasión en el surf por los factores externos que nos rodean en nuestro país. Con esto no quiero decir que solo nosotros tengamos vidas duras, pero a la vez pienso que es bueno poder transportar todo eso, transformarlo en energía positiva y ponerlo en el surf. Yo diría que todos tenemos algo por lo que luchar.

¿Cómo entrenas? Explícanos tus rutinas habituales.

Entrenar es muy complicado para los surferos profesionales porque siempre estamos viajando. Tenemos una rutina especifica, de la cual no podemos prescindir, que ha sido diseñada para poder viajar. En realidad es muy difícil: imagínate por ejemplo en las Fiyi, que son islas muy pequeñitas en medio de la nada: ¿qué puedes hacer allí? Intentamos mantenernos en forma, comemos bien y hacemos lo que podemos fuera del agua. He aprendido en todos estos años que la formula perfecta está compuesta de un 40% de buena alimentación, un 40% de actividad física y un 20% de surf. Si contamos con que el talento teóricamente ya lo tenemos, debemos asegurarnos que mantenemos sanos nuestros cuerpos. Afortunadamente para nuestro equipo, el patrocinador nos aportó algo muy importante: un doctor que siempre viaja con nosotros. Siempre le tenemos a mano para pedirle cualquier información que necesitemos y nos ayuda en muchísimas cosas. Eso ha sido un cambio muy grande. Por lo demás, durante el año no tenemos vacaciones al uso, pero sí que hay un periodo que va de enero a febrero, justo antes de las competiciones, durante el cual podemos volver a casa y a ser 'nosotros' de verdad durante un rato.

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De todas las olas que has surfeado, ¿cuál te ha parecido la mejor? ¡Cuéntanos cómo es!

¡Esta es una pregunta chunga! Bueno, he pasado muchos momentos muy buenos en las islas Fiyi. Son un lugar espectacular. También lo he pasado muy bien y también aquí en bahía de Jeffreys, en Sudáfrica, aunque el entorno sea completamente diferente. Las olas de Jeffreys son increíbles. La cosa va más allá de hacer buenos 'tricks' o hacer buenos 'airs': en Jeffreys te sientes como si dibujaras sobre la ola, que evoluciona bajo tu tabla de forma lenta y precisa, hasta que te conectas con ella y coges su ritmoelegante y suave. Es muy complicado surfearla… bueno, a ver: es una ola fácil de surfear, pero es difícil surfearla bien. Es muy interesante ver competiciones aquí. Algunos intentan sumar algunos unos movimientos buenos, unos 'tricks' y ya está, pero solo quienes de verdad saben hacerlo muy bien como Joel "Parko" Parkinson o Mick Fanning logran esa conexión que te decía y la disfrutan de principio a fin. Es a ellos a quienes hay que imitar. Pero yo soy 'goofy', así que es divicil imitarlos desde mi 'back hand'.

¿Cuál es tu playa favorita?

Hay dos sitios donde me encanta estar. Uno es Fernando de Noronha, un archipiélago en el Atlántico frente a la costa de Brasil. Es un sitio precioso. La primera vez que fui tenia 14 años y me enamoré. La gente que vive allí es maravillosa, la comida es increíble y puedes surfear en cada marea y disfrutar de cada ola. El otro lugar es una playa cerca de mi casa en Maresias, en Brazil. Es un sitio muy chulo. Creo que ahora se celebra un evento Prime ahí. Se parece a Costa Rica por sus montañas, colinas y por todo el verde que lo rodea. Hace calor y sol casi todo el año. Creo que me gustan especialmente esos dos sitios porque son muy tranquilos y acogedores.

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Las playas de Sudáfrica cumplen con uno de los mayores requerimientos de Miguel Pupo: ser cálidas y acogedoras. Foto de Alan Van Gysen.

¿Qué consejo darías a una persona que estuviera empezando a hacer surf?

