Guillermo Ochoa y el despido más añorado de su carrera

El estado actual del Málaga es uno de los más extraños que se podrían ver a nivel mundial. El club andaluz donde "juega" Guillermo Ochoa, es el colista de la Liga Española con apenas nueve puntos.

Su defensa es la tercera mejor de toda España con solo 11 tantos recibidos, solo debajo del Atlético de Madrid (6) y Valencia (9), empatada con los mismos tantos que la del Real Madrid y superando a la del Barcelona (12). Aún así, el club malagueña ha perdido siete de los 12 juegos que van en la actual temporada.

La jornada anterior, el Málaga cayó 2-0 con el Espanyol acrecentando una severa crisis al interior del equipo. Tres derrotas consecutivas, cuarta en cinco juegos, ponen al equipo andaluz en la disyuntiva de hacer un cambio en la dirección técnica con Javi Gracia, o bien, jugársela con el entrenador y apuntalar en el mercado de diciembre su lamentable y raquítica zona ofensiva, la cual solo acumula cinco goles en todo el torneo.

Si bien el arco no es la zona que preocupa a la dirigencia y afición del Málaga, un cambio en la dirección técnica podría darle a Guillermo Ochoa la posibilidad de jugar. Vamos, al menos de debutar en la Liga tras año y medio de estancia en el equipo. Carlos Kameni ha sido de lo más destacado en el equipo, pero con la llegada de un nuevo entrenador, habría más chances para el portero mexicano.

Guillermo Ochoa llegó al Málaga como figura tras el estupendo nivel que enseñó en Brasil 2014. Tras unos partidos de pretemporada, Javi Gracia decidió dejar en el banquillo al arquero azteca y apostó sus fichas en Carlos Kameni, habitual suplente del otrora titular Willy Caballero.

Pese a prometer oportunidades a 'Memo', estas nunca llegaron para el guardameta mexicano quien solo tuvo actuaciones en la Copa del Rey. Semana a semana, las críticas desde el otro lado del continente llegaban hasta los oídos de Gracia quien nunca dudó en quitar al camerunés. Al contrario, cada que retumbaba el apellido Ochoa, Kameni lograba una mejor y mejor actuación. Pronto, las quejas acabaron al confirmarse que la decisión del técnico español era la correcta.

El ex entrenador de México, Miguel Herrera, sostuvo directamente que la suplencia de Guillermo Ochoa en el Málaga era un simple capricho de Javi Gracia al tener alguna clase de problema personal con el cancerbero azteca.

"Me parece que ya es un capricho del entrenador porque vemos a 'Memo' que participa en los juegos y mantiene un gran nivel, tanto con nosotros cuando viene a Selección, como ahora que está jugando la Copa del Rey con Málaga", señaló a inicios de 2015 el 'Piojo'.

El fuego cruzado entre el ex técnico del Tri y el entrenador del Málaga dejó al descubierto que además, Ochoa no mantenía una buena relación con Carlos Kameni y tampoco una cordial relación con su técnico y directiva. El azteca sostuvo que a su llegada al equipo se le habían incumplido promesas, dando a entender que llegaría al club andaluz con la etiqueta de titular y que al final, eso no se le respetó. Las declaraciones de Javi Gracia fueron contundentes: "Yo no prometí a nada, ni a él ni a nadie".

Pese a que una victoria del Málaga ante el Granada el próximo fin de semana en La Rosaleda lo podría sacar del último lugar de la tabla y meterlo incluso al puesto 15 de la general, el ruido en torno al entrenador comenzó fuertemente, apostando que existe un ultimátum en el escritorio de Javi Gracia.

Los conflictos que hay sobre la figura del dueño de la institución, Abdullah Al-Thani y el poco interés que ha mostrado por solventar los problemas en los que está inmerso el Málaga, hacen del equipo de Guillermo Ochoa un barco que está a la deriva y que poco a poco se va hundiendo.

El club aguanta en defensa, pero no tiene la más mínima reacción en ataque, por lo que la caída del Málaga parece inminente, sea esta jornada o la que sigue. Pareciera que lo mejor es que se dé más temprano que tarde.

Así, el arquero mexicano enfrenta horas críticas al interior del club. Un cambio en la dirección técnica puede ser vital en sus aspiraciones por jugar, al fin, en España. Comenzar de cero con un entrenador que avale sus condiciones y que lo tome como un revulsivo para sacar al Málaga de los últimos puestos pese a que el arco sea el sitio menos preocupante del equipo.

O bien, mantenerse con Javi Gracia, en medio del lodasal en el que el Málaga vive, sin jugar más que lo poco que le dé de vida la Copa del Rey al club y posteriormente, formar parte de un equipo descendido, lo cual tirará más al suelo el valor de su carta en el futbol europeo.