Fotografías de asesinatos y suicidios en Italia a principios del siglo 20

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Fotografías de asesinatos y suicidios en Italia a principios del siglo 20

Estas imágenes son una mezcla de ambiente de novela negra y archivos policiales.

Fotos cortesía de Stefano Amoretti / Clue: Cold.

El fotógrafo forense Luigo Tomellini trabajaba en Génova a principios del siglo 20, poco después de que el criminólogo Alphonse Bertillon sentara las bases de las actuales técnicas de identificación aplicadas al proceso penal. Algunos incluso aseguran que fue Tomellini quien, gracias a su contacto con Bertillon, introdujo en Italia el método de las huellas dactilares. Sus placas fotográficas eran una herramienta esencial para las investigaciones policiales de la época, pero se perdieron inexplicablemente tras su muerte para aparecer en la década de 1980, en un maletín. Treinta años después, las imágenes siguen siendo un valioso documento para la fotografía forense en el que, además, se recoge un fragmento de la historia de la delincuencia en Italia.

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Esta mezcla de ambiente de novela negra y archivos policiales fue lo que motivó a Stefano Amoretti (estudiante de Industrias Culturales y Creativas en la City University of London), Mino Tristivskij (fotógrafo) y Riccardo Sezzi (el hombre que descubrió el portafolio de Tomellini y su actual propietario) a crear Clue: Cold, una exposición de fotografía forense histórica cuyo catálogo se publicará esta semana en Londres.

Para conocer un poco mejor la "estética forense" y la exposición, me puse en contacto con Stefano Amoretti. "Estas placas tienen una historia larga y turbulenta: Riccardo Sezzi las halló en un maletín abandonado en las calles de Génova en la década de los 80. Se trataba de un portafolio completo con imágenes de personas asesinadas 70 años antes. Riccardo no sabía qué hacer con ellas, así que las guardó en su casa hasta 2013. Poco antes de que me mudara a Londres, los dos revelamos las placas juntos en un cuarto oscuro improvisado en el baño de Riccardo".

Navaja. Imagen escaneada a partir de la placa original. 12 x 9 cm; década de 1910.

Londres era el lugar ideal no sólo desde el punto de vista logístico: "Imagínate que tienes 110 placas inéditas con un enorme potencial estético, una increíble historia que contar y un tema que encaja perfectamente en el Londres de Jack el Destripador: sentimos que era nuestro deber hacer públicas esas imágenes para deleite del público".

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El aspecto más fascinante de la exposición, según Amoretti, es el interés que suscita hacia una serie de fotos que simplemente pretendían servir como pruebas delictivas: "La fascinación que generan las imágenes de muerte no es nada nuevo. Las referencias a la muerte en la iconografía religiosa han existido desde hace mucho tiempo, si bien durante el último siglo y medio se ha impuesto un concepto más realista. La fotografía forense expuesta al público tiene la capacidad de causar esa fascinación".

Suicidio, probablemente por ahorcamiento. Imagen escaneada a partir de la placa original. 18 x 13 cm; década de 1910.

También está el aspecto técnico: "Las fotografías de Clue: Cold son tremendamente dramáticas. Mira la del hombre en el suelo ajedrezado, por ejemplo. La posición del cuerpo, la perspectiva dictada meticulosamente por las paredes y el suelo… el hombre está en diagonal, con la cama deshecha. Parece una escena sacada de una película. No hay duda de que estas fotos las hizo alguien profesional y con ojo creativo".


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Sin embargo, la identidad del autor de las fotos no se descubrió hasta un tiempo después de descubrirse el maletín. "[El historiador y escritor] Aldo Padovano encontró la relación entre una de las placas y un artículo de periódico en el que se mencionaba que un tal profesor Tomellini había visitado la escena de un crimen para tomar 'un buen número' de fotografías. A partir de ahí, todo pareció encajar: Tomellini era un académico reputado de la época, profesor de la Universidad de Génova. Probablemente fuera el primero en introducir en Italia las técnicas de identificación más novedosas del momento, como la de las huellas dactilares".

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Cadáver sobre la mesa de una morgue. Imagen escaneada a partir de la placa original. 18 x 13 cm; década de 1910.

A la hora de seleccionar el material, explica Amoretti, "algunas placas eran más importantes que otras. En una se ve un cartel del estreno de La Bohème en Génova, el 27 de enero de 1912. Aquella foto fue crucial para poder establecer un marco histórico. En otras placas hay nombres y otras resultan interesantes desde el punto de vista técnico. Pero hay placas que son tremendamente fascinantes, incluso aunque no aporten contexto. Es el caso de los cuchillos, por ejemplo, o de las balas, motivos que el pop art hizo famosos décadas después".

Suicidio por ahorcamiento. Imagen escaneada a partir de la placa original. 21 x 16 cm; década de 1910.

Balas preparadas para ser analizadas. Suicidio. Imagen escaneada a partir de la placa original. 12 x 9 cm; década de 1910.

Balas preparadas para ser analizadas. Suicidio. Imagen escaneada a partir de la placa original. 12 x 9 cm; década de 1910.Suicidio por balazo. Imagen escaneada a partir de la placa original. 21 x 16 cm; década de 1910.