Siempre es muy complicado contestar a esta pregunta. La gente también a veces me pide: ¿cómo haces un 'air'? Como haces un 'pump'? Tienes que sentirlo, ¡no se puede explicar! Nadie puede en realidad decirte como hacerlo, tienes que descubrirlo tú mismo poco a poco, probando, sintiendo en tus piernas que estás a punto de lograrlo y descubrir los movimientos como lo haría un niño. Esta característica del surf me encanta: cada uno tiene su estilo único e inimitable, logrado a lo largo de los años. Por eso, aunque pierda una competición, me encanta quedarme a ver cómo se mueven los demás e intentar aprender de sus diferentes estilos. El mejor consejo que puedo darle a alguien que empiece es que descubra su proprio estilo y no pare nunca de buscarlo.

Si tuvieras que elegir el lugar más raro en el que hayas surfeado nunca, ¿cuál sería?

Hmmm… yo diría Barra da Tijuca, en Brasil. Es una etapa de la gira mundial y todo el mundo va, pero cuando intentas surfear sus olas siempre acabas pensando: "Joder, no sé nada de surf". Es muy complicado encontrar el ritmo allí.

Para Miguel Pupo la diferencia es importante. Ser 'goofy' le da ventajas y desventajas, pero sobre todo le convierte en único. Foto de Alan Van Gysen.

**Aparte de surfear, ¿qué haces para mantenerte *en forma* tanto a nivel físico como mental?**

Creo que mantener una buena actitud durante la gira mundial es algo fundamental. Si estas infeliz se nota en lo que haces, en tus actuaciones. El torneo es tan competitivo que cada detalle puede marcar la diferencia. Así que yo siempre intento tomármelo con positivismo y mantener la mentalidad enfocada en ese camino. Cuando me va mal, intento desconectar justo después saliendo con amigos a pasarlo bien o a surfear un poco. Eso ayuda mucho.

Se ha dicho muchas veces que los deportistas de élite viven en otro mundo y que no se enteran demasiado de lo que ocurre. ¿Te parece que es así?

Es difícil porque siempre nos estamos moviendo. Muchas veces me despierto por la mañana y creo que apenas ha comenzado el año, pero no: ¡ya es julio! Cada atleta es diferente, pero el hecho que cada uno de nosotros sea de un lugar distinto del mundo nos permite crear una red de conexiones muy interesantes cada vez que salimos y tenemos la posibilidad de conocernos. Así que creo que en realidad conectar con tanta gente y viajar tanto nos ayuda a enterarnos de lo que pasa a través de la perspectiva de cada uno, y a través también de nuestra propia piel.

En Brasil, ¿formas parte de algún movimiento de tipo político o social? ¿De cuál?

Cuando era pequeño siempre quise ser famoso y ayudar a la gente de mi pueblo. Ahora no soy tan famoso como quería [ríe], pero sí que intento echar una mano con lo que puedo. Colaboro cada año para que se haga una competición en mi ciudad e intento que los niños que no han tenido las posibilidades que he tenido yo puedan tener todo el equipo necesario para hacer surf. No suelo pronunciarme demasiado sobre temas políticos porque creo que no tengo mucho que decir al respecto, pero intento ayudar a los demás siempre que puedo. Siento como si las cosas hubiesen llegado a mí con mucha más facilidad que a los demás, y sé hasta qué punto puede ser difícil para algunos lograr lo que he logrado yo: estar donde estoy es una bendición. Por ejemplo, pensad en mi padre: cuando él crecía, su madre odiaba que quisiera surfear, hasta el punto que llegó a quemarle muchas tablas y a pegarle cada vez que se daba cuenta de que se había ido al mar después del colegio. Las cosas se pusieron chungas para él, pero igualmente logró triunfar. Siempre lo agradeceré por lo que ha hecho y por como ha seguido sus sueños, si no fuera por el yo no estaría aquí donde estoy.