Pelucas navideñas en la Plaza Mayor de Madrid, adiós al ridículo

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Pelucas navideñas en la Plaza Mayor de Madrid, adiós al ridículo

Ya ha dejado de ser una moda para convertirse en una tradición. Es como comerse las uvas en la Puerta del Sol o comprar Lotería, pero mucho más divertido.

En Madrid la Navidad implica muchas cosas. Celebrar las campanadas dos veces, es decir comer 24 uvas. La primera vez se hace el 30 de diciembre (como prueba) y se repite el 31 (la definitiva). Hacer cola para comprar Lotería, da igual si hace un frío que pela o llueve a cántaros. Esquivar a los 'descuideros' que andan a lo que cae por el centro. Si son carteras, mucho mejor. Librarse de las lectoras del futuro, es decir, de las mujeres de la ramita romero que te asaltan por la calle. Ir a ver las luces (un clásico). Dejarse el cuello esperando a ver a los Reyes Magos. Luchar con uñas y dientes por un taxi el Día Mundial de las Cenas de Empresa… y, sobre todo, ir a los puestos de la Plaza Mayor.En realidad, allí no venden nada muy útil. No son productos de primera necesidad, si nos ponemos estrictos. Algunos cacharros para decorar el hogar, cosas de broma para el día 28, recuerdos navideños… pero, sobre todo, hay pelucas. Y por pelucas en este caso entendemos cualquier cosa (idiota o no) que uno se pueda poner en la cabeza. Diademas, cascos, gorros, cuernos de arce, coronas, boinas… todo lo que sirve para poner encima del pelo, el que lo tenga. Lo más fascinante de todo es la forma en la que la gente, como si se tratara de una religión, queda para ir en grupo a hacer el ridículo comunitario. O, mejor dicho, a perder el sentido del ridículo. Porque cuando la excursión acaba, se han terminado los paseos por Sol y Preciados, los grupos siguen su camino a casa celebrando que han participado en una gran fiesta de disfraces improvisada.

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Este año hemos visitado la plaza de la estatua con el caballo para ver cómo iban las tendencias de temporada. Tomar el pulso a los fashion victims navideños. La verdad es que los cuernos, que nos parecían maravillosos, han perdido un poco de empuje. Ver a alguien sonriente, feliz, con los suyos, con la cabeza coronada nos parecía algo realmente divertido. Por ser finos. Sin embargo, los animalitos (verdadero must del año) y las estrellitas sirven para que nos olvidemos un poco de las cornamentas. Si tienes pensado ir con tus amigos y pasar una tarde curioseando por los puestos, y te vas a comprar un 'tocado', echa un ojo a estas imágenes. Vas a descubrir qué puedes hacer y qué no te debes poner bajo ningún concepto.

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